
El ex futbolista y escritor disertó en el centro de convenciones. Su charla giró en torno al más popular de los deportes.
En el principio de la charla con ElDía dijo que fue un "jugador de fútbol con muchas ganas de aprender, siguiendo los pasos de mi padre que supo ser entrenador de Newell´s". Precisamente en la "Lepra" comenzó su carrera que lo llevó recorrer distintos lugares.
En el club Rosarino tuvo como entrenadores a "Pesos Pesados", como Sosa, Ingaramo, Mastrontonio. Dijo que con el fútbol llegó a un montón de lugares, aunque " muchos de ellos no sean tan valorados como Huracán de Corrientes y Godoy Cruz en la B Nacional", en definitiva una divisional dura que "te enseña mucho".
Señaló que está instalada como "única verdad que llegar hacerlo a la primera división de clubes de renombre", concepto que "no comparto", acota. En lo que refiere a su carrera como futbolista dijo que jugó en "primera división y en la selección juvenil", pero también estuvo en un "montón de lados", donde "llegué a compartir equipos con futbolistas que no fueron conocidos, pero que, en lo personal, me enseñaron mucho".
Señaló que el "fútbol de potrero está vivo", aunque se están "achicando los espacios para jugar por el avance de las urbes". Dijo que el potrero es "la base de nuestra identidad futbolera". Acotó que los "grandes futbolistas se forjaron en esa gran sala de ensayo que es el campito". En cuanto a los clubes de fútbol infantil como Parque- allí surgieron Cambiasso y Sorín entre otros-, dijo que es "un formato de fútbol, un futbol sala". Al respecto, comentó que en "Rosario jugábamos lo que denominábamos fútbol siete".
Son distintos formatos, pero el lenguaje sigue siendo el "fútbol", deporte que es-sin dudas- el más "popular del planeta".
En su caso personal destacó que buena parte de lo que aprendíó fue en una cancha, jugando a "la pelota". Allí se aprende a tener a "relacionarte con la gente, dejar de ser egoísta porque estás jugando en el marco de un equipo". Señaló que en el "fútbol", como en otros juegos se dan una serie de "claves y aprendizajes".
Opinó que el fútbol de "alta competencia", es el que menos le "interesa", debido a que "existe poco margen para la improvisación". Agregó que hace "algunos años que llegó el mercado y el ganar como sea, mientras que el pierde es despedido sin contemplaciones".
Sobre las barras bravas, opinó que son "distintas a los de los 80", están mercantilizadas y lo que se " discute en muchos clubes es un poder, un dinero que pasan por las entradas, los estacionamientos, los viajes entre otras cosas". Agregó que las "hinchadas de hoy no tienen mucho que ver con el deporte".
Sobre los clubes que surgieron y desaparecieron como " Real Arroyo Seco", expresó que "fueron inventos de gente poderosa con el objetivo de tener su propio club", cuando este es la "construcción de un montón de gente, de vecinos que tiene un marcado potencial a nivel identidad".
Alejado de las canchas se inclinó por la escritura. Lutman, una persona comprometida con las causas sociales, escribió dos libros. El primero, El Agua y el Pez tuvo cinco reediciones, mientras un segundo, Semillas para barriletes, que habla del mundo de la redonda, dejando en evidencia sus notables dotes de narrador y cuentista.