
Esta situación es motivo de un reiterado reclamo que lleva años sin resolverse. Los vecinos dicen que prácticamente es imposible transitarla y con este año lluvioso el problema empeoró. Por los huellones, el barro acumulado y el lago que se forma cuando llueve, esa cuadra ha quedado prácticamente en desuso.Finalmente se escuchó a los vecinos y desde la Municipalidad de Urdinarrain se comenzó a trabajar en una solución. Las obras iniciaron mientras el atmosférico y la bomba estaban rotas, y según indicó el capataz Romeo Tomassi, dos empleados comenzaron a desagotar el agua acumulada metidos en el barro y con baldes; esto ocurrió en los momentos del más duro frío polar.¿No se podía esperar a tener las herramientas necesarias para hacer el trabajo de otra manera? Por lo pronto uno puede asegurar que no es el método más eficaz. Hubo reclamos y debieron suspender momentáneamente la actividad; aunque la cosa no quedó allí.La mala suerte siguió acompañando a los vecinos de calle Johannas. Una motoniveladora pasó justo antes de que lloviera, quitando el poco escombro que los vecinos habían colocado, que mantenía un poco de firmeza en el camino. Ahora esa cuadra definitivamente se ha convertido en un pantano.