JUDICIALES
La causa de la azafata detenida: qué declaró “Picho”, el ex novio
Los datos surgen del procesamiento dictado a Daniela Carbone, quien fue despedida de Aerolíneas Argentinas. Las pruebas que encontró la Justicia
Todos lo conocían como “Picho”, pero su figura se hizo famosa hace tres semanas luego de que su ex pareja, Daniela Carbone, fue arrestada por la amenaza de bomba en un vuelo de Aerolíneas Argentinas, la empresa para la que trabajaba desde hace más de 20 años.
Daniela estaba furiosa y dolida. Habían pasado dos meses desde que se había separado de ese compañero de trabajo más joven, con quien había entablado una relación amorosa que perduró por 5 años. Todavía estaba lidiando con en el duelo de la ruptura. Según le contó a sus amigos, “Picho había sido muy cruel con ella y su hija”.
Patricio “Picho” H. trabajaba como auxiliar de Aerolíneas Argentinas en el vuelo que debía salir aquella mañana del 21 de mayo desde el Aeropuerto de Ezeiza. El avión no despegó en el horario previsto porque las amenazas de Daniela lo impidieron. Pero nadie sabía en ese momento que él era el foco de los mensajes. Los audios de voz distorsionada apuntaban al piloto del avión, solo con el fin de confundir el objetivo y de conseguir que el avión no partiera. Justamente, cuando el frustrado vuelo se estaba preparando, “Picho” entró a la cabina. El piloto le preguntó por Daniela. Y ahí se enteró de que hacía “poquito” se habían separado.
En las primeras horas de la investigación, “Picho” declaró: “El vuelo transcurría con normalidad hasta diez minutos antes de despegar”, le dijo al juez Federico Villena. “Todos los pasajeros estaban a bordo, hubo un anuncio del comandante, Diego Pérez Bariggi. Yo estaba en la parte de atrás”, contó. Su tarea habitual era cerrar las puertas, pero la orden se retrasó. Fue entonces cuando anunciaron por el altavoz que el vuelo no despegaría debido a una amenaza de bomba y estaban esperando instrucciones.
El tribunal insistió en preguntar detalles. Explicó que conocía a Carbone porque era su ex pareja y tripulante de Aerolíneas Argentinas. Y que actualmente no mantenían contacto. Hacía un mes que no tenían diálogo. Aseguró que aquel día no hubo ninguna discusión entre ellos. “Picho” no creía que fuese capaz de hacer algo así.
“No hubo exaltación de los pasajeros, tal vez porque estaban en tierra”, recordó “Picho”. Después de la advertencia, se dirigió a la cabina. Pasó un buen rato. “Nadie entendía por qué no bajaban los pasajeros o los llevaban a una zona remota”, declaró. Finalmente, bajaron del avión. Pero debido al tiempo transcurrido, la tripulación quedó desafectada.
“Eso fue lo que pasó, pero no tengo idea sobre los autores del hecho; pueden ser cuestiones políticas, pero no por cuestiones personales, como por ejemplo, porque la novia de un pasajero no quiere que se vaya del país”, dijo.
“Resulta relevante destacar, que mientras se desarrollaba la audiencia testimonial del nombrado, el secretario actuante advirtió que el testigo comenzó a grabar la audiencia de manera subrepticia, motivo por el cual procedí a secuestrar el teléfono celular y ordené la extracción del contenido”, dejo asentado el juez, según se desprende del procesamiento al que accedió Infobae.
Según la confirmación del análisis del teléfono celular de “Picho”, los últimos mensajes con Daniela habían sido el 3 de mayo. Los mensajes dejaban claro que habían terminado su relación.
El momento de la detención y el escenario que se generó cuando los pasajeros debieron abandonar el vuelo amenazado
Carbone, de 47 años, fue procesada con prisión preventiva, al encontrarla responsable —en esta etapa— de la amenaza que puso en riesgo la seguridad de un vuelo que salía hacia Miami con casi 300 pasajeros abordo. Según estableció la investigación, las amenazas fueron producto del resentimiento. En el vuelo iba como tripulante el novio con el que había estado en pareja durante cinco años y hacía solo unos meses la había abandonado.
La mujer tiene prohibido acercarse a cualquier aeropuerto del país. Se la embargó por la suma de 400 millones de pesos y se le suspendió la matrícula profesional como azafata, a raíz de lo cual notificó a la Administración Nacional de Aviación Civil.
El fallo también incluyó el sobreseimiento de Candelaria Olivero, la hija de Carbone. Desde su teléfono se hizo la amenaza bomba, pero la Justicia comprobó que no tuvo nada que ver. A partir de ahora, será ella la que actúe como responsable del cumplimiento del arresto domiciliario de su madre, en la casa en la que conviven.
El informe de la situación de salud de Carbone durante su detención en la sede de la PSA, reportó que la azafata estaba en buenas condiciones, pero sufría de asma y migrañas, que la obligaban a tomar medicación. “Hasta el momento de su detención se encontraba realizando un tratamiento psicológico que debió ser suspendido”, se detalló.
“Con miras a garantizar el derecho a la salud de Daniela Carbone, habré de conceder autorización para que ante un eventual caso de urgencia que no admita demora, la nombrada pueda dirigirse sin necesidad de autorización previa de este Tribunal a un centro de salud a los fines de tratar sus dolencias”, señaló el incidente de prisión domiciliaria.
La justicia determinó que, en tales casos, se debe informar inmediatamente al tribunal en cualquier momento y por cualquier medio, a través de su defensa o a través de su hija, quien asumió el compromiso de ser el punto de contacto en nombre de su madre.
Daniela Carbone
Las pruebas en su contra
Las pruebas encontradas por el juez Villena fueron claves a la hora de determinar, en esta etapa, su responsabilidad. El mismo día de la amenaza, en su teléfono celular realizó búsquedas como: “Cómo investigar un audio”; “se puede analizar un audio para saber la voz de quién es”; “activar reconocimiento de voz de quién es”; “activar reconocimiento de voz”; “Aerolíneas Argentinas”; y “SAME provincia”. Sin embargo, también se encontraron búsquedas como: “cómo desvincular un chip”; “cómo sacar la titularidad de un chip”, “cómo desvincular un móvil”.
Según el fallo, mientras estaba en Miami, Estados Unidos, Carbone intentó restablecer el dispositivo iPhone que ya había sido confiscado por la Justicia para “borrar su contenido y eliminar pruebas de suma importancia para el caso”.
Para Villena, se pudo corroborar que Carbone mantuvo una relación de pareja con “Picho”, quien formaba parte de la tripulación originaria del vuelo AR1304 y que la separación de ambos habría sido el motivo de la amenaza.
“La egoísta sos vos que me podés cagar la vida a mí por una pendejada”, le reprochó la hija de la azafata a su madre, según dejó asentado el juez Villena.
También se consideró importante el diálogo de Carbone con una amiga, donde expresaba su malestar por la separación y las circunstancias difíciles que había enfrentado en su relación. Además, mencionó su trabajo en la compañía y su temor a perderlo.
“Ni te imaginas, me rompí el alma para que esta casa quede así. Porque me dejó, porque fue cruel, porque pasaron cosas feas; yo no le hice nada… Yo estuve 5 años con él siendo una mujer impecable, porque te juro que no lo engañé ni con el pensamiento... Cuando te pagan de esa manera quedás destruida... Obvio que no me justifico. Yo me fui al carajo y además que soy comisario del área de internacional, fui instructora en la compañía. Entonces por eso te digo que seguramente me echan. Está bien”. Y añadió: “Yo trabajo ahí y el ws (sic) tripulante como yo”.
“Este Tribunal tiene por corroborado que Daniela Carbone provocó la interrupción del servicio aéreo, perteneciente a la aeronave matrícula LVFVH de la empresa Aerolíneas Argentinas, en el cual se encontraban a bordo doscientos sesenta y siete (267) pasajeros”, señaló el juez.
Y concluyó que Carbone “tenía pleno conocimiento de la ilegalidad de sus acciones, considerando las circunstancias de tiempo, modo y lugar descritas anteriormente, lo que demuestra su intención ilegal”.