La cautivante historia de la Difusora Grecco: Capítulo 10

ElDía presenta la décima parte de la historia de la Difusora Grecco, un minucioso trabajo de investigación del historiador Gustavo Rivas, que entregamos por parte, cada domingo. El lector puede revivir y descubrir, a través de los testimonios de los protagonistas de este trozo de historia de Gualeguaychú, cómo nació la que fue base del desarrollo radiofónico de esta ciudad y "semillero" de reconocidos profesionales del medio.El impecable trabajo realizado por Gustavo Rivas sumó una importante cantidad de horas de grabación, buscando el testimonio de quienes pasaron por la Difusora Grecco, desde sus inicios con Roberto Carlos Grecco, hasta las épocas de Alfredo Lucardi. Pancho GreccoTambién Juan Francisco Grecco (h) Pancho, ingresó en esta época (1971). Sobrino de Roberto, recién se había recibido de Perito Mercantil. Comenzó en tareas de operador, ya que no se largaba aún en locución. Pero a poco se fue animando, con la tutoría de de Canario Figún y Luis Alfonso Pais.Por su parte, Juan Oscar Roldán (padre), que hasta entonces era empleado de vidriería Carrozo y Delcanto, llevaba la audición "Aquí el deporte de Gualeguaychú", diariamente a las 19. Era seguido muy atentamente en algunos parlantes, como el propio de la difusora que se escuchaba enfrente, en la Agencia de Aerolíneas Argentinas (Julio Etchegoyen, Héctor David Torta Ojeda, Tito Reynoso y el Gerente, Saúl Zoilo). Luego Pancho y "Candombe" Roldán empezaron a transmitir competencias ciclísticas, como la "Doble Gualeguay", para lo que formaron el "Equipo Deportivo Ciudad de Gualeguaychú" antecedente de la sociedad que integraron después: "Roldán- Grecco Propaganda". Puede decirse entonces que esta importante firma publicitaria, que se extendió por un cuarto de siglo hasta 1995, nació también en el seno prolífico de la Difusora Grecco.En otros deportes: el ciclismoComo hemos visto, la difusora cumplió un importante papel, no sólo por sus programas dedicados el rubro -que fueron los primeros de Gualeguaychú- sino porque en muchas ocasiones, montaba una red de parlantes en el Parque Unzué para mantener informado al público que concurría a presenciar las carreras de automovilismo o de motociclismo.También tuvo activa participación en la amplificación de memorables jornadas de boxeo -como clásicas las del "Landini" (Del Valle y Pellegrini ángulo NO, donde hoy un edificio lleva ese nombre), también en partidos de básquet y otros deportes.Pero lo que más se recuerda es la emoción que ponía su equipo de periodistas deportivos viviendo las alternativas de las carreras ciclísticas, en extensos circuitos que comprendían las avenidas Costanera, Luis N. Palma y calles aledañas. Era la época de oro protagonizada por Lelo Sosa, Leonidas Bogliacino, y otros grandes ese deporte.Y la inserción de la difusora no sólo se canalizaba por medio de sus transmisiones, sino que con frecuencia, el premio principal en disputa era el trofeo"Difusora Grecco".Un recuerdo para Coco PazTanto han quedado en el recuerdo, que en tiempos recientes, uno de aquellos ciclistas participantes, luego convertido en recopilador de aquellos recuerdos, rescató en "EL RELATOR", lo más colorido de aquellas gestas multitudinarias y algunos de sus personajes. En espacial, el papel de los cronistas y relatores. Aquel ciclista, es hoy Juez Civil en nuestra ciudad. Le cedemos entonces el espacio al Dr. Marcelo Arnolfi, que así decía:"....Cuando a la noche regresábamos de correr por algún lugar de la provincia,en los viejos colectivos que tenían los clubes, relatábamos nuestrascarreras y le agregábamos detalles absurdos como que habíamosganado, o que participaban a la par nuestro los famosos de aquí o deallá: Breppe, Labatte, Alcántara, Waldemar Pedrazzi y tantos y tantos.Pero las carreras locales también tenían relatores. Según quienOrganizara, era el relator. Hoy nos vamos a acordar de uno en especial de aquí de Gualeguaychú llamado Domingo "Coco" Paz.Él relataba las carreras que organizaba el Club Ciclista el Argentino.A lo largo de los años hemos aprendido que los relatores, los másfamosos, sobre todo los de otros deportes, relatan porque es o era suprofesión, era su modo de ganarse la vida, y a veces hasta deenriquecerse.Sin embargo, que alguien relate ciclismo, desde el vamos denuncia seruna persona especial. Hay poco plata si hay plata, y nadie va a darte unpremio si lo haces bien; pero, además, estabas sujeto a las naturalescontroversias de las competencias, en épocas sin fotofinish, ni de Pelayofilmando la llegada. Había controles, y a veces ni ellos se ponían deacuerdo quien había ganado y quien había salido segundo. Yo viincrepar a más de un relator por adelantar extraoficialmente quien habíaganado. Eran tiempos que los clubes tenían hinchadas y no faltó algunoque amenazara sacar un cuchillo de entre sus prendas gauchescas.De los mejores relatores que conocimos, "Coco" Paz, siempre sobrio,siempre con conocimiento de quienes corrían, de sus antecedentes, ycon una frase amable no sólo para quien ganaba, sino de aliento paraquien por ahí no andaba bien; entrevistaba a todos; era el animador de lareunión ciclística, a veces sin que se lo pidieran. Después, en silencio,guardaba sus cosas y se iba a su casa con su gente.Nos resistimos a olvidar sus frases, que había que escucharlas arriba dela bici- donde te ponía nervioso- o entre el público: "Señores: últimavuelta", o cuando la carrera era muy grande y la gente se agolpaba enambas veredas de la costanera "el público no cerrarse", que provocabaque la gente en realidad se cerrara más o aumentara más su expectativa.Y cuando decimos publico hablamos de carrera con 3.000 personas a lavera del circuito de la costanera. No podemos olvidamos de susentrevistas cuando éramos chicos y nos ayudaba a responder, cuandonos preguntaba a quienes queríamos dedicar ese quinto puesto en 8 y 9años, y de los nervios no nos salía nada y él por lo bajo, nos dictaba: "ami papá" "a mi mamá" y nos hacía quedar bien con nuestra gente.Nos parece escucharlo en esas carreras grandes, como aquella del 25 demayo de 1975 cuando el "Joselín" de Mercedes le plantó cara a losmejores equipo argentinos, y se las hizo bien difícil, o cuando le pedía ala gente que alentara a Juan Osvaldo Almada, la bruja, que venía ahípara embalar con Haedo, Gómez, Héctor Rondán y tantos grandesciclistas.No se iba a pasear o a dominguear al parque, no se quedaba en su casa;un domingo a la tarde, se acercaba en silencio y relataba desde laprimera carrera de seis y siete años hasta la estelar de primera a cuarta.Nosotros no podemos imaginamos una carrera de bicis sin un relatorgracias a él, entre otros. Ayudaba a que la gente pasara informada de loque sucedía en las competencias y aún aumentaba la expectativa de esosgrandes duelos entre ciclistas locales o foráneos. El relator de ciclismo,un tipo que probablemente nunca ganó un peso con tal cosa, pero que lo
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