
El inquietante diagnóstico pertenece a Nancy Rodríguez, arquitecta local que se ha especializado en "patrimonios". Un tema, según ella, ausente de la agenda pública.
Marcelo Lorenzo
Cree que el Carnaval, un espectáculo comercial del cual es crítica, desvió a los gualeguaychuenses de su riqueza cultural (material e inmaterial). Y por eso la desidia colectiva, social y política, sobre los patrimonios histórico y natural local.
Como especula que la fiesta carnestolenda tiene fecha de vencimiento -porque es expresión de una
"cultura patriarcal en el ocaso"- prevé que la sociedad nativa deberá volver sus ojos hacia ese legado que hoy desprecia, pero que deberá redescubrir si quiere convertirlo en un recurso vital para su desarrollo futuro.
Así piensa la arquitecta Nancy Rodríguez, a quien ElDía convocó para hablar sobre el patrimonio cultural de la ciudad y su capacidad para motorizar el turismo. La entrevistada, finalmente, cuestionó severamente la indolencia social y política en este tema.
"¿A quién le importan los patrimonios cultural y natural?", preguntó irónicamente, sugiriendo que mayormente los vecinos muestran desinterés en este tema, al igual que la dirigencia local que, según ella, carece de una política de Estado, desde la comuna, a favor de los "patrimonios".
La entrevistada fue directora de Planeamiento Urbano de la municipalidad (período 2007-2010, en el cual trabajó en la restauración del Teatro Gualeguaychú) y actualmente se dedica a la docencia, en el profesorado de Educación Tecnológica y en la Tecnicatura de Mantenimiento Industrial.
Desde el punto de vista académico se ha especializado en el tema patrimonios, obteniendo una diplomatura en la Universidad Blas Pascal (Córdoba) y un posgrado en Educación Artística, Cultura y Ciudadanía, auspiciado por la Universidad de Valladolid y el Centro de Altos Estudios Iberoamericanos.
Además fue asesora honoraria de la Comisión Nacional de Museos y de Monumentos y Lugares Históricos de la Provincia de Entre Ríos -Área de la Costa de Río Uruguay-.
Rodríguez sostuvo que hay que hablar de "patrimonios", en plural, y señaló que con este concepto se alude a un fenómeno holístico (sinónimo de totalidad) que involucra a un legado o herencia múltiple, que incluye los productos culturales (tangibles e intangibles) de una comunidad y el entorno natural en el cual vive.
"Se relaciona, por tanto, con la integración espiritual, antropológica, sociológica, arqueológica y arquitectónica de una comunidad", indicó. Al respecto, ejemplificó que un objeto patrimonial cualquiera no debe
"fragmentarse" sino que debe ser analizado desde múltiples enfoques o disciplinas.

"EL CARNAVAL NOS DESVIÓ"
La entrevistada opinó que al principio tuvo una opinión positiva del Carnaval, pero con el tiempo se dio cuenta que esta fiesta "desvió" a Gualeguaychú de su itinerario patrimonial original.
"Hoy lo que puedo decir es que el Carnaval está en crisis total, porque reproduce al sistema patriarcal, donde la mujer es vista como un objeto, algo que está muriendo porque está en punga con la cultura actual. Por esto digo que el Carnaval no va más y se va a terminar", cuestionó.
Y aclaró:
"El trasfondo filosófico de esta pantalla que es el Carnaval es la imposición machista de una imagen cosificada de la mujer". Según dijo,
"esto ya dejó de ser una manifestación popular para convertirse en un negocio".
En contraposición, Rodríguez afirmó que Gualeguaychú tiene una
"enorme riqueza patrimonial" a la cual se le viene dando la espalda. La sociedad nativa, dijo
, "ha equivocado el camino" al respecto.
Sobre el particular, recordó que durante la gestión de Luis Leissa se diseñó una "interesante" ordenanza sobre patrimonios, que incluyó un listado de edificios y de áreas con valor, pero ese ímpetu inicial no se tradujo con el correr del tiempo en políticas concretas.
"Aquello fue una intencionalidad positiva, pero luego se apagó y las sucesivas intendencias no la continuaron", afirmó.
La entrevistada propicia una vuelta hacia aquellas personalidades que tuvieron una visión de origen, imprimiéndole a Gualeguaychú su forma cultural y urbana, como es el caso de su fundador Tomás de Rocamora,
"de aquel que dijo que Entre Ríos sería la mejor provincia de las Américas, pero cuyo pensamiento ha sido olvidado".
En este revisionismo incluye a los escritores y poetas
("como Andrade, Gervasio Méndez y tantos otros") que ayudaron a construir una identidad cultural local, un capital intelectual y moral, que según Rodríguez debería ser fuente de inspiración para políticos y urbanistas.
"Pero esto que propongo de rescatar los patrimonios requiere de un trabajo serio, interdisciplinario, de gente que trabaje en esto con vocación de servicio público y con rigor académico", indicó.
Sobre el particular, afirmó que la comuna debería contar con un área específica ligada a la gestión de patrimonios, cuyo personal llegue allí por concurso público, para evitar su politización.
Preguntada sobre la posible explotación cultural de los patrimonios como recurso económico, Rodríguez afirmó que poner en "valor" los bienes culturales implica una "inversión" que potencia el desarrollo de la ciudad, pero se trata de la obtención de una rentabilidad social que llega en el mediano y en el largo plazo.
"Se trata de poner en valor un patrimonio, por ejemplo el Teatro, pero después se necesitan recursos para mantenerlo", apuntó, tras señalar que este tipo de inversión
"no les gusta a los políticos, siempre enfocados en el corto plazo".
En este sentido, opinó que la ciudad tiene que emprender un decidido rescate patrimonial del ex Frigorífico Gualeguaychú (sobre el cual Rodríguez hizo un documental con Cristian Gauna), al tiempo que se mostró a favor de hacer allí un polo educativo.
NO ESTAR A LA ALTURA
- ¿Los gualeguaychuenses son conscientes de sus patrimonios?
Nancy Rodríguez:- Creo que no. Y en mi opinión es una sociedad adormecida, que cayó en una mediocridad que le impide entender y valorar esa riqueza. Es decir no está a la altura de su legado cultural. Desde hace décadas Gualeguaychú se concentró únicamente en el Carnaval, olvidando su herencia patrimonial, que tiene que ver con sus raíces históricas (...) Mi visión es que la ciudad crece materialmente hablando, se expande desde el punto de vista urbano, pero lo hace a costa de su patrimonio cultural. Y ahí hay un desequilibrio.
- De hecho hay vecinos que creen que en Gualeguaychú se destruyeron muchos edificios con valor arquitectónico, por la acción negligente de constructores y propietarios privados. ¿Cuál es su visión?
- Es así. En el mundo académico existe el concepto de "acumulación por desposesión", que alude a la destrucción de patrimonios naturales (como ocurre en el caso de nuestro río) por emprendimientos comerciales. En Argentina esto se inicia en los '90 con el menemismo y luego se ha continuado. Ese concepto de acumulación por desposesión es trasladable al contexto local, donde desde hace tiempo agentes depredadores, haciendo uso del poder económico, y dominados por una mentalidad inmobiliaria especulativa, transgreden leyes, violan ordenanzas y arrasan con los patrimonios colectivos. Es muy común ver en el área céntrica como una topadora arrasa con un bien patrimonial arquitectónico. De esta manera reemplazan un edificio que puede ser parte de la historia de Gualeguaychú por un galpón vidriado, cuya explotación reportaría ganancias. En la destrucción de los patrimonios siempre hay cómplices e irresponsables que avalan esas acciones, el Estado, los profesionales, los constructores y un dueño ignorante y avasallador.
- Volviendo al concepto de rentabilidad social y económica de los patrimonios, desde hace tiempo se detecta que hay un turismo más calificado que quiere experimentar algo especial, diferente de la oferta masiva, con contenido cultural y simbólico...
- Eso justamente indica que para mí el futuro turístico de Gualeguaychú pasa por los patrimonios. El Carnaval va camino a cumplir su ciclo, desde el punto de vista de la sensibilidad social. ¿Qué vamos a hacer entonces? Tenemos que potenciar nuestro legado cultural y natural, que es riquísimo. Pero estoy pensando que este rescate patrimonial es para los vecinos, para los que vivimos acá. Primero tenemos que disfrutarlos nosotros, y luego los que nos vienen a visitar. Yo tengo la visión de que hay un patrimonio latente pero real, que tiene un contenido trascendente, que está esperando que algún día los gualeguaychuenses se decidan a descubrir en toda su riqueza.