La ciudad vista por los ojos de un turista
Mariano Pincardini es un porteño que vive desde hace 12 años en España y en una "escapada familiar" eligió a Gualeguaychú como destino para celebrar un fin de año diferente, alejado del ruido y en un lugar al que definió como "encantador".
Carlos Riera La opinión de Mariano Pincardini no es más ni menos que la palabra de otro visitante que llega a Gualeguaychú, es una concepción más que ayuda a fundamentar algunos aspectos de la ciudad que todavía faltan solucionar.Recostado en una silla al borde de la pileta en el complejo "Las Aguas", situado en el Camino de la Península, este hombre de 41 años recibió a elDía en medio de la tranquilidad del lugar y habló de su visión como turista.Mariano está casado con su mujer Andrea desde el 2005 pero se convirtieron en padres en el 2008 con la llegada de las mellizas Malena y Victoria. Mientras sus tres mujeres recorrían la ciudad, Mariano aprovechó para sentarse a dialogar.Mientras se seca la frente por el agobiante sol del mediodía, el entrevistado confesó que a Gualeguaychú lo conoce desde hace muchos años, "cuando venía a bailar a Sotap", el boliche de moda en la década de los 80 y principios de los 90. Mientras se sonroja por algún recuerdo de juventud que le llega a su memoria, aclaró que en esta oportunidad vino por un pedido expreso de Andrea.Su mujer tiene familiares en la ciudad y mientras ella aprovecha para visitarlos, él descansa. Mariano dedica su vida a comercializar productos argentinos importándolos a España, principalmente el dulce de leche, para lo cual creó la marca "Capitán Gaucho".
Mariano, el buscavida
En el 99 partió al viejo continente para realizar un Master en su profesión de contador y regresó a la Argentina en diciembre del 2001, en plena crisis social. En ese momento de novio con Andrea, decidieron distanciarse porque a los pocos meses regresó a Madrid."Hasta que conseguí trabajo estuve seis meses, paseé perros, vendí celulares, enciclopedias, hasta que empecé a comercializar productos de Estados Unidos, Alemania, Inglaterra, para las personas que se retiran y eligen las costas de España para sus descansos", contó.Como el negocio crecía y había un mercado nostálgico argentino importante, comenzó a importar a España el tradicional dulce de leche. "Allá hay una comunidad de argentinos muy grande, que en números no se ve porque la mayoría de los que va lo hacen como españoles, pero en la calle los escuchas a todos", señaló entre risas.Explicó que "el dulce de leche no es un sabor desconocido para los españoles porque sus abuelas les hacían leche condensada a baño maría, que es un derivado, muy parecido". A partir de eso creó la marca "Capitán Gaucho" que la elaboraba en Argentina la empresa "San Ignacio".Al ser parte de un grupo empresarial muy grande, por cuestiones laborales visita la Argentina cada tres meses y con su familia viaja para sus vacaciones. "Hace dos años me fui a Cariló, ahora mi mujer me pidió venir a Gualeguaychú porque tiene unos primos que participan en una comparsa", manifestó Mariano y señaló que amigas de su mujer le recomendaron el lugar donde se aloja: "cuando yo viajo no escatimo y acá tengo todas las comodidades".
Una ciudad cara pero pujante
La visión de este turista no es muy diferente a la de otros tantos visitantes que eligen a Gualeguaychú como destino para sus vacaciones o de "escapada" de fin de semana largo, pero el tema de los precios es una variable que ninguno deja pasar por alto."Lo que veo en Argentina es que te sale tan caro ir a la Costa Atlántica o venir a Gualeguaychú como ir a Estados Unidos, un hotel en Norteamérica te sale 100 dólares y acá pagas lo mismo o más", indicó pero aclaró que este estigma no es sólo de esta ciudad sino que "toda la Argentina está cara".Sentado a un costado de la pileta y observando un paisaje autóctono, casi indescriptible de soledad tranquilidad, Mariano hizo un análisis del cual no se equivocó: "veo que esta zona es muy cara, los terrenos son igual de caros que comprar algo en la costa".Como se mencionó anteriormente, conoció Gualeguaychú en la época de Sotap y desde esos tiempos a la actualidad, la fisonomía de la ciudad ha cambiado notablemente y eso lo rescató."La autopista me sorprendió, es algo que antes no había y era un peligro, me encantó. El parque Unzué. También he visto muchas inversiones en zonas que antes estaban descuidadas, como por ejemplo lo que se está haciendo al lado del puente", opinó en referencia al emprendimiento de Parador Uno.En este análisis sorprendió cuando dijo que "a Gualeguaychú lo que lo perjudicó fue la mala publicidad por lo de la papelera. Supuestamente la fabrica iba a romper todo, iba a acabar con el turismo y ayer fuimos al Ñandubaysal y al complejo lo vimos bien, entiendo que hay que controlarlos porque no es bueno tampoco que te pongan una fabrica de esas dimensiones enfrente"."A Gualeguaychú lo comparo con una playa con mar porque es otra cosa, esta ciudad te puede ofrecer algo diferente", recalcó este visitante que en ningún momento dejó elogiar el lugar que eligió para alojarse: "es un encanto, sentarse al atardecer es hermoso".La crisis en primera persona
En esta entrevista de más de una hora, además de contar aspectos sobre su vida personal y de brindar humildemente una opinión sobre la ciudad que eligió para recibir el 2012, Mariano Pincardini no dejó de lado la oportunidad de contar su visión acerca de la crisis en España.Aunque poco tiene que ver con la finalidad de la nota es bueno saber de primera mano la opinión de un argentino atravesado por la crisis europea. "En España vivieron por encima de sus posibilidades y ahora tienen un problema de crisis, están llegando a los cinco millones de desempleados", indicó el contador y explicó que "la gente ahorra forzosamente, no hay consumo y crece el desempleo".Reconoce que tienes ganas de volver a vivir a la Argentina y regresaría "por los afectos, la cultura y porque aquí se vive de puta madre". "En España hablan nuestro mismo idioma pero no es lo mismo, es otra la cultura, son otros los códigos, los chistes no son iguales", ejemplificóContó que en su país adoptivo "la gente joven no consigue trabajo y se van a Alemania o a la Argentina porque es un país que le gusta al español, los salarios son altos, yo cuando me enteré lo que gana un camionero no lo podía creer".A pesar de sus ansias por regresar a su tierra natal, en Mariano reina la desconfianza implantada por años de malos gobiernos y de pésimas experiencias y por ello opinó: "Acá hay un dólar mentiroso, un dólar que no debería estar en ese precio, es un problema a futuro en la Argentina, eso se nota en las exportaciones y en la perdida de competitividad argentina con el exterior".
Este contenido no está abierto a comentarios