La controversial industria minera
Es uno de los commodities más demandados por el mundo asiático, que lidera la globalización capitalista. El problema es que los minerales se extraen con un alto impacto ecológico.La industria minera se halla en una fase de fenomenal expansión. El proceso de urbanización protagonizado en las últimas décadas en Asia, adonde se ha desplazado el poder mundial del capital trasnacional, viene demandando una materia prima esencial para la infraestructura: los metales.En este contexto América Latina, cuya riqueza minera es ancestral, se ha beneficiado con un ciclo extraordinario de precios en alza de sus productos de exportación.Los números así lo indican: el oro, el cobre y el hierro, por caso, multiplicaron por cuatro su precio promedio histórico desde 2005.La renta minera, extraída básicamente por las firmas multinacionales del sector, ha hecho posible que muchos gobiernos de la región puedan mejorar sus números macroeconómicos.Los países latinoamericanos sufrieron durante casi todo el siglo pasado el "deterioro de los términos del intercambio". Así se llamó al fenómeno comercial por el cual el precio de sus exportaciones (materias primas) no compensaba el valor de las manufacturas que importaban.Pero desde hace más de una década los términos del intercambio empezaron a resultar favorables y entonces las economías latinoamericanas revirtieron su mote de inviables (sus deudas externas parecían impagables en los '80).América Latina, principalmente los países que están de Panamá para abajo, han tenido vientos muy favorables del Pacífico. La entrada de China al mercado capitalista levantó la demanda de materias primas: metales, alimentos (soja) y energéticos.El estatus de proveedor de estos bienes, ¿es sostenible para la región? La consultora McKinsey, una firma de referencia en los negocios globales, acaba de proyectar un futuro extraordinario para la industria minera.La proyección se basa en que alrededor de 1.200 millones de personas migrarán de la pobreza a la clase media en Asia, hecho que incrementará ostensiblemente la demanda de minerales.La segunda clave para entender las perspectivas del sector es que varios commodities están llegando a su límite geológico: las reservas enfrentan tasas de agotamiento cada vez mayores.Estos dos datos -creciente demanda y escasez relativa del producto- vaticinan un negocio formidable para las corporaciones mineras, que explotan el recurso a escala planetaria, siendo América Latina un yacimiento de primer nivel.El bocado apetecido de estas multinacionales es la minería a cielo abierto.Aquí en Argentina se desarrolla la minería de exportación, con extracción a cielo abierto y químicos, a través de la firmas multinacionales.Incluso hay varios proyectos de gran escala en construcción: Pascua Lama, Cerro Negro, Potasio Río Colorado y Agua Rica. Sin embargo, es un proceso que es resistido por los pobladores de la zona y los grupos ambientalistas.La lucha contra la megaminería se ha convertido, además, en una bandera de grupos políticos que se autodenominan "progresistas", para quienes todo se trata de una reedición del esquema colonial, denunciado en los '70 por el escritor uruguayo Eduardo Galeano, a través del libro "Las venas abiertas de América Latina".La socióloga y escritora Maristella Svampa, miembro de Plataforma 2012 y representante de esa corriente de opinión, en un reciente artículo periodístico censuró a los gobernadores promineros y al gobierno nacional por su "alianza estratégica con las corporaciones mineras".
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