La demora en los órganos de Alzada es la causal de la libertad de condenados

La presentación de recursos ante el Alto Cuerpo de Justicia dilata el tiempo de los condenados en libertad y en algunos casos esa tardanza en resolver los casos por parte del Superior Tribunal de Justicia puede llegar a ser de casi un año. Carlos Riera "Hecha la ley, hecha la trampa", se dice popularmente y es cierto que para cada ley existe un 'vericueto' legal que muchas veces les permite a los abogados que sus defendidos aguarden en libertad las decisiones de la Justicia.Muchas veces se escucha: "Cómo puede ser que si está condenado esté libre", y se debe a esto, a la seguidilla de recursos que se presentan ante los órganos de Alzada que deben reveer los fallos de primera y segunda instancia, y que en vez de hacerlo en corto tiempo se llegan a tomar hasta casi un año.Esta semana se dio un ejemplo claro de esto. Juan Marcelo Moscardini fue denunciado en mayo del 2013 del delito de abuso sexual en perjuicio de su hija biológica de 16 años. La Investigación Penal Preparatoria (IPP) se realizó en los tiempos estipulados y en septiembre se llevó a cabo el debate. Solo siete meses pasaron desde la denuncia hasta el juicio y en octubre se conoció la condena de 9 años de prisión efectiva.Pero el abogado defensor, haciendo uso del derecho que le asiste al imputado, recurrió en Casación, lo cual le otorgó un tiempo más al acusado de permanecer en libertad hasta que la condena quedara firme. En febrero se conoció la resolución de Casación, confirmando el fallo de primera instancia, pero el defensor interpuso el recurso extraordinario ante el Superior Tribunal de Justicia.El Alto Cuerpo debería haber revisado este caso en el plazo de un mes, pero fue recién a mediados de la semana pasada que se conoció el dictamen, de denegar el pedido y darle firmeza al fallo del Tribunal de Gualeguaychú, por lo cual Moscardini recién ahora debe presentarse a cumplir con la condena en la Unidad Penal N° 2.El Superior Tribunal de Justicia se tomó prácticamente un año para deliberar sobre esta causa, mientras Moscardini (que fue imputado y condenado por el abuso de su hija) esperaba la resolución judicial en su domicilio y su hija en otra vivienda, fuera del contexto familiar.Este ejemplo demuestra la ineficacia en la demora de los órganos judiciales de Alzada en resolver los recursos, tratándose de causas como esta, donde hay una menor de por medio, que está fuera de su hogar y su contexto familiar porque el condenado está en libertad.Es cierto que la implementación del nuevo Código Procesal Penal en Entre Ríos ha servido para mejorar muchas cuestiones, pero toda la rapidez que se ha logrado en los albores de la instrucción se cae cuando la causa va llegando al máximo Tribunal de Justicia.Ante un hecho considerado grave, por ejemplo una muerte, la IPP puede llegar a demorar entre tres y cuatro meses, o incluso hasta seis dependiendo del grado de complejidad de la investigación. Muchas veces las demoras se deben a las pericias, que sean más o menos complejas se deben remitir en su gran mayoría a Paraná, porque en Gualeguaychú se carece de profesionales para ello. Además, están las notificaciones de parte y las designaciones de peritos por parte de la defensa, lo que suma tiempo.En caso de que la persona sea encontrada culpable, generalmente el abogado se presenta en Casación mientras su defendido espera en libertad la firmeza del fallo. Esto puede llegar a durar entre tres y cuatro meses, y si la sentencia es confirmada en Casación, el letrado tiene una nueva instancia para evitar que el condenado vaya a la cárcel.Esta nueva instancia es ante el Superior Tribunal de Justicia, para el trámite denominado recurso extraordinario. Si el Tribunal le da curso, la causa va a la corte Suprema, pero si lo rechaza, la sentencia queda firme inmediatamente y el condenado debe empezar a cumplir la pena.Pero es justamente en esta instancia donde más tiempo se pierde. El Superior Tribunal de Justicia debería revisar el recurso extraordinario en el plazo de un mes, pero ocurre que este plazo se dilata entre cuatro y doce meses.