La divinidad en la muerte, su romanticismo, el uso del cristianismo y el tabú moderno
La muerte no siempre ha sido tomada de la misma forma en que la conocemos hoy. El hombre ha mantenido una relación especial con este estado, el cual ha cambiado la percepción según el tiempo y la cultura. Desde ser algo divino al que los guerreros ansiaban llegar, hasta la idea del infierno y el ocultamiento que llevó a la creación de los cementerios.Por Carlos RieraEl 17 de mayo y el 1de junio se realizaron dos encuentros en la casa de Haedo que tuvieron como eje la relación de las sociedades con la muerte a través del tiempo; y el encargado de esto fue el licenciado en antropología cultural José "Jota" Cardoso, que a su vez es profesor de artes plásticas visuales y artista plástico, docente en el ISPED y en el Instituto Superior de Arte.Cardoso es un aficionado a la fotografía y ha tenido la oportunidad de viajar mucho a los largo de sus 50 años, y fue en estas visitas que se despertó algo muy particular en él: la necesidad de conocer la relación que tienen las personas con sus muertos en las diferentes latitudes de la tierra.Esa recopilación de trabajos, fotografías y experiencias fue lo que Cardoso mostró en el encuentro en la casa de Haedo. La muerte como un hecho de la vida y cómo nos vinculamos con ella, cómo nos hemos relacionado a través del tiempo hasta llegar al vínculo que tenemos hoy, fue el motor de búsqueda del antropólogo."Básicamente la muerte es algo que fue tomado como positivo en un principio, un tránsito hacia otro estado de la vida. Porque inclusive el vínculo con los muertos en las sociedades más antiguas era muy fluido. El muerto seguía siendo parte de lo social. Por ejemplo el uso de las máscaras en Roma, que todos se vestían como sus antepasados o en las tribus cuando se hacen fiestas relacionadas con la muerte o entierros. Otro ejemplo es el caso de los dogones en Mali, en el centro de África, que viven en la zona de la falla de Bandiagara, parecida a lo que es el Gran Cañón del Colorado. En sus danzas usan máscaras que representan a los antepasados porque el muerto se va a reunir con ellos. Los egipcios - otro caso-embalsamaban a su gente y la ponían en la casa y convivían con ellos. Los Chimú, en Perú, tenían como líder de la comunidad a un muerto. O sea, el líder moría, lo enterraban y cuando lo desenterraban empezaba su verdadero reinado a través de su hijo o quien haya sido designado; pero el que manejaba todo era la momia, sentada en un trono. Cada tanto sacaban a sus muertos, los llevaban a pasear. Fue de estas prácticas que el cristianismo tomó las procesiones para desvincular ese trato con los muertos y cerró el trato con la deidad", explicó. La llegada del cristianismo"Con el advenimiento del cristianismo empezó un culto diferente. Aparece la resurrección como un premio. En la sociedad occidental antigua no existe el infierno. Te morías y te ibas al mundo de los muertos. Y vivías con todos los muertos. Cada tanto tenías algún vínculo con los vivos pero no pasaba de ahí. El infierno empezó con el cristianismo, pero no en los inicios de la religión porque en un principio había dos posibilidades: te quedabas en la muerte o si habías sido cristiano te resucitaba el Señor y te ibas al cielo con Él. Hasta ese momento no había castigo. Después surgió el tema del juicio y el castigo. Si no fuiste buen cristiano, al infierno. A partir de ahí empieza a cambiar la relación con la muerte. Porque hasta ese momento el convaleciente presidía su muerte, sentía que se iba a morir y listo. Juntaba los parientes, los amigos, todos lo iban a visitar y se despedían, arreglaba sus asuntos pendientes y listo. Se moría".¿Cuándo aparece la idea del castigo?-Yo creo que tiene que ver con los cambios sociales que van pasando de una sociedad tribal colectiva a una sociedad a una sociedad con diferencias y luego a las sociedades con estado -esclavista, feudal. Además estaban los llamados terrores del año mil, que supuestamente iba a ser la segunda venida de Cristo. Hay una combinación de varias cosas ahí. Con la aparición de la burguesía también se modifican algunos estándares. El burgués en ese momento (Siglos XII/XIII) todavía es un germen. Recién en la Revolución Francesa agarra la pelota. Antes, los medios no eran compulsivos, eran morales, vos te mandaste una cagada y te echaban de la tribu. Se te ignoraba. Ahora no. Ahora hay un castigo efectivo. Te cobro una indemnización o te mato si no cumplís con la ley. Dios está con la ley. Y el que no cumple la ley lo reventamos en la Tierra, y en el cielo también. O sea, van de la mano esos cambios. El que no acata la ley del cristianismo, que es la ley de la sociedad de clases, se va a joder. Teodosio, el emperador bizantino, impone el cristianismo como religión oficial, y fue él quien dice que todo el mundo tiene que ser cristiano. Y el que no acate esto será castigado tanto en el cielo como en la tierra. El cristianismo ha cambiado un montón de veces. Un Dios sabio al principio, el Cristo buen pastor con la ovejita. El Dios bueno que viene a poner orden a organizarnos, pasa a ser un Dios que no te lleva al cielo si te portaste mal (siglo V) y luego un dios que directamente te castiga con el infierno (siglos XI/XII). En la época del Nuevo Testamento (siglos XIV/XV) empieza a cambiar de nuevo, un Dios sacrificado que murió por nosotros. Cambia la sociedad y las ideas también van mutando. Eso es interesante porque muchas veces pensamos que las ideas cambian la sociedad y no. Es al revés. Primero cambia la realidad después hacemos ideas para justificar o denostar lo que nos gusta o no nos gusta. Las ideas salen a partir de lo concreto. No flotan solas. No hay ideas sin cerebro. Entonces por ahí vienen los cambios. A medida que va cambiando la sociedad van cambiando las representaciones.¿Cuándo se modificó la sociedad hacia donde la conocemos hoy?-La aparición del burgués va a empezar a modificar la sociedad y se va a empezar a producir un repliegue hacia lo individual. Ya la persona va a valer más que el grupo. Como es ahora, todos derechos individuales. Y eso también se va a expresar en la muerte. El juicio que iba a ser al final de los tiempos empieza a ser a la hora de la muerte. Y ahí tengo que demostrar si fui bueno o si fui malo. Ya hay otra relación con la divinidad. Entrado el siglo XVII- XVIII- XIX va a empezar a generarse como una angustia frente a la muerte que antes no existía. Porque antes no existía la noción del logro y del fracaso. Se empieza a tener miedo a la muerte porque morimos y perdemos todo por más de que se hable de vida eterna. Y uno prefiere quedarse con esta vida y no con la otra. El miedo a la muerte, empezar a negarla, empezar a que me la nieguen, perder el derecho que siempre tuve a manejar mi muerte. O sea, al convaleciente ya se le empieza a ocultar que se está por morir. A los niños ya no se les habla de la muerte. El abuelo se fue a un viaje o está en una estrella. Nunca nadie se muere. Es más, en ese afán por la negación se saca a la muerte de la casa y se pasa al hospital, que fue el lugar que hasta el siglo XIX fue el lugar donde se curaba. Ahora es el lugar donde se cura pero también donde uno se va a morir. Nadie se hace cargo del muerto. Aunque no se haya muerto todavía. Y si nos venimos más acá que también entra en juego el negocio y un montón de cosas que hacen que el muerto ni siquiera sabe cuándo está muerto, porque te enchufan tantos aparatos que la muerte es como que se fragmenta. ¿Cuándo te moriste? ¿Cuándo te enchufaron el primer aparato porque no podés respirar vos solo o cuando perdiste la conciencia? Antes uno se moría y se moría. Estaba vivo y después se moría. Ahora capaz que te tienen meses, años, inclusive te prohíben morirte. Hay una negación del tema como tal. Inclusive el cementerio. El cementerio privado que tiene otra estética que el tradicional con sus mausoleos y sus estatuas- Este es un lugar que no parece un cementerio, ni siquiera hay lápidas paradas. Sólo una plaquita chiquita que ni se vea en el pasto. Es todo un gran jardín hermoso. Es interesante como se ha ido corriendo, negando, ocultando, prohibiendo inclusive.¿Por qué la necesidad de imponer el cristianismo?-Porque al sector que manejaba en ese momento la sociedad romana le venía bárbaro el cristianismo. Había muchos cambios sociales. Estaban en una crisis tremenda. Roma se había dividido y Constantino se instituye como único emperador. Hasta ese momento la deidad de Roma, el paganismo, obedecían a cuestiones que tenían que ver con lo tribal y lo natural. Sus dioses o sus personajes mitológicos eran absolutamente humanos. Es más, reflejaban los problemas de la tierra, con traiciones, golpes de estado. Con Justiniano hay un solo imperio, un solo emperador, un solo Dios y una nueva forma de entender el mundo. Antes todos éramos iguales y ahora te vas a ganar el pan con el sudor de tu frente. El cristianismo viene a naturalizar y a santificar las diferencias de clase que ya existían desde hace un tiempo pero todavía en la conciencia no estaba adaptada a esos cambios.¿Por qué el miedo a la muerte?-Antes a la gente la enterraban o la quemaban. Los paganos eran incineradores. No enterraban a sus muertos. No tenían la idea de enterrarlos porque después tenía que venir Dios a resucitarlo. En algunos lugares se momificaban, les hacían un proceso porque creían que iba a haber otra vida, pero no porque lo iba a resucitar Dios. El cristianismo toma la resucitación de las creencias egipcias pero le da otro sentido. Después aparece la negación. A principio del siglo XIX aparecen los cementerios como los conocemos ahora. Los cementerios como un lugar de paseo. O sea, el cementerio lindo con esos mausoleos, esculturas, árboles. También como una cuestión política, porque empiezan a usarse los mausoleos para recordar a grandes figuras. Ahí se empiezan a forjar las grandes nacionalidades como Alemania, Francia. Después de la Revolución Francesa, en todo el siglo XIX, hay una exacerbación de la nacionalidad y de los líderes que en ese momento eran los ejemplos a seguir. Entonces hacían panteones espectaculares con estatuas, escritos y cosas por el estilo. El cementerio también empezó a ser un museo, pero apartado, con una muralla, de un lado los vivos y del otro lado los muertos. Si vamos a visitar a los muertos que de paso estemos en un lugar agradable y de paso vemos a los héroes; y si somos buenos algún día vamos a tener nuestra estatua ahí también. Ahora eso cambió. Ya no hay estatuas, ahora son jardines.Hay sociedades que mantienen su cultura.-Me centré en la sociedad occidental. Hay tantas diferencias todavía por suerte en las relaciones con la muerte. Es pasarse la vida estudiándolo. Es un tema interesantísimo y es infinito. Hay tantas culturas y variedad de relaciones que es inabarcable. Hay un texto de un cronista del siglo XVII que se quejaba en París por el tema de los muertos, que uno pasaba por las zonas donde estaban los muertos enterrados y era zonas públicas, donde había gente que tenía su casa, comerciantes, escribanos, costureras, lo que busques, y decía que en medio de eso había huesos humanos que salían hacia la superficie o cuando debían desenterrar a alguien había un olor a podrido impresionante. A partir del siglo XIX se decide no mezclarse más con los muertos. Nos los queremos ver más, vamos a llevarlos para allá. Y el cementerio es llevado fuera de las ciudades y cerrado con un buen murallón. Uno pasa y no ve nada. Es otro mundo. La relación con los muertosLas sociedades alrededor del mundo son vastas, y los vínculos que mantienen con sus muertos también son de todo tipo, pero hay algo que tienen en común y es que ese vínculo nunca se pierde, se mantiene sea de la forma en que sea.Cardoso contó que lo que despertó su curiosidad por este amplio tema es una vivencia que tuvo en Colombia, en una isla llamada San Andrés. El antropólogo estaba alojado en un hotel que lindaba con un cementerio, que no era del tipo convencional que conocemos en nuestra sociedad. En vez de tierra había arena, pero hubo algo más que le llamó la atención."Había una tumba de un niño, que se ve que ya tenía su tiempo, y le habían llevado un montón de juguetes: autitos en su mayoría. Se ve que eran los juguetes que él usaba cuando estaba vivo y eso me impactó. Esto también lo he visto en varios otros lados, pero ahí fue como que tomé conciencia. Pensé en cómo para esta gente él todavía en algún lugar, está vivo y necesita de sus juguetes. La tumba era vieja pero los juguetes no", comentó.Los cementerios en las montañas en Perú o el arte relacionado a la muerte en las tribus africanas, con sus máscaras o el decorado sobre las tumbas, son algunas de las cosas que también llamaron la atención de Cardoso, aunque hubo una cultura que conoció en Argentina que no pudo sacársela de la cabeza."Fue en Formosa, en un cementerio en donde todas las cruces tienen como una cintita blanca y en las puntas tienen algún dibujo o alguna frase como por ejemplo: "A mi padre, te queremos". Todas impecables, que te das cuenta que la van cambiando asiduamente. Son cintas de tela. Después de ver eso noté que en todos los mercados de Formosa las venden. Entonces le pregunto a una amiga de allá ¿Qué es esto de ponerle cintas? ¿Para qué les ponen a todos la cinta? ¿Por qué? Eso se llama camisa o corbata, y es para que el muerto no esté desnudo y no tenga frío. Me quedé mudo. Eso demuestra como todavía hay vínculos". La muerte niñaExiste un género fotográfico que se utilizó hasta entrado el siglo XX que se llamó La Muerte Niña, y no es otra cosa que fotografías post mortem, que tuvo un gran auge en México en familias humildes. Cuando moría un niño pequeño, para recordarlo le sacaban una foto y de paso se fotografiaban todos, porque tal vez era la única vez en la vida que iban a tener una foto."Se armó todo un género, que era hacer que el niño muerto parezca vivo. Le pintaban los ojos y lo sentaban en una hamaca con los hermanitos y todos se sacaban la foto. Había un vínculo con la muerte entre las clases humildes que ya venía de antes. No les daba miedo, ni ninguno se volvía loco ni nada por el estilo. Se sacaban fotos con su hermano muerto. Imagináte eso hoy, te dicen que lo podés llegar a traumar al chico y termina en un psicólogo", relató el entrevistado.En la religión católica los niños que morían sin pecado original por haber sido bautizados y sin ningún otro pecado en vida iban directamente al cielo para convertirse en angelitos. En Salta, Jujuy, Santiago del Estero todavía existe la muerte de El Angelito, como se la conoce, y de alguna manera es una fiesta, porque el niño va directo al cielo. "Van con música cantando hasta el cementerio y lo entierran. Obviamente que hay dolor de por medio, pero mitigado por esa esperanza de que el niño se fue con Dios"."En Perú, en un pueblito que se llama Pancartaumbo se hace una fiesta en el cementerio. Va todo el pueblo, están los vendedores de helados, de cerveza, los músicos, hay diferentes bandas de músicas que se juntan ahí. Le cantan a los muertos y les hablan, y los chicos andan jugando por ahí. Parejitas de novio sentadas en las tumbas. Ahí se nota que algo de lo todavía queda. En ese pueblo existe la fiesta de la Virgen del Carmen, que termina en el Cementerio. La fiesta dura varios días. El día antes pensé en sacar fotos aprovechando que estaba vacío. Entonces me voy al cementerio y sólo estaba el que cuidaba. Las tumbas estaban marcadas con piedra, algo bastante desordenado. Por ahí viene el cuidador y me dice '¿le gusta lo tengo lindo, no? Yo no quería pisar nada por respeto. Al otro día se arma la fiesta. Estaban todos saltando arriba de las tumbas. Apoyaban sus cervezas, sus máscaras. Porque además van enmascarados. O sea, había otro vínculo. No era que al muerto no hay que tocarlo, no hay que mirarlo, no hay que pisarlo porque es falta de respeto. Me contaba una persona de allí que la peña de amigos se va al cementerio el día del cumpleaños del muerto, se llevan sus cajones de cerveza, su comida, y le van echando un chorro al muerto para que tome de lo que a él le gusta tomar, amanecen borrachos, cantando. Existe otro vínculo. Nada que ver a lo que nosotros conocemos a nivel social".
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