La dura campaña que busca evitar que mueran chicos olvidados en autos

La muerte de una beba en Santos Lugares, olvidada por su padre, que había sufrido recientemente un accidente cerebrovascular (ACV) reflotó un drama que preocupa y que en los Estados Unidos ocurre a menudo. Las cifras así lo indican: el año pasado murieron alrededor de 40 chicos encerrados en autos. Según una nota de la BBC, son alrededor de 38 muertes las que ocurrieron durante la última década, asegura Jan Null, un meteorólogo que documenta este tipo de casos. Según la ONG Kids and Cars, que viene recolectando datos desde 1998, el números más alto de casos se produjo en 2010, con 49 muertes, mientras que 2015 fue el año con menos incidentes, con 24 muertes. El 2017 fue un año inusualmente trágico, con 42 muertes registradas. De acuerdo a la ONG No Heat Stroke, Texas tuvo la mayor cantidad de muertes entre 1998 y 2015, con 100. Florida tuvo 72 muertes, California 44, Arizona 30 y Carolina del Norte 24. Null considera que sus datos, basados en noticias de medios locales, esconden la verdadera magnitud del problema. Él asegura que recibe llamadas de familiares desconsolados cuyos casos nunca llegan a las noticias. Si más padres entendieran que el interior de un auto estacionado puede calentarse 10 grados centígrados en solo 10 minutos, habría menos tragedias, según la organización sin fines de lucro Safe Kids Worldwide. Cuando el cuerpo humano alcanza temperaturas superiores a los 40 grados, sus órganos están en peligro. Los niños son especialmente vulnerables porque sus cuerpos se calientan entre tres y cinco veces más rápido que los de un adulto. Los niños que mueren en autos calientes suelen ser menores de 2 años, aunque hubo víctimas de hasta 5 años. Los fallecimientos se registraron incluso cuando la temperatura exterior no superaba los 23 grados centígrados.