ECONOMÍA Y ESTILOS DE VIDA
La falta de peces y el aumento de basura preocupa a los pescadores locales

Denunciaron que desde que se puso en marcha la Represa Salto Grande bajó considerablemente la pesca en aguas del Río Uruguay y desde hace un tiempo aumentó la cantidad de basura que levantan cuando recogen los mallones. Señalaron que pasan la mayor parte de la semana en el río soportando los rigores del clima o en los campamentos. ¿Qué pasa con los márgenes de ganancia?
Fabián Miró
Los pescadores locales fueron entrevistados por AhoraElDía. Hablaron sobre el trabajo que realizan, qué es lo que pescan, de qué manera lo hacen, cómo comercializan; lo que extraen de las aguas, los costos fijos que tienen y cómo ha cambiado el río y la variedad de especies.
Cabe destacar que estuvieron parados poco más de dos semanas por una resolución de la CARU que les impedía pescar de noche, Finalmente, este lunes, reanudarán las actividades, lunes a jueves, en forma normal quedando admitida la actividad de calado y retiro de redes en horario diurno, entendiéndose que la permanencia de las mismas durante el horario nocturno no contraviene lo establecido en la resolución 06/2022 de la Comisión Administradora del Río Uruguay en relación a la veda de pesca.
Carlos Javier Gónzález, uno de los pescadores artesanales, contó que tiran las redes al río en “horas de la tardecita-noche, para recogerlas al otro día, seis de la mañana, bien temprano”. Indicó que “gracias a gestiones llevadas adelante por el Senador Provincial Jorge Maradey y la viceintendenta Lorena Arrozogaray, se pudo levantar una veda que había impuesto la CARU, medida que nos imposibilitó de trabajar por unas dos semanas”.
González contó que “tienen permitido levantar unas 100 piezas, número al que en esta época del año no llegamos de casualidad, apenas si arribamos a los 20, porque se empiezan a retirar los peces”. Dijo que para “pescar utilizamos mallones reglamentarios que es de 14,5 centímetros en adelante. Además de tener medidas del pez que se saca del agua, siendo la misma de 42 centímetros para arriba”.
Lo que más se pesca es “sábalo, boga, algo de patí, pescados que comercializamos en el mercado interno, ya sea en pescaderías o en el mercado municipal donde trabajamos en una cooperativa de pescadores”. Destacó que en la misma se “procesa el pescado haciendo milanesas, empanadas y demás, dándole un valor agregado que lo obtenemos del río Uruguay”.
Consultado sobre si se puede vivir dela pesca indicó que “la situación tiende a complicarse con el aumento de precios en la náutica y la falta de peces que nos permite obtener un buen volumen”.
Antes pescaban en “canoas, embarcaciones de un porte menor, pero ahora que lo hacemos únicamente, el Gualeguaychú está vedado, necesitamos otro tipo de embarcaciones como lanchas tracker que moviéndose poco en una jornada gastan más de 20 litros, aparte del aceite para la mezcla “. Contó que “normalmente estamos toda la semana en el río haciendo nuestro trabajo”.
Tiempo atrás se “pescaba todo tipo de especies, inclusive en el río Gualeguaychú se pescaba con caña, línea y se obtenían buenos ejemplares de patí, surubí y demás, además de los tradicionales como tararira, bagre y demás”. A su entender desde que se construyó la represa de Salto Grande comenzó a mermar el “pez de gran porte”.

Roberto Gómez señaló que la difícil situación socio-económica que atravesamos los argentinos también impacta en la pesca con la suba de la náutica ya sea en “embarcaciones, motores, el aumento del combustible, redes y demás por lo que vamos piloteando la situación”. Dijo que el “sábalo, la boga, el pejerrey ahora en invierno se vende porque mucha gente se le ha indicado una dieta de pescado, además de quienes siempre lo consumen”. Aseguró que el “pescado es barato, siempre y cuando sea de la zona, dado que si se trae de otro lugar el precio es más elevado”.
Por su parte, Eduardo Caballier, con más de 40 años en el rubro, contó que la “vida del pescador es dura porque se trabaja a la intemperie con heladas muy duras en el invierno, calor sofocante en el verano, además de un enjambre de mosquitos permanente, lluvias, crecientes, temporales, todo el rigor del clima encima”.
El pescador señaló que “la cantidad de peces ha mermado y la basura ha aumentado, algo que nos pone mal porque hace muchos años que andamos embarcado y notamos que la contaminación no tiene freno. Deshechos de todo tipo, basura, plásticos, levantamos en más de una ocasión y estamos hablando de 25o metros en un curso y caudal de agua enorme. Toda esta basura en un futuro podría llegar a afectar al recurso ictícola por lo que hay que acentuar los cuidados del río”.
Ángel García recordó que “treinta años atrás sacar un dorado de 7/8 kilos era normal antes de que se construyera la represa, después todo cambió”. El pescador contó que en sus inicios nos “comimos varios viajes a remo al l Uruguay, hasta que nos pudimos hacer de un motorcito”. Recordó que en las pesquerías, ya desaparecidas de Costa Uruguay, llegaban a sacar 55 carradas de pescados por lance y cada carrada eran 1000 kilos, cuando había peces y variedad en el Uruguay”. José Velásquez comentó que siempre anduvo en el río, pero ahora por la necesidad de “trabajo me he puesto de firme a trabajar en esto y cuando no hay pesca hago alguna changa, mecánica, lo que sea, en tanto que mi compañero hace un poco de leña. Son tiempos difíciles en los que hay que saber administrarse, especialmente en invierno cuando el pez se retira”.