La historia del frigorífico, sin rodeos

Está contada al detalle, por ex trabajadores y sus familiares, en el documental "Gualeguaychú for export" que será presentado el martes 22 de septiembre. Un trabajo lleno de emociones, vivencias, recuerdos y todo tipo de sensaciones.
Por Guillermo C. Navarro
[email protected]ú for export. Tal como lo fue el frigorífico en su esplendor: pura exportación. Ese enclave industrial que le dio vida a la ciudad durante décadas, que fue el matadero por excelencia de la Argentina. De ese lugar monstruoso partía la gran mayoría de la carne que se consumía principalmente afuera del país.Historias de vida, recuerdos, anécdotas, algunas heridas que aún quedan abiertas a partir de su cierre, gente que todavía tiene la esperanza de volver a faenar como los viejos tiempos.Todo eso, contado al detalle por sus protagonistas esta en el documental "Gualeguaychú for export" que será presentado el martes 22 de septiembre a las 21 horas, en el Club Frigorífico.Según contaron a diario El Día sus realizadores, Nancy Rodríguez y Cristian Gauna, el trabajo forma parte de la cuarta etapa del Programa Identidad Entrerriana, está hecho con fondos del premio obtenido en el último concurso de video que organiza el Instituto Audiovisual de Entre Ríos como guión documental. Rescata, en un material audiovisual, la memoria colectiva de los ciudadanos que trabajaron en el Frigorífico Gualeguaychú."Gualeguaychú for export" es un testimonio de valor social, histórico, cultural y económico que oportunamente fue motorizado por la fuerza que tenía el Frigorífico local.Un emprendimiento símbolo de la ciudad que durante décadas (más de 80 años) fue la principal actividad de Gualeguaychú, con reconocimiento mundial. Y quienes trabajaban allí eran considerados de una alta esfera social; porque pertenecer tenía sus privilegios."Hemos tenido gratísimas satisfacciones sobre todo de parte de nuestros ex trabajadores del Frigorífico Gualeguaychú, seres humanos extraordinarios quienes brindaron todas sus vivencias, emociones, recuerdos, y todo tipo de sensaciones que trasmitieron" para el documental", contó Rodríguez sobre el material terminado.
Exportar al mundo
El documental referido es un homenaje a esa gran industria cárnica que logró exportar al mundo, "y decidimos ponerle así (Gualeguaychú for export) porque mucha gente desconoce lo que fue su trascendencia", explicó Rodríguez y acotó que la idea surgió "para que exista un material que represente a la ciudad y a su vez como algo único en sus características que tuvimos en ese momento en todo el país".El objetivo principal del documental es el registro de los testimonios, de las anécdotas de los trabajadores.Nancy Rodríguez, productora del documental, detalló que el inicio del trabajo no fue nada fácil. "Encontramos algo de resistencia porque se notaba algo de miedo en las personas que estuvieron allí. Pero después empezamos a dar con los nombres justos, con las personas indicadas, y ahí se abrieron, contaron las historias", destacó y agregó que todas las entrevistas se hicieron en la solitaria planta ubicada a orillas del río Gualeguaychú."Lo que más sorprendió fue la emoción de muchos de los ex trabajadores manifestando el amor por su trabajo, que es un ejemplo, una manera de que los valores que ellos tenían son diferentes a los nuestros. Eso me sorprendió mucho. Se notaba que a su tarea la hacían con mucho placer", dijo Rodríguez y no ocultó su emoción ante la convocatoria que se logró para la filmación del izamiento de la bandera. "Fue increíble, se autoconvocaron, se avisaban unos a otros, todos querían decir algo. Fueron alrededor de 300 personas que organizaron todo por sí mismos con una estructura de acto protocolar", señaló y destacó: "había muchos hijos, nietos, y en otros casos solo vecinos, pero todos admirando a nuestros viejos. En esa mañana de domingo fresco y soleado, las viejas instalaciones del frigorífico volvieron a tener vida; casi como en una película despertaron del hechizo".
Cada trabajador, una historia
El documental tiene muchas imágenes históricas y su realización demandó alrededor de un año. Se comenzó a trabajar en el rodaje en octubre del año pasado, y en simultáneo a las entrevistas se elaboró el material de investigación.Mientras las ideas fluían de la cabeza de Nancy para lograr una producción perfecta, profesional, el director y realizador cinematográfico Cristian Gauna hacía foco con la cámara digital 3CCD para obtener siempre la mejor toma y sensacionales fotografías.Contó a El Día que tuvieron que "encontrarle la vuelta" para hacer el guión porque cada entrevistado contaba su punto de vista. "Hay trabajadores que opinan que hay que reactivarlo como frigorífico, y otros dicen que no porque es muy grande y ese tipo de industrias hoy son mucho más chicas", explicó."El guión se generó como homenaje al doctor Troisse, primer presidente de la Sociedad Anónima del Frigorífico, y al señor Birabén Losson que fue el gerente más visionario y que más movilizó la actividad", remarcó el director del documental quien aseguró que el público se encontrará con un trabajo emotivo, nostálgico pero casi sin momentos tristes.Destacó además que el audiovisual no es periodístico, sino que tiende a ser cinematográfico es decir, con una construcción visual más cuidada en la estética, la filmación y las fotografías."El documental, simplemente, es un homenaje para que muchos se den cuenta de que las cosas cuando se quieren, se pueden hacer bien", sentenció Gauna.
Aquellos viejos tiempos
- La gente recuerda lo que significó el frigorífico para la ciudad- Pretendió ser una obra social muy importante, con escuela.- Entrar al frigorífico era tener el futuro asegurado, tener todo de por vida.- Ese "gigante dormido" tiene mucho de identidad e idiosincrasia de nuestra ciudad.- Durante varias décadas, casi 80 años, el "silbato" de la industria sonaba dos veces: a las 5 de la mañana y a la una de la tarde.................................................................................................................................
El orgullo que ya no esNo todos los años eran iguales para el desenvolvimiento de los negocios. Diversas circunstancias atribuibles a la política económica nacional o internacional podían beneficiar o perjudicar la marcha de la empresa.En otros casos los problemas estaban referidos a situaciones más allá de sus previsiones como crisis de pasturas, produciéndose faltantes de materia prima y ello llevaba a la necesidad de comprar haciendas en el mercado de Liniers para mantener el cumplimiento de los compromisos de venta en distintos mercados.La inundación del año 1959 llevó a la paralización de la empresa porque ésta había afectado su planta. Las pérdidas fueron millonarias.También se vio obstaculizada la producción por la huelga que durante un mes efectuaron los obreros de la carne. A lo largo del tiempo las desinteligencias entre gremialistas y empresarios se convirtieron en uno de los factores de crisis.La retracción experimentada durante la década del 60 en las demandas de carne del comercio exterior se mantuvo y se acentuó originando nuevas bajas en los precios de colocación de las mismas, que tuvieron repercusión en el valor del ganado y el desenvolvimiento económico de la Empresa.En la década del 70 la situación empeoraba por falta de mercados, actualización en el marco de la política exportadora, desinteligencias de gremialistas y empresarios. El Imperio económico mundial ya no daba espacios a las carnes argentinas. Tampoco había respuestas favorables de parte de las autoridades gubernamentales que permanecían indiferentes ante la delicada situación. Todas las puertas se cerraban, ya no había más crédito produciéndose la cesación de pagos a los distintos proveedores, atraso en los sueldos y jornales del personal.La última década de trabajo fue sumamente crítica. El frigorífico solo faenaba para consumo y así no servía. En 1986 dejó de trabajar.Constituyó el orgullo de Gualeguaychú que lo sentía como su obra. Su cierre aún duele.Fragmentos de la conferencia "Introducción a la historia del Frigorífico" que la profesora Nélida Teresa Veronesi realizó el 15 de octubre de 2000, en el marco del 11° Congreso de la Asociación de Profesores de Historia del Uruguay (APHU) que se realizó en Las Cañas, Fray Bentos (ROU)