ES ELEGIDO POR MUCHOS FAMOSOS
La increíble historia de un argentino que llegó a Miami con 4 dólares y abrió un restaurante que es elegido por famosos y por el mismo Messi
Llegó a Estados Unidos desde Buenos Aires a los 18 años con cuatro dólares. Infobae conversó con el creador del legendario Café Prima Pasta, Gerardo Cea, para conocer su increíble historia.
Miami Beach alberga uno de los secretos mejor guardados de la cocina internacional: Prima Pasta. Este icónico restaurante italiano, que este año celebra 30 años, ha sido testigo de innumerables encuentros entre estrellas de Hollywood, deportistas de élite y leyendas de la música.
El hombre detrás de este fenómeno gastronómico y social es Gerardo Gerry Cea, un argentino con un espíritu batallador que llegó a Estados Unidos en 1985, con apenas 18 años, cuatro dólares en el bolsillo y una mochila llena de sueños.
La vida de Cea bien podría ser el argumento de una película. Una historia plagada de giros inesperados, grandes desafíos y metas cumplidas. Nació en el barrio de Palermo, en Buenos Aires. De adolescente vivió en Once y concurrió a la misma escuela primaria donde estudiaba el sobrino de David Lebón, por entonces guitarrista de Serú Girán. Gracias a eso, conoció y se hizo fan del grupo que lideraba Charly García.
En una extensa charla con Infobae, Cea nos compartió detalles fascinantes sobre su camino desde sus humildes inicios hasta la creación del famoso restaurante, y compartió anécdotas de las celebridades que han cruzado el umbral de Prima Pasta.
Orígenes humildes
Gerry recuerda sus primeros pasos en Estados Unidos, que eligió por ser una tierra de oportunidades: “Llegamos a Miami y dos días después me llamó un tío desde Nueva York. Así partí hacia la Gran Manzana. Allí comencé ayudando a camareros en un restó de la mafia”.
Sus inicios no conocieron la comodidad, ya que, según sus palabras, “trabajamos 15 horas al día, y así fue nuestra vida tras abandonar Argentina”.
En las cocinas de la mafia neoyorquina
Su tío, un enlace providencial, le consiguió trabajo en un exclusivo restaurante italiano de Manhattan que pertenecía a la familia Gambino. “Yo empecé trabajando desde la posición más baja del salón, como ayudante de camarero”, narra Cea.
Allí, fue testigo de escenas que posteriormente serían parte de películas como Buenos muchachos: “Viví todo eso, fue una experiencia reveladora. Estuve en esa travesía durante dos años”.
Cea nunca olvidaría la noche que Paul Castellano, jefe de la mafia a quien había conocido en un restaurante de Nueva York, fue acribillado a balazos a tan solo tres cuadras de donde él trabajaba. Apenas 15 minutos después, Cea, por entonces un chico de 19 años, se encontraba presenciando estupefacto la dramática escena del crimen que conmocionó a la Gran Manzana en 1985.
Haber presenciado ese asesinato mafioso marcó un punto de inflexión para el joven Gerry. Decidió cambiar de ambiente: alejarse de Nueva York, que además de ser una ciudad magnífica tenía ese submundo criminal, y mudarse al soleado Miami para empezar de cero con sus padres.
El nacimiento de Prima Pasta
Una vez asentado en Miami, Cea aún trabajaba como camarero mientras sus padres también buscaban empleo en restaurantes y panaderías locales. Sin embargo, un sueño bullía en su interior: “Siempre pensaba en encontrar un local para abrir mi propio restaurante”.
El destino le sonrió de manera inesperada un día, cuando el peso de lo cotidiano se la hacía demasiado: “Estaba bastante desanimado y decidí ir al cine con un primo y un amigo. Les dije que necesitaba distraerme. Mientras caminábamos, sucedió algo asombroso. Estacionamos cerca de lo que hoy es Prima Pasta y, al dar unos pasos, me topé con el letrero del local que decía ‘Restaurante en alquiler’”.
No dudó en gastar todos sus ahorros, que eran de USD 10.000, y alquiló el local. Con el apoyo de sus padres, en 1993 abrió las puertas de Prima Pasta, que entonces contaba con solo 28 sillas. “Fue un boom desde el primer día”, rememora, y su primera cliente no fue menos que Madonna, un augurio de lo que le reservaba el porvenir. Su fórmula infalible: buena comida y mejor servicio.
La familia Messi, habitués desde 2012
La historia de la relación entre el astro argentino Lionel Messi y Prima Pasta es como una melodía que ha reverberado en la atmósfera del restaurante a lo largo de los años. Si bien desde el Mundial de 1994, que se celebró en los Estados Unidos, los salones de Prima Pasta recibían regularmente a los jugadores del fútbol internacional y sus familias, la primera visita de Leo Messi ocurrió de forma sorpresiva en 2012.
El teléfono del restaurant sonó y al otro lado de la línea se anunció el astro del Barcelona. “El chico que atendía me dice: ‘Mirá, llamó Leo Messi. No sé si me están cargando. Pero dice que son 14 personas y están en camino para acá'”, recuerda Gerry. Podía tratarse de una broma, pero si era cierto no iba a ser fácil acomodar a un grupo tan grande de comensales, así que ordenó que se preparara una mesa.
Hizo bien porque, efectivamente, minutos después arribó Messi junto a sus padres, sus hermanos y otros familiares, dando inicio a una relación que perdura hasta hoy. Se estima que Messi ha visitado el establecimiento siete u ocho veces a lo largo de la última década, aun antes de vivir en Miami. Esa conexión especial ha convertido a Messi en un miembro destacado de la familia Prima Pasta.
El espíritu sencillo de Messi
Una de las notas más destacadas de estas visitas es la sencillez y la genuina calidez de Messi y su familia. Cea lo describe con admiración: “Nos sorprendían un montón la hermosura de familia que son, la educación, lo simple y bueno, y esos abrazos, esos saludos tan lindos, y siempre ese agradecimiento”. La presencia de Messi es como un rayo de sol que ilumina el restaurante, dejando una huella imborrable en cada visita.
Por Messi se suspenden hasta los cumpleaños. Era un soleado 12 de julio de 2023 cuando Cea organizaba los preparativos para festejar el suyo cuando en su teléfono móvil apareció el nombre del padre del jugador. “Hola Gerry, estás trabajando hoy, ¿no? Porque voy para allá a comer con con Leo”, dijo Jorge Messi del otro lado de la línea. Cea respondió: “Sí, sí. Sí, trabajo, trabajo. Ahí nos vemos”. Rápidamente canceló sus planes para la noche y se dirigió a su restaurante a prepararlo todo para a la familia Messi.
Pasadas las 8 de la noche, Cea los recibió con abrazos y gran alegría. Messi se mostró relajado y con genuinas ganas de compartir sin pretensiones con algunos comensales que lo reconocieron. Se lo notaba radiante y feliz..
En cuanto a las preferencias culinarias de Messi, suele optar por lo sencillo y auténtico. Sus elecciones gastronómicas se inclinan hacia las pastas clásicas, especialmente la pasta con salsa pomodoro, un plato que evoca la esencia de la cocina italiana.
En algunas ocasiones, también ha disfrutado de las milanesas, un clásico de la gastronomía argentina. En cuanto a las bebidas, su elección suele recaer en el agua mineral.