
Tanto hombres como mujeres recurren a los cirujanos estéticos para cambiar o retocar alguna parte de su cuerpo. Un médico y un sociólogo analizan la tendencia; además, el testimonio de una mujer que decidió pasar por el quirófano.
Por Mónica Farabello y Rubén SkubijEl aumento en las consultas a especialistas y el crecimiento en el número de personas que deciden operarse por estética, es un fenómeno que es analizado por un sociólogo, mientras que los profesionales médicos aseguran que "existen mujeres que han llegado a ir a una consulta con la foto de una actriz famosa, para pedir parecerse a ella".La era de la imagen y la estética no excede a Gualeguaychú, siendo las cirugías plásticas estéticas más frecuentes "la mastoplastía, la rinoplastía y la lipoaspiración".El cirujano mastólogo Pablo Corfield, informó a elDía que estos tres tipos de intervenciones son las más pedidas y las que más se realizan en la ciudad."La cirugía plástica tiene dos partes: puede ser reconstructiva o estética. La reconstructiva o reparadora, en Gualeguaychú prácticamente no se hacen", explicó Corfield.Además, el cirujano expresó que "las cirugías estéticas que se piden con más frecuencia en la ciudad, son: en primer lugar y por lejos, la mastoplastía; también la rinoplastía y la lipoaspiración, aunque la dermolipectomía también es muy pedida. Se trata de una operación donde se quita grasa pero que es diferente a la lipoaspiración".Por otra parte, el boom en la estética se observa en la oferta pero también en la demanda. De esta manera, se observan nuevas técnicas. En este sentido, Pablo Corfield manifestó que "hay una nueva técnica que se llama láser lipólisis; se pone una cánula de aspiración junto a un láser y ese láser va quemando la grasa y la cánula lo va succionando".Entre la estética y la locuraLuego de las operaciones más frecuentes o más pedidas por los pacientes de la ciudad, se encuentran en segundo orden "el mesolifting; el lifting facial que puede ser total o sólo en la zona de los ojos, Estas son operaciones que pueden hacer con anestesia general o local", según explicó el profesional."También se realiza la blefaropastía que es la operación de párpados, la otoplastía que es la cirugía de oídos, y la rinoplastía que es la operación de nariz".En cuanto al límite que separa "la estética de la locura", Pablo Corfield expresó que "algunas mujeres soportan cualquier cosa por llegar a lo que quieren y muchas veces somos los cirujanos los que tenemos que poner el freno. Conozco profesionales en la ciudad que son muy respetables y que le dicen a sus pacientes que le gusta la belleza de la mujer y que no hacen locuras, porque hay que saber qué se puede hacer en cada persona según la contextura física que tiene".Al respecto, recordó que "una persona fue con la foto de una actriz muy conocida y me pidió que le haga esa nariz. ¡Es una locura, como es una locura que chicas de quince años se hagan una mastoplastía como regalo de cumpleaños!"."Mi opinión profesional -argumentó Corfield- es que a esas niñas no se las tendrían que operar porque esa mama no está madura, por lo que hacerle una lesión quirúgica e interponiéndole una prótesis que es un material exógeno, realmente no es para nada recomendable".Al respecto informó que "lo ideal para un mastólogo es que la mujer que se realice una cirugía, lo haga después de haber tenido un hijo y haber amamantado, porque la mama madura cuando la mujer amamanta. Las mamas maduran hasta los 21 años y la última maduración es justamente en el amamantamiento".

La estética y "el yo" como preponderanteLas cirugías estéticas son analizadas por diferentes áreas sociales. El sociólogo Juan Pablo Castillo consideró que el fenómeno "excede a Gualeguaychú porque hablamos de hechos culturales globales, sobre todo en occidente".Louveau, una especialista francesa, en los años 80 hablaba del cuerpo como referencia. "Si bien lo enfocó en aquella época, creo que es un concepto que hoy en día lo podemos establecer. ¿Qué dice esta autora?, que los hombres y las mujeres se empiezan a dedicar cada vez más al cuidado del cuerpo", interpretó.¿Pero por qué? "Porque tienen representaciones cada vez más individualistas que ubican al yo y al placer inmediato en un lugar de preponderancia. El yo por encima de las relaciones sociales".Consideró importante "saber la percepción que uno tiene sobre el cuerpo que está atravesado y construido socialmente, la forma en la cual uno se ve y ve a los demás".Castillo afirmó que la percepción del cuerpo ha cambiado, se tiende a la individualización de las relaciones sociales aunque no significa que éstas hayan acabado.Afirmó que desde Argentina "tendemos a analizar los procesos sociales fuertemente permeados por la economía, lo cultural siempre lleva un proceso mucho más difícil de revertir. Ya conocemos el neoliberalismo donde se han roto los lazos sociales y se ha fragmentado la sociedad. Eso culturalmente lleva a reemplazar el eje de la cuestión en el vínculo entre los seres".El sociólogo dijo que la fragmentación es uno de los factores en los cuales se inscribe el neoliberalismo, "el sujeto como sujeto que consume, no que produce".Tomando a la masividad de las cirugías estéticas, sostuvo que "se trata de un hecho social que atraviesa a todas las clases sociales, cada sector va interpelando o apropiándose de ese discurso y lo hace carne".- ¿Se origina un proceso de individualización?Por supuesto y vacía de contenidos en términos de construcción social a la cultura, empieza a preponderar la cultura del yo y de la imagen, se pierde justamente lo que tiene el ser humano que es el vínculo social.Hoy en día, creo, estamos más que nada preponderantemente atravesados por un lenguaje corporal que es justamente uno solo, la persona y ahí está teledirigida la publicidad.Tinelización de la culturaEl joven profesional recordó que "muchos hablan de la tinelización de la cultura en su máxima expresión cuando el programa es la consecuencia de varios años de romper las relaciones sociales en términos verbales para pasar a una construcción del vínculo social desde el individuo".Aclaró que en Gualeguaychú -con las cirugías estéticas- "pasa lo que sucede en cualquier ciudad que está atravesada por el mismo sistema económico, político y cultural".Las mismas contradicciones que ocurren en las grandes ciudades "también las tenemos en Gualeguaychú, quizás la diferencia es el grado de exposición".En tanto, comentó a elDía que el proceso de individualización ha llevado "a este rompimiento de los lazos sociales y la emergencia del cuerpo como factor que ordena las relaciones sociales. Y este desprendimiento ha liberado tanto a la mujer de la opresión del hombre como al hombre de la opresión de la mujer en términos de roles establecidos".Tinelli "es la consecuencia, allí se ve la cristalización del cuerpo y del consumo de la estética como meta o como significante de lo que es el éxito".Con relación a la actitud del hombre de practicarse operaciones en su cuerpo, lo que antes era un elemento casi exclusivo de la mujer; Castillo sostuvo que "se trata de un fenómeno que ha venido a lo largo de la historia. Una práctica que estaba vinculada en términos del sentido común con la mujer empezó a verse también en el hombre".La mujer ha avanzado en términos laborales y educación; "el hombre en cosas que eran propiamente de la mujer como el cuidado del cuerpo. Por eso no debe llamar la atención el aumento de la venta de cremas para el varón", enfatizó."Sentía que con la cirugía me iba a sentir mucho mejor con mi cuerpo"

Una mujer relató a elDía su experiencia personal al tomar la decisión de someterse a una cirugía de mamas.¿Por qué decidiste realizarte una operación estética?Decidí operarme porque tenía ganas de concretar algo que había pensado durante mucho tiempo. Siempre lo viví y lo hablé como algo medio en serio y medio en broma: sabía que algún momento lo iba a hacer pero no tenía ninguna certeza; era más que nada una fantasía con la que bromeaba bastante seguido, y de esa manera me tomaba con humor la disconformidad con mi cuerpo.De todos modos, esa disconformidad nunca fue un impedimento para sentirme bien o hacer todas las cosas que tenía ganas de hacer con total normalidad, pero sentía que con la cirugía me iba a sentir mucho mejor con mi cuerpo.Los meses anteriores a la operación, empecé a hablarlo más seguido y con más seriedad con mi hermano y con unas amigas y desde ese día, todos los días me miraba al espejo y lo iba analizando como un cambio trascendente y del cual tenía que estar muy segura. Además, tenía la edad suficiente y la maduración mental y psicológica como para dar un paso así.¿Cuánto tiempo tuviste que esperar para realizarte la cirugía?Cuando empecé a consultar con médicos de la ciudad y a averiguar bien todos los detalles de la operación, me di cuenta que hay muchas personas que se hacen cirugías en la ciudad. Para conseguir el turno para la primera consulta, tuve que esperar un poco más de un mes, porque el cirujano estaba completo de consultas.Una vez que tuve la consulta donde te explican todo sobre la operación (desde los riesgos, los costos, los diferentes métodos, la recuperación) tuve que esperar a que me otorguen el día de la operación, y ahí tuve que esperar casi dos meses más y cuando llegó ese día, me enteré que junto conmigo se operaba una chica de Concepción del Uruguay.Nos internaron a las dos juntas en la misma habitación y estuvimos conversando sobre la cantidad de gente que se opera y lo normal que termina siendo una decisión tan trascendente.¿Sentís que era una necesidad para sentirte bien con vos misma?No lo definiría como una necesidad, porque no era algo necesario, pero sí era algo que tenía ganas de hacer y que sabía que iba a sumar a mi autoestima. Y realmente fue así, porque ahora estoy más contenta conmigo misma, o con cómo me queda alguna ropa que antes ni me animaba a usar.Además, me di cuenta que evidentemente estaba bien analizada la decisión porque no me costó nada adaptarme a mi nuevo cuerpo. Lo tomé como algo normal y nunca tuve ningún problema de sentir pudor ni nada por el estilo.¿Cuanto tiempo de meditación te llevó?En realidad lo venía pensando desde hacía más de cinco años, pero cuando tomé la decisión realmente, lo empecé a analizar mientras hacía las averiguaciones y todos los análisis prequirúrgicos.Todos esos pasos previos a internarte y operarte, creo que son los momentos en que sinceramente pensas en todo y por momentos me daba ansiedad y tenía muchas ganas que llegue el día. Creo que esas semanas previas son claves para cualquier persona que vaya a realizarse una cirugía plástica: o te convencés que lo querés hacer o te arrepentís.¿Tuviste miedo?Previo a la operación no tuve miedo nunca porque estaba muy informada acerca de cómo iba a ser todo. Yo averigüé desde qué calidad de prótesis que había en el mercado, hasta las posibles complicaciones y soluciones, así que por ese lado sabía lo que iba a pasar y ya lo tenía muy asumido.Pero la recuperación es algo totalmente diferente en cada persona y es muy importante que todas las chicas que decidan someterse a una cirugía plásticas de mamas lo sepan; porque muchas veces uno ve en el tele que a la semana de operarse ya están bailando o con un escote tremendo y casi sin recuperación, pero así también, después tienen muchísimos inconvenientes o tienen que operarse nuevamente, o sufren de dolores y demás.En mi caso particular, me dijeron que en tres días iba a hacer vida normal, pero esos tres días fueron treinta por lo menos. Estuve diez días donde no podía mover los brazos con normalidad, tenía que caminar despacio y hasta tenían que ayudarme a cortar la comida, abrir una puerta o ir al baño. Además, por un mes aproximadamente tuve hematomas muy importantes en toda la zona del pecho, y durante esos días, sí sentí un poco de temor por mi recuperación.¿Te retocarías alguna otra parte de tu cuerpo?No. Así me siento muy bien. Todo lo demás se puede modificar con gimnasia o dietas, así que no recurriría nuevamente a la cirugía plástica.