“La Municipalidad sale a cortarnos la cabeza con esta nueva medida”
Sivia Zimmermann, una de las dueñas de los supermercados Malambo, criticó con dureza la disposición municipal que prohíbe la manipulación de frutas y verduras por parte de los consumidores. Noelia Indart, responsable de Bromatología, defendió la medida. "Técnicamente no existe polémica", aseguró.Desde el miércoles, quienes van a comprar frutas o verduras a cualquier negocio de la ciudad no pueden servirse de las mismas, como pasaba hasta ahora en muchos supermercados, despensas y verdulerías de todo tipo.La medida -a la que cuesta encontrarle antecedente en alguna otra ciudad- generó el disgusto de muchos comerciantes locales, quienes argumentan falta de personal e imposibilidad operativa para dar respuesta a la disposición, por un lado, y de parte de los propios consumidores, que se enteraron de la prohibición por la tapa de ElDía, por otro.Para tomar esta decisión, la Municipalidad se ampara en una normativa dispuesta en el Código Alimentario Argentino (CAA), al cual Gualeguaychú está adherido mediante una ordenanza de 1985. Pero hasta ahora la prohibición no se había aplicado. Al menos, no con la rigurosidad que se comenzó a tener días atrás.En este sentido, desde el Malambo, una de sus dueñas dialogó con ElDía desde Cero, cuestionó la falta de campañas de concientización previa y aseguró que la medida persigue un fin netamente recaudatorio."Estábamos notificados hace tres meses, más o menos, pero empiezan con esto un fin de semana largo. Muchos turistas llegarán a la ciudad y es complicado atenderlos bajo las nuevas reglas de juego", reclamó la comerciante."Ya envasamos mucha mercadería delicada, como duraznos, frutillas o uvas. Toda esa fruta la tenemos en bandeja y me parece bien que así sea. Pero hay cosas ilógicas, como el choclo, las papas o las cebollas, que se tienen que cocinar. No tiene sentido que no se puedan tocar, es ridículo", expresó.Con respecto a los controles llevados a cabo por Bromatología, Zimmermann aseguró que "la Municipalidad sale a cortarnos la cabeza con esta nueva medida, porque lo único que quieren es cobrarnos multas, ya estamos hartos de esto", protestó."Hay que empezar por las escuelas, educando a los chicos; hay que hacer campañas porque nuestros clientes hace 25 años que se sirven la mercadería y de un día para el otro se encontraron que no es más así. No puede (el Municipio) salir directamente a matar a los comerciantes", indicó, al tiempo que aseguró que -a diferencia de otros privados que adelantaron que no van a cumplir con la prohibición- acatará la normativa. "Si no lo hacemos nos matan a multas, somos los primeros que vienen a buscar", sentenció Zimmermann y se quejó de que "el control nos es parejo para todos".Sin fisuras técnicas Desde el Municipio, la responsable del área de Bromatología, Noelia Indart, también habló con ElDía desde Cero. La funcionaria explicó que la prohibición nació de una disputa entre privados: "un grupo de comerciantes al que le habíamos solicitado el Carnet Sanitario, como corresponde, manifestó su disconformidad porque en otros comercios no se hacía", explicó.Con la intención de que las reglas sean las mismas para todos, se resolvió apelar a la adhesión municipal al CAA, luego de 32 años. Por ello, "técnicamente no existe polémica", ya que la norma es clara: "todas las personas que estén en contacto con alimentos, lo manipulen en una góndola o en un comercio, tienen que tener Carnet Sanitario".Dicho carnet tiene tres aspectos fundamentales para la persona a la que le es asignado: debe concurrir a una capacitación, hacerse un chequeo de las vacunas y realizarse análisis clínicos.En este sentido, Indart aseguró que ya hay muchos comercios de la ciudad que, además de tomar más personal, están implementando la medida y comenzaron a llevar a cabo campañas de concientización."Tiene que ver con un cambio de un hábitos, es una cuestión de prevención de enfermedades y de la salud de los consumidores", argumentó la funcionaria. Asimismo, adelantó que los comercios que no cumplan la medida serán multados y que, más allá de la disputa entre los privados que generó la decisión del Ejecutivo, no han recibido en Bromatologóa ninguna denuncia de clientes afectados por el mal estado de frutas o verduras."¿A quién le gustaría que su hijo o su papá consuma una fruta manoseada por 50 o 60 manos antes sin saber el estado de esas manos?, quiero que la reflexión sea desde ese punto", pidió la funcionaria.
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