La nueva cancha del barrio Toto Irigoyen lleva el nombre de "Lucas Bentancourt"

Poco después de las 14.30, estaba todo dispuesto para dejar inaugurada la nueva cancha de fútbol del barrio Toto Irigoyen, en Costa Uruguay Sur. Junto a los locales, los chicos y jóvenes del Anhelado Sueño, el Zupicchini, el Obrero, el Munilla y el Guevara, ya tenían puestas sus camisetas. Luis Bentancourt, “el profe”, iba y venía. Mandaba a cambiarse a algunos distraídos y seguía organizando. Sus guríses del barrio, a los que les dedica buena parte de sus tardes, eran los anfitriones. Nada podía salir mal. “Llegó Olga”, alertó alguien, en referencia a la esposa de Luis, la mamá de Lucas, que se hacía presente en el lugar del brazo de sus hijas Manuela y Cecilia. Francisco, el mayor de los Bentancourt, ya estaba en la canchita hace un buen rato. “El profe Luis, como lo llaman los chicos, logró muchas cosas positivas en ellos, cambiando el comportamiento a base de respeto y disciplina, inculcando responsabilidad en concurrir a cada práctica”, expresó, micrófono en mano, una de las vecinas del barrio. Además, rescató el cambio en el vocabulario y en el compañerismo, tanto dentro como fuera de la cancha. “Quién diría que una persona sería capaz de ganarse tanto cariño por enseñar un deporte, vos lo lograste profe Luis, te has ganado el cariño, el respeto y la amistad de quienes hoy estamos aquí acompañándote”, dijo otra de las presentes, antes de anunciar: “Nuestro playón deportivo llevará el nombre de Lucas Isaías Bentancourt”, a quien describió como “una bella persona que marcó un antes y un después entre todos los que tuvimos el placer de conocerlo y tomarle mucho cariño. Siempre lo recordaremos y guardaremos en nuestro corazón los hermosos momentos que vivimos a su lado”. Luego de las emotivas palabras de las organizadoras, se convocó a al resto de la familia para descubrir el banner que dejó formalmente inaugurado el “Playón deportivo Lucas Isaías Bentancourt”, la imagen del joven junto a su padre, de un lado, y la de los chicos del barrio, del otro. “Sin darnos cuenta la vida nos cruza con grandes personas”, arriba, y el eterno “gracias”, abajo. El resto fueron abrazos y llantos de emoción, como una réplica de las dos marchas a los Tribunales de Gualeguaychú, pero diferente. Con el sol de la tarde dominguera calentando las caras mojadas por las lágrimas, y con un montón de chicos y grandes que en esta oportunidad no pidieron justicia, sino que, una vez más abrazaron al profe y a su familia. “Ellos se merecen respeto y que los escuchen” “Siempre desde el respeto, una abrazo, una caricia, escuchando a los chicos, porque muchas veces los grandes hablamos y no escuchamos a los más jóvenes”, así definió, tras el emotivo reconocimiento, la esencia del trabajo que, de manera voluntaria y desinteresada, Luis Bentancour lleva a cabo en el barrio Toto Irigoyen. “Más ala de los problemas sociales y los problemas en cada casa, esto es un desahogo para ellos, se conversa mucho, se habla, no hay discusiones. Es algo muy importante, porque a veces en otros lugar te encontrás con discusiones o con algún roce; se están uniendo todos, tanto los más chicos como los más grandes”, destacó. Y dejó un mensaje esperanzador: “Tratando bien a los chicos, a los jóvenes, se puede”. “Sea el barrio que sea, se puede. Creo que a veces hay que escuchar más de lo que se habla. Ellos se merecen respeto y que los escuchen, no está todo perdido”, aseguró.