La presidenta del STJ querellará a Maya
La presidenta del Superior Tribunal de Justicia (STJ), Leonor Pañeda, decidió querellar al dirigente Héctor Maya."Doy por concluido el intercambio epistolar y le comunico que procederé a promover las acciones judiciales a que su ilícito proceder lo ha hecho merecedor", le advirtió la magistrada en la segunda carta documento que, con fecha del miércoles, le remitió al ex legislador nacional.En la misiva la magistrada reiteró que no ocupó ni desempeñó cargos, ni fue funcionaria de la última dictadura cívico militar ni de ningún gobierno de facto. "Mal que le pese, ratifico que cumplo a cabalidad la condición de idoneidad democrática que consagra el cuarto párrafo del artículo sexto de la Constitución de Entre Ríos", le espetó al dirigente.La magistrada replicó uno a uno los dichos del ex legislador: aseguró que no ingresó a la Subsecretaría de Justicia en 1978, ni aconsejó "como asesora los actos de la dictadura", ni fue "asesora legal del Proceso" en ninguna tarea o función por la que "reemplazaba al Parlamento", ni fue "autoridad de la dictadura"."Tampoco se hallaba dentro de mi competencia la demasía atribuida de ser corresponsable del trato del que eran objeto los compañeros detenidos durante el Proceso", acotó en alusión a los dichos de Maya. Especificó en el texto que se desempeñó desde 1978 como empleada pública provincial categoría 17 -que era entonces el escalón más bajo del tramo técnico-, cumpliendo funciones de asesora legal, cuando era una joven abogada principiante. Puntualmente, estaba empleada en el Departamento Técnico Legislativo que dependía de la Subsecretaría de Justicia del Ministerio de Gobierno. Trabajó allí hasta 1992, año en que ingresó al Poder Judicial como agente fiscal de primera instancia."El carácter meramente técnico administrativo de dicho departamento, y que prosiguió luego de la reinstalación democrática, es la razón por la que, pese al esmero con el que dice usted haber emprendido la búsqueda, no encuentra antecedentes de ninguna tarea relevante en los términos en que me atribuye, porque ellas no existieron y no porque alguien las haya borrado, como usted maliciosamente conjetura", le dijo en la carta."No puedo presumir, dada su condición de abogado y avezado político, que interprete usted en forma sincera y honesta que una joven empleada rasa de un tramo técnico de la administración pública pueda ser catalogada como funcionaria en cargo de responsabilidad democrática durante la dictadura porque si su ignorancia fuera de esa envergadura y, además, fuese franca, el contenido de la carta documento que le remití le hubiera disuadido de volver a reproducir y ampliar sus injurias y de persistir maliciosa y procazmente en una configuración de sentido de mis antecedentes profesionales que repugna a cualquier construcción responsable, sensata y veraz de la memoria histórica, política y moral de nuestro nefando pasado más reciente", sostuvo luego."Su incontinencia verbal difamatoria, que solo reconoce por motivación la contrariedad que le ha generado una sentencia adversa unánime del Tribunal Electoral, le despojan a usted de legitimidad moral o política para requerir mi renuncia a la magistratura", concluyó. APF
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