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La caída de Reposo como candidato a la Procuración General se veía venir. Después de la fallida audiencia en el Senado, su situación se había vuelto insostenible y era innecesario el desgaste al que sometía a la Presidenta.
Jorge Barroetaveña Reposo se bajó, disparando furiosas críticas contra la campaña que, sostiene, lo eyectó y le dio forma a la primera señal de distensión que busca la Casa Rosada.El clima social se ha puesto turbulento. Y nada parece ayudar a que, al menos por ahora, empiece a ceder. En el trayecto el gobierno cometió errores infantiles por falta de una conducción económica unificada. ¿Quién es el Ministro de Economía? Nadie lo conoce al pobre Hernán Lorenzino.Su puesto ha sido ocupado, alternadamente, por Guillermo Moreno, Aníbal Fernández y Axel Kicillof. Ninguno de ellos acertó con un discurso tranquilizador. Moreno viene precedido de pésima fama, Kicillof es aún poco conocido y Fernández se mandó una de aquellas cuando dijo que haría 'lo que se le antoja' con sus dólares. Fue el revulsivo que faltaba.Es cierto, como afirma el kirchnerismo, que el valor dólar afecta, directamente, a pocos sectores de la sociedad. Pero es una referencia ineludible para la mayoría. Y fue el propio gobierno, con las restricciones, el que puso el tema en la tapa de los diarios. Llegó y no se va. Claro, tampoco había muchas salidas más que cerrar el grifo: el Banco Central acaba de informar que las entidades han perdido el 30% de los depósitos en dólares en los últimos meses y que, por día, los retiros ya trepan a los 120 millones. Esa sangría había que pararla, pero la cuestión ahora es cómo salir.A los pingues negocios que algunos están haciendo con la diferencia entre el dólar oficial y el blue o paralelo, sólo se les pondrá coto cuando esa brecha se achique. Esto significa ir devaluando progresivamente, sin saber cuál será el impacto que tendrá en los precios. La forma de ahorro de los argentinos no se cambia con aprietes (algo a lo que el kirchnerismo es tan afecto) ni con voluntarismo, se cambia con decisiones concretas que vuelvan más atractivo al peso. Nadie, y Fernández crudamente lo dijo en un acto de 'sincericidio', pretende ahorrar para perder plata.Encima faltan interlocutores. Alguien que explique con claridad qué es lo que se pretende y cuál será el rumbo económico en este momento de complicaciones. La Presidenta no puede estar monologando todos los días. Esto podría acarrearle un desgaste inútil. ¿No sería mejor buscar una figura económica que le ponga el pecho a las balas?Tampoco la política ayuda al momento. Lo de Daniel Reposo fue un derrape grosero. ¿Quién se lo recomendó a la Presidenta? Dicen que Amado Boudou que destacó su trabajo en la SIGEN y le dio el impulso suficiente para quedarse con la candidatura. Pero el abogado, más allá de los 'deslices' de su currículum, nunca pareció estar a la altura del cargo y sus misivas del final así lo revelan. Fue correcta la decisión de pedirle, gentilmente, que se bajara. Hubiera sido una derrota política innecesaria la votación en el Senado, en estos tiempos que las victorias para la Casa Rosada escasean.Pero del clima en las calles la Presidenta ha tomado debida nota. Reposo, su anuncio de pesificar los depósitos en dólares que tiene, el traspaso de Transporte a la órbita de Randazzo o el quite de la concesión de TBA en manos de un empresario amigo como Claudio Cirigliano, son señales que marchan en ese sentido. Hay un par de cuestiones que han hecho alinear los planetas y a la Rosada no le gusta nada. Moyano está cada vez más cerca de Scioli, al punto de decir que lo apoyaría en una eventual candidatura en 2015, y por estas horas estaban compartiendo un asado en la Quinta "La Ñata" del gobernador. La protesta rural se nacionalizó y ha tenido altos niveles de acatamiento. Y la CTA opositora paró otra vez y provocó un verdadero caos en Buenos Aires y alrededores. Pero estos indicios, no son quizás, los que más preocupan. Pese a todo sigue siendo la economía el agujero por el que se filtran todas las expectativas. La UIA acaba de confirmar que cayó la actividad fabril por primera vez en dos años y medio, y hay empresas grandes, como las automotrices de Córdoba, que han empezado a suspender personal. A esto se suma el ahogamiento económico en muchas provincias que están haciendo malabares para pagar los sueldos de junio y el medio aguinaldo. En Córdoba hay intendentes que hablan de volver a los bonos.El gobierno afirma que la crisis es meramente circunstancial, y que está aguijoneada por la caída de los mercados europeos y asiáticos. "Se nos cayó el mundo encima", describió en este sentido la primera mandataria. Pero los datos de economía real las sociedades no los miden por lo que pasa más allá de los océanos. Se miden por cuestiones más concretas y terrenales. Si tengo trabajo, cobro bien mi sueldo o si voy al supermercado y los precios suben todos los días. Estas variables, que han sido un bastión para el sostenimiento del modelo nacional y popular, están agitadas. El piloto de tormentas, es la Presidenta, aunque se percibe la sensación que le faltan laderos eficaces que sepan explicar a la sociedad argentina lo que está pasando, sin gritos, ni retos ni mentiras. Hoy la Presidenta luce más sola que nunca. Y algo de eso se percibe: la imagen de todos los políticos ha caído, salvo Scioli que parece inmune al enojo social. Pero si la situación se sigue deteriorando nadie quedará exento, ni siquiera los que lucían blindados a cualquier remezón.