La realidad social, la educación y los principios
Este ensayo esta orientado a plantear una fundada inquietud, una preocupación más con el afán de motivar y poder intentar avanzar en lo que se llama el "día a día", y poder "comprender" la problemática social.Guillermo Ricardo Pellegrini*Colaboración Apunta, principalmente, a poder comprender fundamentalmente el entorno y al semejante y consolidar un Futuro mejor, digno, equitativo donde este presente el Bien Común.Me parece que las notas anteriores, Excelencia, Liderazgo, Responsabilidad Social, Universitaria y Corporativa; El Miedo, un fantasma que domina, son temas de importancia tal que exceden la simple columna de opinión periodística, sobre todo en nuestros días. Es difícil (no imposible) pero importante, crear la necesidad (como se dice en marketing) de vivir con excelencia y responsabilidad.Todo esto presentado así suelto puede parecer una serie de capítulos, pero cuando se arma mediante la educación es la base del desarrollo económico social y de una estrategia nacional: "...sin educación el futuro esta en riesgo...""...si no los quieren educar por caridad, al menos háganlo por miedo...", decía Domingo Faustino Sarmiento.En la actualidad, el entorno en que vivimos es mediocre y vacío de principios y valores. Transmite que sólo sirven el dinero, el éxito de coyuntura y lo material y trivial. El famoso encanto de la soberbia de la personalidad, su atractivo general, consiste en pretender alcanzar la calidad de vida de una forma rápida y sencilla, a cualquier precio, sin pasar por el proceso natural de trabajo y desarrollo que la hace posible.Es un símbolo sin sustancia, es el esquema de "conviértase en millonario en una semana", que promete "riqueza sin trabajo"; que podría incluso tener éxito, como algunos, pero seguiría siendo un esquema.La soberbia de la personalidad y su exaltación es ilusoria y engañosa. Y tratar de alcanzar resultados de calidad con sus técnicas y arreglos transitorios, es más o menos tan efectiva como tratar de llegar a algún lugar de Córdoba usando un plano de Mar del Plata.O como dice Erich Fromm: "...Hoy en día nos encontramos con un individuo que se comporta como un autómata, que no se conoce ni se comprende a sí mismo, que a la única persona que conoce, es la que se supone que es él, cuya verborrea sin sentido ha reemplazado al lenguaje comunicativo, cuya sonrisa sintética ha reemplazado la risa autentica y cuya sensación de oscura desesperación ha ocupado el lugar del dolor autentico. Dos cosas pueden decirse de este individuo. Una es que padece carencias de espontaneidad e individualidad que pueden considerarse incurables. Al mismo tiempo, puede decirse de él, que no es esencialmente distinto del resto de nosotros que caminamos sobre la tierra...".Quiere decir que falta más educación, capacitación, preparación, formación y responsabilidad personal y social, o sea se debe trabajar más en inculcar los principios para tener más firmes los valores morales.Pero qué pasa: desde el vamos la realidad socioeconómica condiciona inexorablemente las posibilidades de estudio y ascenso social. El 75% del mundo sufre hambre. Por lo tanto los cerebros del 75% de la humanidad quedan irremediablemente dañados para acceder al conocimiento. La primer responsabilidad que nos compete a todos, pero especialmente a los dirigentes de cualquier organización y representantes de la comunicad es la de eliminar los obstáculos, "la miseria" que implican la desigualdad de posibilidades. Y destinar los recursos necesarios para que la educación sea el primer interés de la sociedad organizada.Nos damos cuenta que el lema de la Revolución Francesa sigue siendo una utopía "Libertad, Igualdad y Fraternidad", y ya ha corrido bastante agua bajos los puentes del Sena.En cuanto a exigir que cada uno, en el rol, lugar y estatus que desempeñe, ya sea el más humilde (un barrendero, por ejemplo) o el más elevado (un Presidente de la Nación), tenga responsabilidad para cumplirlo con excelencia, al menos la que le permiten sus condiciones naturales y adquiridas, estoy absolutamente de acuerdo que todo andaría mejor; es mas, no debería ser sino una exigencia de cada uno consigo mismo. Comprometerse con todosPero en la vida corriente, no son muchos los que lo hacen. Algunos hemos heredado estos principios, valores y educación y estamos convencidos de que son verdaderos. Es más, intentamos transmitirlos a nuestros alumnos, hijos y nietos. Pero muchos han logrado un estudio profesional o una capacitación, convencidos de que esto les serviría para escalar posiciones, sobre todo para ganar prestigio y dinero. No hay devolución a la sociedad que le pagó los estudios universitarios, no hay ética de retorno, reciprocidad y responsabilidad universitaria, pues no se le ha enseñado.Entonces las motivaciones por las que trabajan en determinado rol o lugar, no son las de buscar el bien común, el progreso humanístico de la sociedad toda, sino la de satisfacer egoístas ambiciones personales o simplemente, como el caso de nuestro amigo el barrendero, para subsistir económicamente, si es que lo lograMe acuerdo haber escuchado cuando era chico a un amigo decir "si yo fuera barrendero", y lo fue, "mis calles serían las mejor barridas del país", y lo fueron. Eso es lo que cada uno debería pensar y hacer, comprometerse con uno mismo y con su función y responsabilidad, tratar de hacer las cosas lo mejor posible, no una vez y cada tanto sino siempre y, seguro, todo andaría mejor.¿Dónde esta el verdadero problema? En la falta de educación integral, en la escuela y en el hogar, en el marco familiar. "La escuela instruye y el hogar educa", decía Domingo F. Sarmiento; la carencia es relevante, la falta de principios y valores morales, la falta de mucho, en conclusión la falta de contenido ético y social."...La Universidad, como la escuela no pueden limitarse a la tarea de cultivar las solas aptitudes profesionales o manuales, sin convertirse en fábricas de muñecos mas o menos admirables por su habilidad aparente; una y otra han comenzado a ser factores de cultura y de impulso ascendente, cuando han comprendido el valor del elemento humano y la necesidad de engranar sus ruedas con la vasta polea que los ligaba al dinamismo del mundo exterior..." (Joaquín V. González, 1863-1923). UNLPCómo puede a veces un educador, un padre, enseñar honradez, honestidad y decencia si el alumno, el hijo, le puede llegar a decir que él vive en la Cueva de Alí Babá y los 40 ladrones...Cómo recuperar la educación, los principios y valores si lo que nos rodea proclaman a viva voz diariamente que la "felicidad" consiste en el dinero y en tener una buena silueta, en el ser el centro de atención y pasarla bien "laburando" lo menos posible. Cómo contrarrestar semejante influencia. A quién le interesa que vivimos sólo una vez, y que vale la pena gastar la vida o parte de ella en mejorar el mundo... o al menos a nuestro alrededor, para que nuestro paso no haya sido en vano.Es un desafío el salir de esta encrucijada, una sociedad con educación, instrucción, principios y valores necesita imprescindiblemente de un recurso humano que la guíe y lidere, con un sentido profundo de su historia, de su estado de situación y realidad actual y de una visión de futuro hacia un cambio establecido por consenso con una gestión de ejemplo, responsabilidad y con claros objetivos en la búsqueda de resultados hacia la solidaridad, hacia la comprensión y el bien común. * Licenciado en Ciencia Política
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