La riqueza de Vaca Muerta

El estudio de los yacimientos "convencionales", es decir aquellos a los que estamos habituados desde hace décadas y que están distribuidos en distintas cuencas hidrocaburíferas argentinas, se halla en una etapa que podría denominarse madura. Por Pablo Pazos*Opinión Las probabilidades de encontrar nuevos yacimientos convencionales de importancia es baja y los pozos en explotación muestran que la producción ha ido decreciendo.Este diagnóstico, compartido ampliamente, lleva a analizar otras alternativas de extracción para revertir la enorme cantidad de divisas que se van en importaciones.En este contexto, la Formación Vaca Muerta pasa a ser protagonista en la búsqueda de reservorios "no convencionales". La característica de Vaca Muerta es que el gas y el petróleo que contiene están confinados dentro de la misma roca generadora, no han sido expulsados. Eso no ha ocurrido porque ese hidrocarburo está en poros muy pequeños y poco interconectados. El hidrocarburo que estaba alojado en poros mayores ha sido expulsado y ha migrado hacia los reservorios de yacimientos "convencionales".Para extraer el gas atrapado en los poros (que es mucho) es necesario generar artificialmente "vías de escape" de los mismos. El método utilizado es la fractura hidráulica, que consiste en inyectar a presión agua y otras sustancias para que, primero, se abran las fracturas existentes y se generen nuevas y, luego, que esas sustancias llenen las fracturas impidiendo que las mismas se cierren.No se puede utilizar cualquier producto ya que las temperaturas existentes en subsuelo son significativamente distintas a las de superficie y esas partículas deben tener resistencia adecuada para no deformarse cuando la fractura, al cesar la inyección, intenta cerrarse. Además, la sustancia no debe ser reactiva con los fluidos de perforación ni con los hidrocarburos o la roca. La inyección de agua con el calentamiento natural en profundidad es un verdadero "caldo de cultivo" de bacterias que atacan los hidrocarburos y que al modificar su composición alteran sus propiedades y pueden complicar la extracción. Por eso se utilizan otras sustancias (biocidas) que adecuan el pH para que esto no suceda.Al estar la Formación Vaca Muerta a más de 2000 metros de profundidad, en la zona de interés, el agua que se encuentra alojada en la roca es salada, ya que ha tenido millones de años para cargarse de sustancias ahora disueltas. Cabe recordar que los acuíferos que habitualmente nos alimentan de agua dulce son poco profundos (menos de 900 metros) o extremadamente superficiales en algunos casos. En ningún caso esas aguas profundas son las que explotamos para riego o bebida. Por otra parte estas fracturas que también se utilizan en yacimientos convencionales se conocen desde 1940 y los primeros pozos horizontales datan de 1929, no en la Argentina, por supuesto. Aclarando que no oscureceDado que todas las perforaciones, tanto para yacimientos convencionales o no convencionales, no son horizontales en el rango de profundidad de los acuíferos los "cuidados" no son distintos de los que se debe tener en una explotación "tradicional". Estudios previos (EEUU)1 muestran que sobre más de 6000 pozos analizados los problemas de filtración por mala cementación (pared del pozo) son inferiores al 4%. Pero lo que es más interesante aún, es que la vinculación entre estos "fallos" con un contenido mayor de gas (metano) en los acuíferos de agua dulce no ha sido probada. Muchos de los pozos con problemas eran antiguos y estaban mal sellados y fueron abandonados cuando se era menos riguroso con estándares ambientales.Hay temor de que las fracturas generadas en profundidad se expandan hasta la zona de acuíferos de agua dulce. Está probado que por debajo de un determinado umbral de profundidad esto es imposible. Por suerte la "Vaca Muerta" está soterrada bien profunda (2100-3000 metros). Las fracturas además se diseñan para controlar su extensión y en ello se tienen en cuenta muchos factores, principalmente los contrastes entre rocas y la mineralogía de la roca a fracturar. Algunos videos que circulan en la red no corresponden a yacimientos no convencionales del tipo Vaca Muerta y no pueden extrapolarse a este caso.La posibilidad de generar sismos que produzcan daños es otro de los temores más frecuentes. Nuestra cuenca Neuquina, al pie de los Andes se "sacude" constantemente aunque solo sean detectables para la población los sismos mayores. Los estudios existentes en EEUU han mostrado que la cantidad se incrementa, pero que la magnitud (poder destructivo) se halla muy por debajo del umbral de las escalas más utilizadas y no son detectables, salvo por sismógrafos. Lo que si puede suceder es que estudios geológicos inadecuados no reconozcan fallas pre-existentes y el pozo, al inyectarse agua, "lubrique" esa falla que se mueve por esa razón.En este punto cabe recordar que lo que hace que una falla pueda moverse es la existencia de esfuerzos previos y naturales que se disipan con el movimiento de la misma, registrándose el evento como un sismo. Estos sismos, con muy bajo potencial destructivo, sí son detectables y causan "alarma". Frente a esto es oportuno decir que un caso excepcional no es lo frecuente ni común, lo que en términos estadísticos representaría decir que tratamos lo "infrecuente" como "el término medio". En otras palabras es equivalente a decir "prohibamos la aviación porque 'raras veces' se caen aviones".Desde el punto de vista estrictamente geológico, la Formación Vaca Muerta, que representa el registro de una inundación marina de hace millones de años en tiempos donde el clima cambiaba progresivamente hacia condiciones de temperatura (elevadas) mayores a las actuales, constituyó un "mar de vida" en la superficie y columna de agua, lo que produjo abundantes desechos orgánicos, microscópicos, que luego fueron preservados en cantidades inusuales y que permiten concluir que como consecuencia de tanta abundancia de vida y de excelentes condiciones de preservación la naturaleza nos ha dado una unidad geológica con características que nos permitirían autoabastecernos de gas por mucho tiempo, siendo el gas menos productor de gases invernadero que el petróleo y mucho menos que el carbón.La transformación de, al menos, un 30% de la matriz energética llevaría décadas y debemos preguntarnos si como argentinos preferimos la importación indefinida (la que criticamos) y renunciamos a las fuentes de energía fósil o si nos alejamos de la coyuntura política y pensamos al menos a mediano plazo, lo que significa "vivir con lo nuestro" y que es mucho, ya que tenemos recursos abundantes y relativamente poca población, algo que para China, por ejemplo, ante igualdad de recursos representa muchos menos años de energía disponible, dada la conocida cantidad de habitantes.La alternativa a hacer las cosas bien no puede ser no hacer nada.Vidic et al. 2013. Impact of shale gas development on regional water quality. Science DOI:10.1126/science.1235009. * Doctor en Geología - Profesor FCEyN UBA - Investigador Adjunto CONICET
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