LA FAMILIA QUE RECORRE AMÉRICA EN UN AUTO MODELO '97
La travesía de las “Seis Hormigas Viajeras” pasó por Gualeguaychú
Son una familia de seis que viaja por Latinoamérica desde hace más de 4 años. Arrancaron su primera aventura en 2018, partiendo desde Argentina y terminando en México. Hace unas semanas salieron de nuevo a la ruta y esperan conocer Uruguay, Brasil y Paraguay. Un anhelo de hacer del viaje un modo de vida, haciendo amigos en todos los rincones.
Por Amílcar Nani
Al volante de la Ford Transit modelo ’97 va Claudio, a un costado va su pareja Graciela, y en la parte de atrás de la camioneta están sus hijos, Ludmila de 17 años, Matías de 16, y los mellizos Nicolás y Tomás de 14. En mayo de 2018 decidieron dejar los apacibles paisajes de la Patagonia y salieron a la ruta. El plan era llegar a México, pero lo que nunca se pararon a planear cuál iba a ser el camino y cuánto tiempo les iba a tomar.
“Nunca tuvimos apuro de llegar a ningún lado”, bromea Graciela en declaraciones a Ahora ElDía en una charla acontecida en el Parque Unzué de Gualeguaychú, más precisamente en el Paseo de la Delfina, donde frenaron para disfrutar una cena a la vera del río.
Nuestra ciudad es parte de la segunda travesía que iniciaron a hace un par de semanas. Como en el viaje anterior hicieron todo por el lado de la cordillera, ahora quieren conocer el continente del lado del Atlántico. El plan incluye Uruguay, Brasil y Paraguay, y Gualeguaychú fue el primer paso fronterizo al cual llegaron.
Pero volvamos al principio, al viaje que iniciaron en 2018: durante 13 meses viajaron sin parar, y nadie mejor que Matías para enumerar los países que conocieron: “Chile, Perú, Bolivia, Ecuador, Colombia, Panamá, Costa Rica, Nicaragua, Honduras, El Salvador, Nicaragua y México”, recitó como si fuera un mantra.
“Mi hija quería festejar sus 15 años en Cancún, y nosotros le dijimos que la íbamos a llevar, pero más lento y a nuestra manera. Y llegamos a Cancún unos días antes de que cumpliera 15 años”, contó con picardía Claudio.
Lo cierto es que al llegar a las tierras aztecas sucedió algo que sorprendió a todo el mundo: la pandemia, y la travesía de pronto se detuvo de manera momentánea. Y como quien no sabe la cosa, resulta que se terminaron quedando dos años en México.
“Al principio quedamos aislados a orillas del mar, hasta que una pareja nos prestó una casa, donde nos quedamos dos meses. Pero cuando el presidente mexicano permitió volver a circular por las rutas internas, volvimos a viajar. Conocimos 21 de los 32 estados de México”, relataron.
Aunque los cuatro adolescentes no perdieron ni un día de clases gracias a un sistema de educación a distancia que el Estado argentino tiene inclusive desde antes de la pandemia, el final del primer viaje llegó en diciembre de 2021, cuando retornaron a San Martín de los Andes, y el motivo fue porque Ludmila quiso hacer el último año del secundario de manera presencial y con sus amigos.
“Fuimos pioneros en la educación a distancia, y nos criticaron un montón. Sin embargo, un año y pico después todo el país estaba estudiando como nuestros chicos por el coronavirus”, explicó Graciela.
La otra gran duda que muchos tienen es: ¿de qué viven para vivir viajando?
“Hace diez años empezamos un proyecto cuando nos mudamos a la Patagonia que es hacer juegos didácticos en madera, y nos dimos cuenta que los podíamos fabricar en cualquier lado ya que tenemos energía solar, una máquina caladora y nuestras manos. Claudio corta las piezas y yo las pinto. Y tuvimos aceptación con el producto, porque apela a la nostalgia y a que los pibes salgan un rato de la Tablet, el celular o el televisor”, confesó.
Pero además de fabricar juguetes, los seis se dan mañas para hacer lo que sea necesario, desde arreglar la camioneta a su manera hasta cocinar platos típicos en países extraños. Y en todos los lugares aprenden algo.
“Lo mejor de todo el viaje es la cantidad de amigos que hemos hecho en todos lados. Nos han prestado casas en todos lados. En realidad te dan todo de corazón. Si uno se guía por lo que dice la gente, uno no sale a ningún lado. Hay que eliminar los prejuicios y dejar de llevarse por lo que dice la televisión. Las personas en todos lados son muy amigables, pero hay que ir y vivirlo, no se puede experimentar desde la comodidad del hogar”, reflexionaron las “hormigas” con Ahora ElDía.
Sin ir más lejos, Carlos y Stella, una pareja de Gualeguaychú que sigue las aventuras de “Las Seis Hormigas Viajeras” en Instagram desde el primer viaje, invitaron a la familia viajera a almorzar, y lo que iba a ser una comida de un par de horas terminó siendo toda una tarde en la que la pareja les enseñó a hacer molinos de viento con sifones de soda descartables, una iniciativa que seguro terminarán perfeccionando y sorprendiendo a más de un latinoamericano.
“Lo que aprendieron mis chicos en estos 38 meses de viaje no se lo enseñan en ninguna escuela. Quizás este sea el último viaje de los seis juntos porque Ludmila quiere comenzar a transitar su propio camino. Pero estamos convencidos que es muy valiosa la herencia que le estamos dejando a nuestros hijos. No le dejaremos una casa o un auto, pero les dejaremos muchísima experiencia y el haber vivido la mejor aventura de sus vidas”, concluyeron con orgullo antes de partir con rumbo a Uruguay, pero sin saber muy bien hacia cual parte precisa de Uruguay.