
Dos cosechas fallidas, la vuelta de las retenciones y un panorama incierto provocaron que la comercialización de implementos para al actividad agropecuaria se frenara de manera brusca. Son escasas las operaciones para la adquisición de nuevos modelos, y las usadas tampoco se piden mucho.
Aunque el Gobierno Nacional pronóstico un cosecha récord para 2019, la realidad indica que las buenas expectativas no son compartidas por el sector. Y una señal clara sobre esta realidad la marca la venta de maquinarias agrícolas, que actualmente está literalmente estancada y los fabricantes ahora prefieran apuntar sus ventas al exterior.
Quizás sean las dos cosechas fallidas producto de sequías e inundaciones, o la vuelta de las retenciones o el hecho de que si llega a ser en 2019 una cosecha récord la misma encontrará los precios más bajos en una década, pero lo cierto es que hoy nadie compra ni un tractor ni una cosechadora.
Otro factor a tener en cuenta a la hora de encarar la compra de implementos agrícolas es que hay que sumar las altas tasas de interés, algo que espanta a todo aquel quiere tomar un crédito para renovar su parque de maquinaria. La suba del dólar también juega su partido, porque la cotización de los implementos es en la moneda estadounidense. Actualmente, para adquirir una cosechadora hay que desembolsar como mínimo 400.000 dólares, y para un productor desfinanciado tras el fracaso de la última cosecha de soja y de dos temporadas castigado por las inclemencias climáticas, esa cifra no sólo suena lejana, sino además insólita
Marcelo Gómez, vendedor de implementos agrícolas, comerciante que vende en todo Entre Ríos y en provincias vecinas se refirió al momento del sector: "es un rubro que ha presentado una serie de altibajos, con cambios de gobiernos y de políticas. El presente es un momento complicado, a pesar de que dicen que es el rubro de mayor crecimiento. Lo cierto es que no es así".
Con un dólar favorable para los que viven fronteras afuera, hoy el rubro de la venta de maquinarias agrícolas vive gracias a las ventas al exterior, lo que marca también lo deprimido que está el mercado interno.
"Hay poca sensibilidad por parte del Gobierno nacional: tienen que darse cuenta que si no se toman medidas, todos, poco a poco, vamos a terminar fundidos. Hoy no tenemos en el horizonte, como en otros momentos, un futuro medianamente previsible, y no podemos decir que en la próxima cosecha se va a reacomodar la economía de los campesinos", se quejó el vendedor, quien concluyó con pesar: "No creo que en el corto plazo venga un chacarero a comprar una sembradora de dos millones de pesos; está totalmente desfinanciado y sin poder acceder a un crédito".