La virgen que ganó una batalla y se hizo generala

El 24 de septiembre de 1812 el Ejército del Norte, al mando del General Manuel Belgrano - que no había estudiado para militar- ganó, contra todos los pronósticos, la Batalla de Tucumán. Dr. Gustavo RivasColaboración Su planteo técnico fue considerado una obra maestra de la estrategia. Y entre sus consecuencias, se le asigna haber asegurado la Independencia y salvado una parte considerable de nuestro territorio.Para ello, Belgrano tuvo que desobedecer las órdenes del Triunvirato y la insistencia de su inspirador, Bernardino Rivadavia, en el sentido de que eludiera esa batalla y se retirara a Córdoba. En cambio, el pueblo de Tucumán le pedía al General que no los abandonara, a la vez que le aportaba numerosos voluntarios.No era fácil: Belgrano apenas contaba con 1.800 hombres mal equipados, mientras el poderoso ejercito español, al mando de Pío Tristán, se componía de 3.000, muy bien pertrechados.Finalmente Belgrano decidió atacar. Y el mismo día de la batalla, que se extendió por dos jornadas, fue temprano a la iglesia de la Virgen de Merced, que desde 1687 era -designada por el Cabildo- Patrona y abogada de esa ciudad. Allí, en su oración, se encomendó a ella, como lo documenta después el parte respectivo y algunos dicen que le pidió su intercesión para lo que consideraba un milagro.Aquella memorable batalla, una de las páginas más gloriosas de nuestra historia nacional, se ganó por la conjunción de una multiplicidad de concausas, que bien podrían vincularse al milagro. Una de ellas, muy singular, fue la inesperada y providencial aparición, en plena batalla, de una manga de langostas de inusual dimensión. Tanto, que confundió a los españoles al hacerles suponer erróneamente una superioridad de las fuerzas criollas que no existía, lo que influyó en su precoz retirada.La noticia de aquella victoria, a medida que se fue conociendo, galvanizó el espíritu de lucha de las restantes Provincias Unidas.Para celebrar el triunfo, el 27 de Octubre subsiguiente, se organizó una imponente procesión en la que el Ejercito del Norte y pueblo entero de Tucumán marcharon hasta el sitio mismo de la batalla.Al frente y presidiendo la marcha, se desplazaba en lo alto la imagen de la Virgen de la Merced a quien todos le atribuían el milagro de ese resultado.Pero en medio de la misma, el general victorioso hizo detener la marcha, lo que llamó la atención y se cumplió de inmediato. Pero más aún, sorprendió a todos, la orden de bajar la imagen al nivel del suelo, y así se hizo, ante el estupor de la multitud. Acto seguido, Manuel Belgrano le colocó a la Virgen su bastón de mando y en ese mismo momento, ¡la proclamó Generala del Ejercito del Norte!Por eso hoy la Virgen de la Merced, es Patrona del Ejercito Argentino.Todo lo cual, nos ayuda entender y valorar, cuánto tuvo que ver la fe católica en la gesta liberadora de nuestra Patria.
ESTE CONTENIDO COMPLETO ES SOLO PARA SUSCRIPTORES
ACCEDÉ A ÉSTE Y A TODOS LOS CONTENIDOS EXCLUSIVOSSuscribite y empezá a disfrutar de todos los beneficios
Este contenido no está abierto a comentarios