DESDE LA PANDEMIA CRECIÓ MUCHO EL RUBRO
Las cadeterías de Gualeguaychú se organizan para actualizar la regulación de la actividad
Junto a la Dirección de Tránsito y el Consejo Deliberante, los repartidores urbanos avanzan en la creación de una nueva ordenanza. La necesidad de trabajar entra en colisión con la falta de formalidad de un sector que creció mucho durante la pandemia.
Marzo del 2020 fue el mes en que todo cambió. La abrupta llegada de la pandemia por el Coronavirus modificó drásticamente la realidad de toda la población mundial, como nunca antes había sucedido. Todo se modificó, desde lo más macro, como las formas de relacionarse entre países, hasta lo más cotidiano, como el saludo entre personas.
Cambiaron las maneras de relacionarnos, de higienizarnos; cambió la modalidad del trabajo, de concebir la salud mental y hasta los horarios en que se podía caminar libremente por la calle.
Si bien ya dejamos atrás eso del tapabocas, los saludos con los puños y el límite de personas que podían compartir un espacio cerrado, hay muchas cosas que ya no volvieron a ser lo que eran antes. Una de ellas es el rol de los repartidores urbanos o cadetes, un sector que durante esos años creció muy fuertemente y que hoy es parte de nuestra cotidianeidad.
Pero esos cambios no fueron ordenados y planificados, la necesidad de trabajar generó el crecimiento de la informalidad y el cuentapropismo. Esto modificó sustancialmente el rol del sector, ya que antes ser cadete era más una “changa” y ahora hay muchas familias que tienen su mayor ingreso económico en esta actividad.
Según un informe de la Dirección de Tránsito al que accedió Ahora ElDía, son siete las agencias registradas en Gualeguaychú y el registro de la cantidad de personas que se dedican a esta actividad marca 350. Pero este último dato no está actualizado y, teniendo en cuenta la volatilidad del sector y la creciente demanda, es probable que ese número se quede corto.
Con el fin de ordenar el trabajo del que dependen muchas familias de la ciudad, por un lado, y miles de usuarios del servicio, por otro, un grupo de agencieros se empezó a organizar y a tener reuniones, tanto con la Dirección de Tránsito de la Municipalidad como con el Concejo Deliberante. El objetivo es consensuar una nueva ordenanza y avanzar en capacitaciones.
Es que en la actualidad son muchos los trabajadores que no cumplen con los requisitos básicos para ejercer el servicio. A saber: licencia de conducir, categoría para la moto vigente, seguro obligatorio, tarjeta identificatoria del vehículo y una tarjeta de registro de la motocicleta. Además, la informalidad en el vínculo laboral con las agencias resulta un verdadero peligro para todas las partes.
Primeramente, para el trabajador, quien, en los casos en que trabajan en la total informalidad, de sufrir un accidente en la vía pública, situación a la que están expuestos todo el tiempo, nadie responde por ello. No existe la figura de empleador que responda, tampoco un seguro. Lo que hay son acuerdos comerciales entre las partes.
Esto también es una situación riesgosa para la agencia, ya que, con la legislación actual, queda expuesta a una demanda laboral, como ha sucedido en más de una oportunidad. También es una situación riesgosa para quienes son usuarios de ese servicio. ¿Quién responde ante una situación irregular, como puede ser el robo de un paquete? ¿Qué seguridad se le brinda a la persona en los casos que los cadetes no están registrados en la Dirección de Tránsito? Esto sucede más que antes, porque ha crecido el número de trabajadores que se dedican al servicio por fuera de las agencias.
Con todo esto sobre la mesa, el trabajo conjunto ya comenzó y días pasados empezaron a dictarse, desde Tránsito municipal, las capacitaciones para repartidores urbanos. La última semana, también, el grupo de agencieros fue recibido por concejales oficialistas para coordinar acciones futuras.
Las mismas tienen que ver, básicamente, con el trabajo para aprobar una nueva ordenanza (la vigente es del año 2008) que, entre otras cosas, contemple un seguro para quienes ejercen este trabajo, para que tengan la cobertura mínima si sufren un accidente; la inscripción en el monotributo social, para que tengan obra social y aporte jubilatorio, y de esta manera tener también un control más estricto de parte del Estado y una seguridad, para las agencias, de ese vínculo laboral.
Desde el grupo promotor de estas reuniones, conformado por agencieros y agencieras, demandan avances concretos que brinden un marco de certidumbre y seguridad para todas las partes. Desde el Estado municipal se comprometieron a avanzar en este sentido.