Las consecuencias del dólar en la góndola del barrio: “En este momento no se salva nadie”
Guillermo Covato es propietario de un pequeño autoservicio de la ciudad. En diálogo con ElDía desde Cero, habló de la situación económica que atraviesan los comerciantes chicos y los medianos.El jueves fue un día angustiante para buena parte del pueblo argentino. Por televisión, casi todo el mundo siguió la escalada del dólar, después que el presidente Mauricio Macri haya dado, paradójicamente, un mensaje a "los mercados" en el que anunció el adelanto de préstamos por parte del Fondo Monetario Internacional (FMI).ElDía desde Cero dialogó con el propietario de uno de los tantos autoservicios que funcionan en la ciudad para conocer la realidad que atraviesan. "La situación es muy compleja, a ciencia cierta no sabemos dónde estamos parados. Anoche -por el jueves- hablé con mi distribuidor mayorista en Buenos Aires y me dijo que los valores de los productos aumentaron en el orden del 30 al 45 por ciento", contó Guillermo Covato."Esos precios no puedo en lo inmediato trasladárselos al consumidor, al vecino, a la abuela que viene todos los días con los pesos contados a comprar lo mínimo y necesario", indicó en este sentido y, con la experiencia de quien pasó por varias situaciones similares en los últimos 25 años, dijo que "quizá los precios se retrotraigan el lunes o el martes, como ya pasó en otras oportunidades".Como tantos otros comerciantes, Covato debe hacer equilibrio entre los precios que exhibe en sus góndolas -ya que al no haber circulante en la calle el cliente es muy selectivo con lo que gasta- y la sobrevivencia de su propio comercio."Por el momento no pienso en remarcar, es una decisión personal", aclaró, al tiempo que reconoció que "por temor a quedarse sin dinero para reponer la mercadería, seguramente otros comerciantes lo están haciendo".Por otro lado, diferenció la conducta entre el mayorista y el minorista, o entre los supermercados y los "locales de aproximación", como el suyo."La gente que va a un súper no habla con el dueño o con el encargado, como nosotros lo hacemos en forma permanente. La gente que viene a este tipo de locales nota enseguida si los productos que vendemos sufrieron un aumento. Sencillamente, porque vienen con la plata justa. Esto no pasa en los supermercados, donde el que compra con precios remarcados se dan cuenta cuando llega a su casa", manifestó.La remarcación de precios fue casi inmediata en algunos mayoristas, como contó el comerciante de la ciudad. Pero, otros tantos, ni siquiera difundieron listas de precios actualizadas y, de hecho, se conocieron casos de mayoristas locales que ni siquiera abrieron las puertas al público este viernes.Sobre la situación económica que atraviesa, él y muchísimos comerciantes del rubro, dijo estar vendiendo "por el mismo valor que en 2015". Y, en la clave de la calle, lamentó: "está todo mal, en este momento no se salva nadie, ni los distribuidores, ni los comercios medianos, ni los chicos como es mi caso"."La falta de circulante, la falta de poder adquisitivo la padecemos todos", expresó el comerciante que desde 1994 debe lidiar con la esquizofrénica economía argentina.
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