El caso ocurrió en mayo a pocos metros de la plaza Urquiza, más precisamente en Luis N. Palma y Fray Mocho. El sujeto de 30 años está acusado de golpear e intentar secuestrar a una joven de 15 años que caminaba sola en la madrugada. Ayer fue elevada la causa a juicio y se espera el debate.La fiscal Martina Cedrés reunió todas las pruebas suficientes durante la Investigación Penal Preparatoria (IPP) y ayer por la mañana consiguió que el juez de Garantías, Mario Figueroa, elevara a juicio la causa que se inició el 21 de mayo, cuando se conoció el hecho en el que la víctima resultó ser una adolescente de solo 15 años.El imputado tiene 30 años, es albañil, no tiene antecedentes policiales y penales, es padre de familia, y tres días antes del hecho habría peleado con su esposa. Por consejo de su abogado, se abstuvo en la indagatoria y en la rueda de reconocimiento que protagonizó junto a otras personas, fue señalado por la menor.Cedrés tomó declaraciones de las personas que estuvieron con la adolescente minutos antes de ser abordada, que confirmaron el relato previo que había hecho en la denuncia, y junto a otras pruebas, como el informe médico forense, la Cámara Gesell realizada a la víctima y las imágenes de tres cámaras de seguridad, se pudo elevar el Legajo para que el Tribunal de Juicios de Gualeguaychú disponga fecha de audiencia.No está establecido cuál habría sido la intención del hombre al sujetarla, taparle la boca para que no gritara, golpearla y obligarla a subir a su Fiat Uno, por ello solo fue imputado de una "privación ilegítima de la libertad en grado de tentativa en concurso ideal con coacciones".En la madrugada del 21 de mayo, alrededor de las 3, la adolescente se encontraba junto a un amigo de 17 años en la plaza Urquiza. Ella lo acompañó hasta ese lugar porque el joven se sentía descompuesto y una vez que abordó un remis, ella comenzó a caminar en dirección al este.Cuando solo había transitado 50 metros, en la esquina de Fray Mocho y Luis N. Palma, un hombre se bajó de un Fiat Uno color bordo, la tomó del cuello y la tiró al suelo. Los gritos de la joven retumbaban en la madrugada, mientras que su agresor la amenazaba diciéndole: "callate hija de puta porque sino te apuñalo", pero ella en ningún momento se quedó en silencio. Desde el suelo le pegaba patadas a su agresor para defenderse, hasta que un policía de la motorizada que se encontraba en la zona escuchó los ruegos.Cuando el hombre observó que llegaba un efectivo al lugar, se subió rápidamente al auto y escapó. El policía solicitó apoyo y describió al agresor para que otros móviles salieran en la búsqueda. Un patrullero se quedó en la plaza con la víctima, mientras que el uniformado y otros móviles siguieron al Fiat Uno. A los pocos minutos fue detenido en Jujuy y 9 de julio.
