“Lo único que podemos hacer es separar el terrorismo de la religión”
Joan Biosca, corresponsal para Sudamérica de la televisión y la radio públicas de Cataluña, habla sobre el atentado terrorista en Barcelona, el modelo de desarrollo turístico de la ciudad y la controvertida decisión del parlamento regional que esta semana dio un avance significativo con su plan separatista.Florencia CarboneJoan Biosca es corresponsal para Sudamérica de TV 3 y Catalunya Radio. Nació en Barcelona hace 40 años y se mudó a la Argentina hace 13.Acostumbrada a ocupar el centro de la escena por su riqueza histórica y cultural, por el esplendor de sus paisajes y el atractivo de sus playas, la ciudad española se transformó en el principal titular de los portales de noticias del mundo cuando el 17 de agosto pasado, a las 16.50, una furgoneta se lanzó contra centenares de personas que estaban en La Rambla. El atentado que se atribuyó el Estado Islámico (ISIS por su sigla en inglés) dejó más de una decena de muertos y cientos de heridos.¿Cómo se podría combatir al terrorismo sin caer en modelos que exacerben el odio y el nacionalismo?, pregunta El Día a Biosca. "Lo único que podemos hacer es separar y disociar el terrorismo de la religión. Los terroristas son terroristas. Pueden ser musulmanes, católicos, judíos, de Boca o River, del Barça o el Madrid, pero son terroristas. Todos tenemos que articular ese mensaje", responde.Joan -que estudió Ciencias de la Comunicación en la Universidad Ramón Llull, en Barcelona- agrega que espera que "el mensaje más de ultraderecha que asocie a la religión-emigración con la inseguridad no tenga cabida en el caso de España", aunque admite que se trata de una tarea complicada."Somos los ciudadanos juntos con los políticos los que tenemos que hacer mucha pedagogía, cada uno en su ámbito familiar para no caer en esa mirada, pero es muy complicado. Entiendo que la gente se deje seducir por ese discurso de: Estaremos más seguros si ponemos más barreras, más armas, más soldados, más policías. No tengo la solución de cómo combatir el terrorismo pero si tengo en claro que religión no es igual a terrorismo", asevera.-¿Por qué creés que eligieron Barcelona como lugar para el ataque?-Podría haber sido cualquier capital europea. Ya pasó en Berlín, Londres, París, Niza. Le tocó a Barcelona y le puede tocar a X. Tenemos que estar preparados para que esto pase en nuestra ciudad en cualquier momento. Barcelona era uno de los objetivos, podría haber sido el primero, el quinto o el sexto. Por una cuestión turística, recibe 30 millones de turistas al año de los 75 millones que recibe España; es una capital europea cosmopolita. Se buscaba atacar a un corazón económico turístico europeo. No le veo otra mirada. También hay que tener en cuenta que los expertos en antiterrorismo dicen que el hecho de que haya mucha población originaria de Marruecos, etc, muchos chicos jóvenes que se radicalizan por no adaptarse, puede ser un factor de peligrosidad. Y debe haber sido así porque por lo que cuentan se han desactivado muchos posibles atentados en los últimos meses. Pero eso puede pasar en cualquier ciudad. Hay que pensar que uno puede agarrar una furgoneta en Barcelona y recorrer toda Europa sin ningún tipo de fronteras en 12 horas, y que esa persona puede vivir en el conurbano de París, Londres, Ámsterdam o Bruselas pero cometer el atentado en cualquier otro lado. -¿Por qué se te ocurrió ser periodista?-Nunca he querido ser otra cosa. Desde de chiquito leía los diarios, veía los noticieros, los corresponsales por el mundo y decía eso está bueno. Me gustan mucho las noticias de último momento. Si no hiciera lo que hago ahora estaría en un canal de noticias. La adrenalina, la noticia en evolución... Básicamente me gusta el trabajo por el hecho de explicar historias y cosas. -¿Qué es lo que haces hoy?-La corresponsalía de TV 3 y Catalunya Radio, que son las empresas hermanas de la corporación pública catalana de televisión y radio. -En el último tiempo en la Argentina se dio un debate en torno del periodismo militante. ¿Pasó o pasa algo similar en España?-Existió un cierto periodismo militante cuando terminó el franquismo y salieron periódicos de izquierda. Entonces había un periodismo descaradamente de izquierda. Lo que no noto en España, que sí veo aquí, es eso de sacarse la careta y expresar de una forma muy desacomplejada el pensamiento del periodista. Aquello de que hay que ser objetivos, escuchar las dos campanas y explicar las versiones, en España esa "ética periodística" o protocolo periodístico todavía se mantiene., con excepciones, pero está. Lo que he vivido en Argentina no lo había vivido en otro sitio, solamente lo viví en Venezuela, eso de expresarse y llamar periodismo a una militancia pura y dura. Eso para mí es un militante que hace de periodista y no un periodista militante. Primero eres militante y después tienes una función de comunicador. -¿Eso tiene que ver con los periodistas o con las empresas periodísticas?-Las empresas sí se muestran con una tendencia o con otra, pero no de una forma tan descarada. Es una sutileza. Uno sabe que viendo (el diario) El Mundo está frente a un periodismo conservador, o que leyendo El País, antes era muy de izquierda y ahora está frente a un diario más de centro izquierda. Si le prestas más atención a los editoriales o al enfoque lo ves, pero es más sutil. No es algo tan descarado. Obviamente la objetividad no existe. -¿Cómo es la postura de los medios públicos catalanes para los que trabajás respecto del independentismo? ¿Hay bajada de línea en ese sentido?-En mi caso no hay ninguna bajada porque tampoco es una materia prima que toque o algo sobre lo que me toque informar. Creo que todos los medios públicos han terminado siendo de una forma u otra más cercanos al signo político del gobierno de turno. Entonces si hay un gobierno más independentista, los medios son más independentistas, y si hay un gobierno más conservador los medios son más conservadores. Eso es inevitable. -Esta semana, en medio de una sesión controvertida, el parlamento regional logró sancionar una la ley que habilita al gobierno catalán a convocar un referéndum el 1° de octubre y declarar inmediatamente después la independencia si una mayoría de votantes la apoyara. ¿Qué opinás al respecto?-El independentismo ha ido de menos a más y para muchos catalanes no independentistas, nacionalistas, con un gran sentido identitario de cultura, lengua, etc, la independencia es la forma y el camino para poder desarrollar un mejor estado del bienestar con un pleno autogobierno y una mayor autogestión directamente desde Cataluña y no dependiendo de Madrid. El hecho de que los grandes partidos españoles como el PP (Partido Popular) y el PSOE (Partido Socialista) hayan articulado un mensaje de crispación y rechazo a cualquier tipo de consulta hizo que mucha gente opte por la independencia como camino para encontrar una salida.Los referendos de autodeterminación en la Constitución creo que están incluso prohibidos, que es ilegal. Si fuera pactado con el gobierno previamente habría que cambiar la Constitución.Lo que mucha gente no entiende en Cataluña es que no se pueda votar en democracia. Podés preguntar a tus vecinos si podés poner un árbol en una calle u otra pero no preguntarle a la gente si quiere ser independiente. Hay mucha gente que quiere votar por la independencia, pero hay mucha otra que quiere votar contra la independencia, pero que se vote y que se termine con este chicle que se sigue estirando. -¿Los informes que emitís como corresponsal son en catalán?-Sí, es la lengua oficial del canal, y tiene un sentido porque a pesar de que el castellano y el catalán son los dos idiomas oficiales de Cataluña, la oferta mediática que puedes sintonizar, por ejemplo, desde Barcelona, es abrumadoramente mayor en castellano que en catalán. Entonces juega el contrapeso por una cuestión de fomento y el uso del catalán. Fue un gran impacto. Pasaron dos cosas. Cuando nace este canal -TV3-, a principio de los '80 empezaron a transmitirse los partidos del Barça en catalán. La gente nunca había escuchado antes una narración futbolística en catalán. Y después una telenovela -Dallas- empezó a pasarse en catalán y fue toda una revolución.El hecho de tener una televisión pública que haga un poco de contrapeso a toda la oferta mediática es importante. Si vas a comprar revistas y periódicos, la mayoría son en castellano. En el caso del cine, muy pocas salas pasan películas en catalán, y la televisión y la radio públicas son exclusivamente en catalán. -¿Y los colegios?-En los colegios el idioma vehicular es el catalán. Se dice que el idioma de las aulas es el catalán y el de los recreos, el castellano. Los chicos llegan a casa y miran dibujitos en castellano y en muchas familias se habla castellano, con lo cual el único momento que los chicos hablan y aprenden catalán es en la escuela. Hay gente que está a favor y hay quienes están en contra, pero hay estudios PISA y de otros organismos internacionales que muestran que los chicos salen hablando los dos idiomas por igual y que no hay ninguna diferencia entre un chico de Madrid y uno de Barcelona respecto del conocimiento del castellano. La sociedad catalana es bilingüe. -¿En qué hablan los inmigrantes que viven en Cataluña?-En castellano. -El diario ABC publicó que Cataluña es la región donde trabajan más marroquíes en España, relaciona el dato con el tema del independentismo y del idioma ¿Coincidís?-Barcelona y Cataluña son una tierra de brazos abiertos a todo el mundo. Ya pasó en los años '60 en la época de las post guerra española donde mucha gente del sur de España, Andalucía, Murcia, emigró hacia Cataluña con una actividad industrial. Y en el conurbano de Barcelona se asentaron muchas familias emigrantes del sur de España. Ya vamos por la tercera generación de esas personas con lo cual es una tierra de bienvenida siempre. -¿Cuánto hace que vivís en Argentina?-Ya 13 años. -¿Qué sentís cuando volvés a Barcelona? ¿Cuánto cambió en este tiempo?-Barcelona no es la misma. Es una ciudad que es mundial, está llena de turistas, que se mueve al ritmo de la gente que la visita, ya no es aquella ciudad de los barceloneses, de sus vecinos. De hecho la polémica ahora es precisamente por eso, porque el turismo ha invadido muchos espacios de la ciudad, ha cooptado espacios vecinales o ha destruido la vida de barrio. Y eso ahora genera una gran polémica política sobre qué modelo turístico debe tener Barcelona cambió muchísimo, ya lo hizo con los Juegos Olímpicos de 1.992. Cambió muchísimo a nivel de infraestructura, de apertura, de muchas cosas. Cada vez que voy la veo muy diferente. -¿Para mal?-El turismo le da de comer a mucha gente. ¿Qué es bueno o malo? ¿Preferimos una ciudad cerrada donde la gente no tenga empleo, donde no nos visite tanta gente? El concepto bueno y malo es relativo. ¿Para quién es malo? Para mí no es tan malo. Habría que acomodar un poquito esto del modelo turístico. Sabrán mejor los expertos. Pero no le podemos poner un cerco a Barcelona y decir que no vengan. Eso es inevitable. -¿Tuvo la ciudad una estrategia de desarrollo turístico o a partir de los juegos olímpicos hubo un crecimiento que se escapó de las manos?-Creo que la crisis de la burbuja inmobiliaria que afectó tanto a España y que generó un desempleo de casi el 30% hará tres años destruyó todas las proyecciones y los modelos turísticos que se habían elaborado para pasar de un turismo más de sol y playa económico para atraer menos visitantes pero de mayor poder adquisitivo. La crisis hizo que se volviera atrás. España y Barcelona son destinos turísticos de mucha calidad, con una gran oferta cultural, gastronómica, de playas y montaña, a muy buen precio. La crisis obligó a que no pudieran desarrollar ese cambio de modelo turístico. Creo que ahora España y Barcelona están atrapadas en su propio como decir... lo que era una salvación para la salida de la crisis ahora viene a ser un problema.
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