
Los pobladores de pueblos rurales como Irazusta, Talitas, Parera, Britos y Almada todavía sueñan con la pavimentación de la ruta que une los municipios de Larroque y Urdinarrain, un tramo de 45 kilómetros aproximadamente. Esto les permitiría una integración real y evitaría el aislamiento cuando los días de lluvia. Por Osvaldo J. Sosa En recientes reuniones se plantearon varios temas desde la Escuela de Parera y precisamente la temática de la educación de la zona con la necesidad de una escuela secundaria ha reavivado otros temas comunes a las localidades e intereses colectivos.Al no contar con el servicio ferroviario permanente como fue en anteriores décadas, estas poblaciones necesitan de un camino que las comunique y las contenga. Pero la diáspora de los pobladores rurales desde hace varios lustros no se detuvo y las políticas de fondo desde Buenos Aires y desde Paraná nunca llegaron a impactar favorablemente para evitar esa sangría a los centros más poblados.Hoy, la lucha de Parera por mantener a la institución escolar, a pesar de algunas piedras que pone la Supervisión de Educación, reflota viejas luchas y alienta a que otros se sumen para tratar de revertir la desidia de abandono. Pero la puja no está en un planteo mezquino de supervivencia acotada a lo local, sino en pelear sumando voluntades para que todos se beneficien. Con esta mirada se plantea un nuevo encuentro con la presencia de los cuatro legisladores del Departamental Gualeguaychú (los diputados Juan Bettendorff, Jaime Benedetti y Héctor De La Fuente y el senador Osvaldo Chesini) el próximo viernes en Estación Apolinario Almada.Al menos ahora hay legisladores que caminan el departamento, que dan la cara a esos pobladores y que quieren sumarse y gestionar para fortalecerlos. Ojala que esta movida no quedé en saco roto y esta vez haya respuestas desde Paraná. Un solo camino La columna vertebral de estos pueblos desde hace largos años es la ruta 51, convertida en la única vía de comunicación real al no contar con el servicio ferroviario. Pero este camino está reventado en algunos tramos, por ejemplo entre Parera e Irazusta y en la zona de Britos. Las lluvias han dejado sus secuelas y el transporte de cereales sobrecargado hicieron el resto. Hablar de aislamiento de estos pueblos es una realidad que angustia. Impresiona ver cómo se deprimió el terreno y se hicieron terraplenes a ambos costados dejando en partes una verdadera batea donde el agua no tiene escurrimiento y el suelo se torna fangoso Es justo mencionar que las Juntas de Gobierno de la zona pugnaron por el camino y los productores de toda este sector departamental se sumaron, aunque muy poco lograron. Pero el problema está planteado desde hace años y a pesar de no resolverse, existen familias viviendo en los campos y estancias y también claman por la seguridad del camino.Quien no transita el camino pensará que hay cierta exageración en los comentarios sobre la ruta 51, sin embargo es cuestión de comprobarlo y recorrerlo en su extensión, unos cerca de 45 kilómetros y cruzando los pueblos aludidos.Pero si hay imposibilidad de transitar, al menos le acercamos estas imágenes que nos eximen de mayores comentarios.