UN DIRIGENTE INOLVIDABLE
"Los chiquitos del Molinari acompañaron el cortejo de Raúl López con la camiseta del club"

Adriana, esposa del fallecido dirigente social Raúl López, aseguró que continuará el legado junto con sus hijas. El merendero funcionará los viernes, en principio, y la murga "Los tropicales del Sur" participará de los corsos barriales. También continuarán las actividades deportivas del club que fundó López.
Por Fabián Miró Adriana habló con lágrimas en sus ojos de todo que lo que hizo su compañero a lo largo de los 38 años que estuvieron juntos; y del impacto que ocasionó el fallecimiento y los desafíos a afrontar. La charla fue en el salón que construyó su marido con sus manos, ladrillo por ladrillo. “Fue comprando de a uno a cinco ladrillos, hasta que llegó a la cantidad que necesitaba para levantar este lugar que funciona como merendero, espacio de utilería, vestuarios, depósito para los instrumentos de la murga, la ropa de los jugadores de la primera, el femenino, los chicos del infantil que participan en distintos encuentros y de los del vóley femenino”, detalló la compañera del fallecido referente barrial. Sobresale en el salón la bicicleta con la que Raúl transitó cientos de kilómetros para gestionar ayuda para los que más lo necesitaban, especialmente los más pequeños. “Son días difíciles; es muy duro levantarse y saber que tu compañero no está, pero sacamos fuerzas y seguimos adelante haciendo lo que fue la vida de mi esposo: ayudar a los pequeños. Seguimos al pie de la letra el mandato que nos legó, junto a Ayelén, mi hija mayor, Sheila la menor, y mis nietas”.
“No vamos a bajar los brazos. A ninguno de sus ‘hijos del corazón’, como él los denominaba les va a faltar nada. Retomamos el comedor con una cena los viernes a la noche para alrededor de 60 chicos y la ayuda para madres que llegaban con un tupper para llevar una vianda a su domicilio”, relató Adriana. Raúl recorría el pueblo en bicicleta “de punta a punta, visitando a gente conocida que siempre le dio una mano, razón por la cual el merendero funcionaba entre tres y cuatro veces a la semana. Ahora lo hacemos una vez, gracias a personas que siguen colaborando de corazón”. “Raúl no tenía obra social alguna, como tampoco la tenemos nosotros, dado que él siempre se preocupó por ayudar sin pedir nada a cambio. Es más, tenía proyectado hacer un baño para la gente que concurría al salón y otras ideas que lamentablemente no pudo concretar. No teníamos un peso para el servicio fúnebre, nada de nada, y gracias a la ayuda de gente solidaria pudimos darle una despedida digna, porque en un principio no teníamos dónde velarlo”, indicó la viuda. “Los chicos que acompañaron el cortejo fúnebre hasta el cementerio, fueron con las camisetas del Deportivo Molinari. Escoltaron el auto que transportaba el féretro; iban todos en bicicleta. Fue una escena muy fuerte y que jamás borraremos de nuestra memoria. Los chicos que tanto ayudó le demostraron su cariño hasta el final”, relató entre lágrimas. “Dos personas me escribieron desde España y México sorprendidos y dolidos por la noticia. Dijeron que gracias a Raúl salieron adelante y no terminaron inmersos en el mundo de las drogas, y si hoy tienen sus familias y trabajos es por el apoyo de un hombre que cuando pequeños nos retaba si andábamos dando vueltas sin sentido”, concluyó Adriana. EL DATO La bicicleta Con la canastita al frente, será enmarcada en la pared del salón, junto a camisetas, banderines, estandartes y trofeos del fútbol, vóley y la murga Tropicales del Sur.ESTE CONTENIDO COMPLETO ES SOLO PARA SUSCRIPTORES
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