INVITAN A DONAR ELEMENTOS
Los descendientes de alemanes pueden aportar al archivo de la colectividad

Documentos escritos o utensilios valiosos son recepcionados por el Archivo-Museo-Biblioteca local, que se ha dado a la tarea de rescatar el patrimonio del pueblo venido del Volga.
Marcelo Lorenzo “Les pedimos a todos los descendientes de alemanes del Volga que consideren la posibilidad de donar a nuestro museo aquellas cosas que pertenecieron a sus antepasados. Nuestro propósito es que eso no se pierda, que pueda ser luego disfrutado por las nuevas generaciones”. Eso le dijo a El Día Leandro Hildt, actual presidente de la asociación que reúne a los descendiente de estos inmigrantes “gringos” que recalaron en Gualeguaychú, en el último tramo del siglo XIX, procedentes de Rusia, y que se dedica desde hace tiempo a rescatar el capital simbólico de este grupo étnico. La idea es evitar que muchos libros, documentos, fotos, cuadernos, tarjetas, certificados de las iglesias y otros elementos, que están en posesión de las familias de la colectividad, se pierdan por el paso del tiempo. Según Hildt, este material es bienvenido en el Archivo-Museo-Biblioteca que la Asociación de Descendientes de Alemanes del Volga de Gualeguaychú tiene en su sede de calles Ituzaingó y Corrientes. “Es lógico que haya gente que no quiera donar estas cosas porque pertenecen a la entrañable memoria familiar. Y yo respeto esa decisión. Pero al mismo tiempo nos encontramos con otra gente que nos dice: ‘cuando se murió el abuelo, tiramos todo’. Y esto es lo que nos duele: que se pierda todo esto”, refirió. El material recibido se guarda en la Sala Jakob Riffel, un espacio de acceso público destinado a preservar el patrimonio cultural de los Alemanes del Volga, que fue inaugurado en 2016, y que es único en su tipo en la provincia. Según contó el entrevistado, esas pertenencias familiares, que pueden ser resignificadas en un contexto donde se resalte la memoria de la colectividad, sin embargo suelen tener destinos varios, ya que algunos descendientes las entierran con sus antepasados, otros las queman como trastos viejos, y están aquellos que directamente no saben qué hacer con ellas. “Por otra parte las nuevas generaciones se encuentran con la dificultad de leer alemán, y no saben bien qué hacer con estos viejos papeles y textos que pertenecieron a sus abuelos”, refirió Hildt, quien explicó que una de las tareas del archivo de la colectividad consiste en traducir estos documentos y luego clasificarlos. “Lo mismo sucede con las herramientas, utensilios de cocina, instrumentos, bordados, mapas y otras cosas que algunos ven como basura”, destacó al insistir que este material puede ser rescatado y preservado como patrimonio cultural de este grupo étnico que se asentó en el departamento Gualeguaychú a fines del siglo XIX y que dio vida a las aldeas San Antonio, Santa Celia y San Juan. Cabe consignar que la sala lleva el nombre del pastor Jakob Riffel (1893-1958) -quien fue el primero en documentar la historia y la etnología de la comunidad en esta región- y en ese recinto se atesoran objetos culturales provistos por la propia comunidad. En ese lugar se exhiben libros, revistas, diarios, láminas, afiches, certificados, cartas, anotaciones, tarjetas postales, folletos, fotos, cuadros, porta-retratos, recordatorios de nacimiento, confirmación y casamiento, grabaciones, diapositivas, biografías, memorias, árboles genealógicos de familias inmigrantes, pequeñas herramientas, elementos de cocina, tejidos, bordados, ropa traída de Rusia e instrumentos musicales. Esa sala tiene una característica especial: da cuenta de la fe cristiana (sobre todo protestante) que animó la difícil vida de los inmigrantes, considerados un “pueblo peregrino”, que migró de Alemania a las estepas rusas del río Volga, y de allí a América. Sobresalen, en el conjunto de los elementos, tres tipos de libros muy antiguos: Biblias (que contienen la Palabra de Dios y fueron impresas en Alemania), Himnarios (cancioneros religiosos), y Libros de las Oraciones de Juan Federico Starck, un pastor alemán luterano que nació en el año 1680. Este libro devocional, que contiene meditaciones acompañadas con un versículo bíblico, destinadas para cada momento del día y de la vida, fue una fuente de consuelo y fortaleza espiritual para las familias protestantes, que son las que tuvieron mayor presencia en el sur entrerriano. Hildt explicó por otro lado que la meta que se han propuesto es transformar el Archivo-Museo-Biblioteca en un centro de estudios e investigación sobre la historia de los Alemanes del Volga, es decir un lugar donde los investigadores de esta cultura encuentren un yacimiento de datos confiables y sistemáticamente organizados. Así todos aquellos que quieran acercarse a visitar este enclave de acceso público o aquellas personas que quieran aportar documentación u objetos familiares para su archivo, pueden dirigirse al correo electrónico [email protected] o comunicarse al teléfono celular 03446-15505448. También está disponible en Facebook la página “Patrimonio Cultural de los Alemanes del Volga” https://www.facebook.com/alemanesdelvolga?fref=ts ENSEÑANZA DEL ALEMÁN Entre las muchas actividades que desarrolla la Asociación de Descendientes de Alemanes del Volga de Gualeguaychú figura una de gran importancia para la colectividad: la enseñanza del idioma alemán moderno. Los cursos, que son avalados por el Instituto Goethe de Buenos Aires, son impartidos por la profesora Mabel Müller. Las edades de los estudiantes locales oscilan entre los 14 y los 70 años, los cuales se agrupan por edades y teniendo en cuenta el nivel previo del conocimiento de la lengua. De acuerdo un informe del instituto local, las clases se desarrollan en diferentes horarios entre las 14:00 y las 20:00 horas, de lunes a viernes. Cada grupo concurre dos horas semanales, distribuidas en dos días. Y quienes sólo desean clases de conversación, asisten un día a la semana. El libro utilizado durante el Ciclo Lectivo 2018 fue “Menschen” de distintos niveles desde A 1.1 hasta A 2.2, nomenclatura impuesta por el Marco de Referencia del Mercado Común Europeo para la enseñanza y el aprendizaje de las lenguas extranjeras. Estos niveles están en concordancia y consonancia con los que el Instituto Goethe sugiere, avala y promueve en el mundo. Eso significa que cualquier alumno que aprende alemán en la Sede Gualeguaychú, puede presentarse ante ese instituto de referencia a rendir sus exámenes. Desde el instituto local informan que “cada año se acercan a la institución, principalmente jóvenes que desean aprender la lengua alemana con la intencionalidad de formarse integralmente apostando a una inversión futura, en cuanto a su profesión y capacitación laboral”.
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