COLUMNA DE OPINIÓN
Los Juegos Olímpicos pueden esperar
Por Juan Martín Rinaldi (*) Un acontecimiento único. Diferente. Que trasciende las fronteras, los países. El mundo queda paralizado ante él. Podría estar describiendo al maldito Coronavirus, que tanto nos afecta por estos días. Pero en realidad hablo de los Juegos Olímpicos. Aunque la descripción podría caberle perfectamente a ambos, que cruzaron sus caminos en este 2020. La fiesta estaba preparada en Tokio. Difícil imaginar a los japoneses fallando en la organización de un evento. La gran reunión del deporte tenía su cita entre julio y agosto de este 2020, en esas tres semanas que conmueven al mundo entero, y por supuesto también a nuestro país. Como cada cuatro años, los sueños de los deportistas unidos con la pasión que genera el deporte. Pero nadie esperaba al invitado que arruinó el plan. La pandemia de Coronavirus, que tanto daño hizo y sigue haciendo en todo el planeta, también afectó los planes olímpicos. Podría parecer lo menos importante en una situación como la que estamos atravesando, con miles de muertos y una realidad que está lejos de parecer controlada, pero vamos a abordar el tema desde la mirada del deporte y en particular de nuestro país. Más allá de la resistencia inicial del Comité Olímpico Internacional por mantener la fecha original de realización de los Juegos, el sentido común terminó prevaleciendo, y el máximo evento deportivo a nivel mundial deberá esperar un año, para comenzar el 23 de julio de 2021. Para llegar a la última suspensión de unos Juegos Olímpicos hay que remontarse a 1944, cuando Londres no pudo albergar los suyos a causa de la Segunda Guerra Mundial. Más allá de esta circunstancia, la próxima edición mantendrá su nombre como marca “Tokio 2020”. ¿Y qué sucede con los atletas argentinos? Lógicamente esta situación modificó los planes para todos. Para aquellos que ya tenían asegurada su clasificación, y también para aquellos que aún debían buscar su lugar en los Juegos. Alteración de calendarios, suspensión de competencias, cambios en la preparación, pero sobre todas las cosas una gran incertidumbre. Un año es un lapso de tiempo demasiado grande en la ida de un deportista de alto rendimiento. Y para explicarlo, nada mejor que los ejemplos. ¿Alguien sabe qué será de la situación de Paula Pareto, campeona olímpica en Río-2016 el año próximo? La judoca argentina, con 34 años cumplidos, estiró su brillante carrera deportiva y postergó su maravillosa profesión de médica para despedirse en Tokio. ¿Cómo llegará a 2021 Luis Scola, quién después del Mundial 2019 apuntó toda su preparación para una despedida brillante en los Juegos? A 2021 llegará con 41 años. Sólo un par de ejemplos para entender las dificultades que genera esta suspensión. Sin contar que aún no sabemos hasta cuando esta situación impedirá que los deportistas puedan retomar su rutina de preparación y competencia. No lo imaginamos. No lo esperábamos. La situación nos atravesó en nuestra vida cotidiana y sólo deseamos que esto termine lo más pronto posible con las menores consecuencias para todos. En una realidad tan dura y dolorosa como ésta, sin dudas, incluso para los que amamos el deporte y nos cuesta concebir el día a día sin él, los Juegos pueden esperar. (*) Juan Martín Rinaldi es periodista deportivo de TyC Sports.
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