EN GUALEGUAYCHÚ
Los medicamentos experimentaron un aumento de alrededor de un 80% entre el comienzo de noviembre hasta la actualidad
:format(webp):quality(40)/https://eldiacdn.eleco.com.ar/media/2023/12/medicamentos.jpg)
Desde el primer día hábil de noviembre, hubo cuatro incrementos fuertes en la industria farmacéutica. El primero cuando se descongelaron los precios el 31 de octubre, otro luego del balotaje presidencial, un tercero en la previa de la asunción de Javier Milei y uno más luego de las medidas de ajuste anunciadas por el ministro Caputo. Los profesionales no descartan que antes de fin de año no se produzca uno más, aunque no pueden aventurar de cuánto puede ser.
Amílcar Nani
El 31 de octubre pasado se dio por finalizado el congelamiento de los precios de los medicamentos a nivel nacional, por lo que los laboratorios nacionales e internacionales trastocaron los valores de los remedios a los largo del último mes y medio, donde no sólo hubo en el medio el balotaje presidencial, la asunción del nuevo gobierno de Javier Milei y, más recientemente, las 10 medidas de ajustes anunciadas por el ministro de Economía Luis Caputo; todos eventos que de manera directa o indirecta incidieron en los incrementos a los fármacos.
En este sentido, en todos los puntos del país se comenzó a sufrir un golpe al bolsillo a la hora de buscar un insumo que muchas veces es vital en materia de salud. En lo que respecta a Gualeguaychú, los aumentos promedios registrados por parte de los medicamentos experimento una suba del 80% desde el primer día hábil de noviembre hasta la fecha.
“Evaluando distintos laboratorios y evaluando también distinto tipo de medicamentos, en promedio es real que el aumento de los medicamentos fue del 80% durante el periodo noviembre-diciembre”, explicó a Ahora ElDía Nelson Gómez, vocal del Colegio de Farmacéuticos de Entre Ríos.
En este sentido, es importante remarcar que la cifra del 80% es un promedio, ya que medicamentos como Lotrial, que es un medicamento muy usado para la presión arterial, aumentó un 65%; un T4, que es un medicamento para las tiroides que es muy usado y que es uno de los medicamentos más vendidos, aumentó un 78%; mientras que la Bayaspirina sufrió un incremento del 45%. Ahora bien, hubo otros remedios de uso constante que tuvieron, en cambio, un incremento del 106%.
“Lo que sí he visto en común es que todos los laboratorios y todos los aumentos sucedieron en cuatro oportunidades: hubo un incremento el primer día de noviembre, hubo otro a mediados de noviembre (post balotaje), hubo otro aumento a principios de diciembre (en la previa de la asunción de Javier Milei) y un cuarto la semana pasada, antes del 15 de diciembre (luego de las 10 medidas de ajuste anunciadas por el ministro de Economía Luis Caputo). ¡Esto qué puede significar? Que es una incertidumbre lo que viene, que tal vez en el transcurso de diciembre, según como se ven las cosas, pueda haber más aumentos y, después, en qué porcentaje, no lo sabemos. Es difícil predecirlo, pero analizando lo que sí ya pasó, es que en promedio podemos hablar de un aumento de un 80%”, sostuvo Gómez.
“¿Cómo se puede aproximar de alguna manera a una cifra promedio única? Lo mejor es con los medicamentos de uso más frecuente, analizando marcas de distintos laboratorios que tengan en cuenta productos de laboratorios nacionales, extranjeros o genéricos. De lo contrario, si no analizamos esto de manera global, puede haber confusiones”, adelantó el profesional farmacéutico a la hora de explayarse sobre la modalidad que tienen los laboratorios para manejar los precios.
“Hace unos cuantos años atrás, los laboratorios tenían permitido aumentos, y esos incrementos eran dentro de todo bastante parejos en porcentaje y sucedían al mismo tiempo. Eso cambió hace algunos años cuando los laboratorios comenzaron a nuclearse en distintas cámaras, y hoy hay 4 ó 5 distintas, y cada una negocia qué porcentaje de aumento le permiten a sus laboratorios”, referenció.
A la hora de hablar sobre los motivos de los aumentos, Goméz explicó que “pueden haber sido porque estuvieron un tiempo congelados. Pero hay otra cosa que es fundamental, y es que los mismos laboratorios que aumentaron son los que de alguna manera bancan a la obra social más grande que tenemos en Latinoamérica, que es el PAMI”.
“Hay muchos afiliados del PAMI que llevan sin cargo los medicamentos, y los que no lo llevan sin cargo, pagan un precio ínfimo, muy muy bajo. Tanto que el PAMI hoy en día tiene una lista de precios de venta al público que es mucho más bajo que la lista de precios de venta real del medicamento. Incluso te diría que en el 100% de los casos, el precio al que se le factura a PAMI es un número que está por debajo del costo del medicamento. Es decir que nosotros le facturamos a PAMI por debajo del valor que a mí me cuesta comprarlo en la droguería. Esto por supuesto que alguien lo paga, los medicamentos gratis o los grandes descuentos, alguien los paga. En definitiva, gran parte de ese gasto se hace cargo la industria farmacéutica. ¿Se hace cargo gratis de ese gasto? No. Se hace cargo a cambio de algo, y ese algo, yo creo, y esto es especulación mía, es una bandera verde para permitir estos aumentos que estamos viendo que son bastante altos”, aventuró.
“A mí me gusta dejar bien claro algo: las farmacias no somos formadores de precios. Quiero dejar bien limpio siempre el nombre de los farmacéuticos y de las farmacias. Nosotros no somos los que ponemos el precio a los medicamentos, sino que eso lo negocian los laboratorios –a veces individualmente y otras veces dentro de cada cámara– con el gobierno de turno, y son ellos los que ponen el precio final del medicamento”, concluyó.
¿Qué se puede hacer para ahorrar?
Ahora bien: ante este panorama sombrío y plagado por la incertidumbre, el farmacéutico Nelson Gómez sostiene que no todo está perdido, y que existen mecanismos para pagar más baratos los remedios y medicamentos, sólo que no están tan a la vista.
“Hay herramientas que el paciente tiene y que puede hacer uso para contrarrestar estos grandes aumentos. Siempre hay opciones de compra con distintos precios. El mismo medicamento que un laboratorio lo tiene a 100 pesos, otro laboratorio lo tiene a 50, y otro laboratorio lo tiene a 70. Tienen que pedir opciones. Si bien nosotros en la farmacia siempre las damos y ofrecemos, es importante sacarse el rótulo de la marca del medicamento que venimos a comprar a la farmacia, porque hay mucha diferencia de precios según las marcas”, afirmó.
“Lo primero que puedo sugerir es saber que cuando uno va a una farmacia a comprar un medicamento, no está comprando una marca, está comprando una droga con una dosis recetada por un médico y que en la farmacia siempre vamos a respetar eso. Hay distintas opciones que se adaptan al bolsillo de cada una. Bueno, esas opciones el paciente las tiene que pedir, los farmacéuticos las tenemos que ofrecer. Lo cierto es que casi siempre el médico receta por marca, y los laboratorios laburan mucho para que el médico recete por marca, ponen mucha guita para que eso suceda”, advirtió.

