UN PROBLEMA QUE LLEGÓ A UNA ENCRUCIJADA VITAL
Los motivos de ambas partes para expropiar o no la pista del Aeródromo de Gualeguaychú
Hace una semana, la ANAC clausuró totalmente las actividades en el aeropuerto local. Esta situación límite activó el plan de expropiar la pista para poder hacer las refacciones necesarias y que vuelva a estar operativo. Sin embargo, desde el Aeroclub plantean caminos diferentes. Ambas posturas tienen apoyos y rechazos, pero mientras tanto Gualeguaychú sigue sin tener una instalación de vital importancia sanitaria, como lo es el traslado de órganos.
Por Amílcar Nani
Es una zona que tiene una longitud de 1330 metros de largo y 30 de ancho, y esa superficie de 39.900 metros cuadrados se ha transformado en uno de los lugares más en pugna hoy en día en Gualeguaychú. Estamos hablando de la pista del aeródromo local, que días atrás finalmente fue clausurado por la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC) luego de que los deterioros en la capa asfáltica de la pista dijeron “no va más”, algo que ya había sido advertido por especialistas desde hacía años.
Pero ¿cómo se llegó a este estado de inacción y negligencia que permitieron que un daño lento pero constante avance sin obstáculos? Bueno, los motivos son muchos y variados, e involucran intereses que, por momento, parecen estar tan contrapuestos que sólo permiten medidas extremas para poder seguir avanzando.
Y en este sentido, el aviso de esta primera medida extrema llegó luego de la clausura: el Municipio, a cargo del intendente Martín Piaggio, propuso avanzar en una ordenanza que declare al predio del Aeropuerto de interés público para que el Estado pueda ejecutar un programa de puesta en valor y se inicie de esta manera el camino de expropiación del predio que permita avanzar con las gestiones de fondos para que Gualeguaychú vuelva a tener su aeropuerto operativo.
Ahora bien, si se habla de una posible expropiación es porque del otro lado hay un posible expropiado, y en este caso este rol cae en el Aeroclub, que por supuesto manifiesta su punto de vista contrario para que esta acción avance. “El Aeroclub se niega a esta alternativa porque contradice el cumplimiento de sus fines”, manifestó el presidente de la institución, Carlos Avalos, quien aspira a que la pista del aeródromo local sea puesta en condiciones mediante un subsidio y no por el camino de la expropiación.
Lo cierto es que para saber cómo se llegó a este punto, hay que hacer un poco de historia: en octubre de 2017, el aeródromo tuvo su primera advertencia firme de este presente que nadie pudo solucionar. En esa ocasión, por los desprendimientos de piedras y las ondulaciones de la pista, la ANAC suspendió la operación con vuelos nocturnos y prohibió el uso del aeródromo a aviones reactores. Desde esa fecha a este presente, cinco años más tarde, no se pudo avanzar en nada.
El principal motivo fue que el predio donde está emplazada la pista es propiedad del Aeroclub, quien tiene el dominio del lugar, por lo que es considerado una propiedad privada que fue donada por el Estado Nacional en 1947 a requerimiento de Aerolíneas Argentinas. En este sentido, el predio sigue siendo el principal escollo para que la ciudad cuente con un aeropuerto en condiciones y a la altura del desarrollo actual.
“Es de destacar que desde el Estado Local se realizaron diferentes gestiones en la última década para lograr poner en condiciones las instalaciones del Aeropuerto. El predio es de dominio privado y las tierras fueron donadas por el Estado Nacional en 1947. La cuestión del dominio es lo que hace imposible realizar las obras necesarias con fondos públicos y que la ciudad pueda cumplir el sueño de tener un aeropuerto en condiciones que potencie el desarrollo productivo, comercial y turístico de nuestra región”, afirmaron desde el Municipio luego de que se hiciera efectiva la clausura por parte de la ANAC.
"Compartimos un sueño y vamos a seguir trabajando para conseguirlo", expresó el intendente Martín Piaggio a comienzo de la semana pasada. "En un gran trabajo articulado con diferentes instituciones de nuestra ciudad seguimos avanzando para organizarnos y lograr que finalmente puedan realizarse las obras que el aeropuerto necesita para ofrecer servicios de calidad. Gualeguaychú no para de crecer y necesita tener un aeropuerto, un elemento estratégico para potenciar toda la región del sur de Entre Ríos", amplió al respecto.
Sin embargo, desde el Aeroclub exponen una postura diferente y acusan a los intereses políticos de enturbiar esta causa.
“¿Qué se necesita para que la pista siga operativa? La pista necesita nada más que un reasfaltado de costos mínimos. ¿Por qué no se consiguen esos fondos para arreglar una pista que puede salvar vidas? Porque, a mi entender, se mezclaron intereses políticos”, expresó el presidente de la institución en un extenso posteo de Facebook.
“¿Qué tiene que ver la política? Que tras una concepción de que el Estado tiene que abarcarlo todo y que el actual Gobierno municipal sueña con un gran aeropuerto con una mega estructura, se argumenta (falsamente, porque hay prueba en contrario) que el Estado no puede invertir en una propiedad privada, y se niega a pagar la obra y exige a la asociación civil que entregue lo que por Estatuto y por historia está obligada a preservar, que le ceda el predio a la Municipalidad. Obviamente el Aeroclub se niega a esta alternativa porque contradice el cumplimiento de sus fines”, sostuvo Avalos al respecto.
La importancia de una pista activa
Desde exportaciones, pasando por el servicio de vuelos privados y la llegada de líneas aérea low cost, es mucho lo que la ciudad puede perder en caso de no levantar la clausura de la pista del aeródromo y su consecuente reasfaltado. Pero además, y más urgente aún, se necesita para emergencias médicas y traslados de órganos.
Cuando se trata de trasplantes de órganos, cada minuto cuenta y es vital para quien lo espera. No estando operativa la pista de Gualeguaychú, cualquier traslado de este tipo requiere ir al aeropuerto más cercano, que está a dos horas; dos horas menos de vida para ese órgano y dos horas menos de chance que tiene esa persona de sobrevivir.
Según los especialistas médicos, un órgano no puede estar más de 4 horas fuera del cuerpo, entre la donación y el trasplante. Es por eso que el Instituto Nacional Central Único Coordinador de Ablación e Implante (INCUCAI) cuenta solamente en su flota con aviones sanitarios tipo jet, o sea con motores a reacción, porque los de hélices demoran más de lo necesario. Sea como sea, hoy, con la pista clausurada, no pueden despegar ni aterrizar ningún tipo de avión.
“Por la carencia de inversiones ha dejado de ser un aeropuerto de arribo de vuelos comerciales, por su ubicación estratégica cumple un rol fundamental en los operativos de ablación de órganos coordinados por CUCAIER, como así también en los vuelos sanitarios y los relacionados con actividades deportivas y civiles”, afirmaron al respecto desde el Municipio.
“¿Que opina un ciudadano común interesado en tener una pista operable que pueda salvar vidas? Que no se cambie el eje de la discusión, porque lo que necesita y pide la comunidad es una pista operable para jets que puedan salvar vidas”, indicó Avalos. “Ahora, si detrás de esta pequeña inversión se entusiasmaran las empresas comerciales e incluyeran al aeropuerto de Gualeguaychú en su ruta, mejor. Pero hoy por hoy este aeropuerto no resulta de interés a un inversor privado, no por la pista deteriorada, que le saldría pocos pesos arreglarla, sino por la obra vial Brazo Largo – Zárate, torna antieconómicos los vuelos. En concreto, una pista nueva no haría que las empresas de aviación comercial se interesaron por incluir en su itinerario al aeropuerto local”, insistió el presidente del Aeroclub.
La cuestión del parapente
Según muchos insisten, detrás de este entuerto está el tema de la actividad principal que ejercen los miembros del aeroclub: el parapente. Las suspicacias denotan que, si la pista vuelve a estar activa, esta actividad no se podría practicar en un predio aeroportuario.
Sería este entonces el motivo por el cual desde el Aeroclub no hacen ningún tipo de concesiones o, por ejemplo, un comodato que haría innecesaria la expropiación. Esto último fue lo que se hizo con el autódromo por el cual reciben un alquiler. Pero con la pista sería diferente porque si hay un vuelo en un aeropuerto en serio, no pueden volar más en parapente por una reglamentación vigente.
Según las reglamentaciones, un parapente no debería de volar a menos de sei millas, tampoco pueden volar a más de cien metros de altura, tampoco sobre ciudades o rutas o sobre espectáculos. Sin embargo, muchos de estos puntos no se cumplen ni se controlan.
Por ahora, las únicas soluciones posibles para que Gualeguaychú “no se quede afuera del mapa” parecen ser dos: o el Aeroclub cede los terrenos donde está la pista o el Estado los expropia. Y para ambas situaciones, se necesita voluntad de acción de alguno de los dos lados.