Los museos de la ciudad cambian sus horarios
A partir de hoy los museos Azotea de Lapalma y Casa de Haedo abrirán al público de miércoles a domingo de 9 a 12 y de miércoles a sábado de 16 a 19. Recordemos que Azotea de La Palma -San Luís y Jujuy- fue inaugurado oficialmente el 20 de diciembre de 1986, ocupa la señorial casona que, erigida en 1835, albergaría durante 150 años a descendientes de Don Francisco Lapalma, cuyas iniciales pueden leerse sobre las rejas del balcón que recorre toda la fachada. Una casa y una familia unidas a un perdurable destino de leyenda, de soledad, locura y muerte; que atrae por intriga a todo visitante de Gualeguaychú, y lo suelta nuevamente a la ciudad conocedor de parte de la historia gualeguaychense.Objetos pertenecientes a personajes locales; enseres hallados en los terrenos de la azotea; vestuarios de época; documentos históricos; archivo de Libros del Concejo Deliberante desde 1870 hasta la actualidad; componen la muestra que rota por períodos exhibiendo diversas piezas donadas al museo por los mismos habitantes.Conforman la casona una planta baja, un primer piso y una misteriosa azotea, esta última, inspiradora de una magnífica leyenda urbana según la cual suele divisarse allí la silueta de Isabel Frutos: la mujer que murió de amor.En el patio de entrada, una inmensa magnolia abraza la casa con su sombra.La Azotea de Lapalma es además escenario de relatos históricos y obras de teatro, en el marco del particular evento "El museo no duerme".Por su parte, la Casa de Haedo -San José y Rivadavia- es la construcción más antigua de la ciudad, hecha de adobe y ladrillo allá por el 1800.Se trata de un edificio exponente del estilo colonial primitivo: paredes simples y anchas, aspecto chorizado, ángulos rectos, ventanas hundidas con rejas de hierro y persianas de madera. En tanto las gárgolas ubicadas sobre las ventanas agregan un detalle interesante a la simpleza de las líneas arquitectónicas.El edificio, declarado Monumento Histórico Municipal, es actualmente parte componente del Museo de la Ciudad, basando su atractivo tanto en el valor de su estructura edilicia como en las piezas que alberga en su interior, todas pertenecientes a la familia propietaria: los Aedo -Haedo ó Ahedo-. Una imagen de la Virgen del Carmen traída a la casa en 1834; una interesante Biblioteca; una colección de la revista Caras y Caretas; documentos; armas de caza; mobiliario; porcelanas; artículos de cristal; colección históricas de fotografías del Carnaval, destacan en su exposición.
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