Los talleres de La Cámpora en las escuelas generaron polémica y visiones enfrentadas
[gallery link="file" orderby="title"]Se trata de una agrupación de jóvenes kirchneristas que comenzó a realizar talleres en escuelas. En Gualeguaychú se detectaron algunos casos y despertó la polémica entre padres, docentes y quienes deben bregar por la protección de los menores. Mónica FarabelloLa política no debería ser mala palabra, ni tampoco hacer política es un ejercicio ilegal; pero ¿es legal hacer política partidaria en instituciones educativas? ¿Es correcto colocar banderas partidarias en una institución que es proclamada laica y exenta de religiones y partidos políticos?El abogado Fabián Otarán redactó un comunicado analizando la situación que se observa tanto en Gualeguaychú, como en diferentes ciudades del país.Expresó que "en pleno siglo XXI y cuando parecía olvidado lo peor del primer peronismo, durante el gobierno de sus herederos kirchneristas, su brazo político 'La Cámpora', vino a reeditar en las escuelas la pretensión totalitaria de adoctrinar niños".Al respecto, Otarán ejemplificó con los juegos como "El Eternauta" con la cara de Néstor Kirchner que hacen jugar en los talleres: "este hecho no sólo repugna a una grande y sólida cultura democrática de la sociedad argentina, sino que viola expresas disposiciones constitucionales y pactos internacionales que nuestro país suscribió y juró cumplir en favor de los niños como la Convención por los Derechos del Niño"."Los estados partes garantizarán al niño que esté en condiciones de formarse un juicio propio el derecho de expresar su opinión libremente. Respetarán el derecho del niño a la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión", expresa la Convención.Al respecto, Otarán manifiesta que: "contrastada la actividad desarrollada por "La Cámpora" en las escuelas, con los preceptos citados de la Convención, se advierte que su acción militante es ilícita, y que se alinea con los comportamientos de los peores regímenes totalitarios y de pensamiento único que conoció la historia", y finaliza: "las autoridades encargadas de tutelar la minoridad deben cumplir sus deberes y actuar urgentemente de oficio para hacerla cesar, disponiendo la instrucción de sumarios para conocer los hechos en profundidad y castigar los responsables con todo el rigor de la ley. Con los niños No"."Preferimos no hablar"Frente a estas declaraciones, elDía consultó a uno de los referentes de La Cámpora en Gualeguaychú. Tras presentarnos como periodistas y luego de dar a conocer el motivo del llamado, el joven cortó la comunicación telefónica. Después de varios intentos, el joven respondió que ellos "forman parte de una agrupación orgánica, de perfil bajo" y que "responden a la Presidenta Cristina".Por estas razones "preferimos no hablar, nunca hacemos notas con la prensa", aseguró. Al respecto, se le explicó la posibilidad de resguardar la fuente informativa y resguardar su identidad para que pueda proporcionar su declaración, a lo que también optó por rechazar el ofrecimiento. "Sólo pintaron la escuela"La Directora Departamental de Escuelas, Marta Landó, fue una de las personas que participó de la pintada de un mural en la Escuela N° 31, junto a La Cámpora. Consultada por elDía, explicó que el año pasado los chicos de La Cámpora pintaron la escuela de manera gratuita y con mi autorización. Respecto al mural del cual formó parte, Landó manifestó que fue invitada junto al Vocal del CGE, Héctor de la Fuente: "pintamos todas las manos en símbolo de solidaridad; fueron algunos padres y vecinos, pero esta es la única acción que ha hecho La Cámpora".Por otra parte, resaltó que quienes están recorriendo las escuelas para hablar con los chicos, son "del Área de la Juventud dependiente del Municipio. Con mi autorización están recorriendo las escuelas para hablar con los chicos interesados en formar centros de estudiantes, pero de ningún modo van a hablar de política partidaria", explicó."Quien está a cargo de estas charlas es Sebastián Díaz; pero la autorización que yo le extendí es con ese fin, no para hablar de política", argumentó Landó.En tanto, consultamos a Sebastián Díaz quien expresó que "lo que estamos haciendo es simplemente presentar el área en las escuelas", y que además de contar con la autorización de la Dirección Departamental de Escuelas, "hablamos con los Rectores. Ellos están en su derecho de dejarnos pasar o no; nos otorgan un supervisor que nos acompaña curso por curso y conversamos con los chicos sobre los objetivos del área".Además, Díaz resaltó: "nosotros le preguntamos al profesor a cargo de la clase, y él también está en su derecho de negarse a recibirnos. Nosotros no irrumpimos en las aulas ni tampoco somos de ningún partido político porque lo que hacemos tiene que ver con una gestión y no con una política partidaria". "No podemos infringir la Ley"Versiones extraoficiales indicaron que en la Escuela Técnica N° 1, los integrantes del área de juventud municipal se habrían presentado como integrantes de La Cámpora, y que además, habrían dado una charla sobre política partidaria.Al respecto, Sebastián Díaz respondió: "nosotros no podemos ir a una institución a infringir la ley. Peleamos mucho tiempo para tener un área de la Juventud para fomentar su participación, por lo que no vamos a hacer nada que afecte negativamente".Además, resaltó que "desde el Municipio nos han hecho saber claramente qué se busca del área y nos han remarcado que esto debe ser por fuera de la política".Un debate necesarioPor Juan Pablo Castillo*En los últimos días la discusión sobre la relación entre lo político y la educación ha recorrido la prensa y los medios de comunicación. Aunque parezca innecesario aclarar esto, en vez de preocuparnos, debería funcionar como disparador para nuevas y superadoras reflexiones.Entonces deberíamos cambiar la óptica bajo la cuál pensamos a los adolescentes que participan de actividades "políticas", independientemente del arco ideológico al cual adhieran. Remarco el término "política" porque es la palabra que estigmatiza y bajo la cual se enmarcan diversas expresiones quizás mucho más asociadas a lo sociocultural que a lo político - partidario/agrupacional. Ante el pre-concepto de que están "adoctrinando" a los estudiantes cuando se propician los espacios de organización gremial y estudiantil, se deja de lado la primera condición o motivación por la cuál un joven comienza a participar y a discutir de política. Esto es, sobre toda las cosas, el corrimiento desde los elementos de integración social basado en la individualidad hacia la preocupación por "el otro" o por el "nosotros" como colectivo. Proceso de trasvasamiento que habla de la superación de un paradigma de realización como sujeto basado simplemente en las categorías de consumidor o competidor.Desplazando del centro de la discusión al falso binomio "política en la escuela si" - "política en la escuela no" o la des-constructivas estigmatizaciones a determinados sectores juveniles podríamos centrarnos en un debate nodular y siempre actual acerca de cómo se construye socialmente el conocimiento y cuál es el rol que los establecimientos educativos juegan en dicho proceso social.¿Acaso se construye el conocimiento sólo en los "asépticos" escritorios académicos e intelectuales, en los círculos de divulgación científica, en los textos obligatorios de las escuelas, en las lecciones impartidas unilateralmente por "poseedores oficiales del conocimiento" hacia sujetos que parecieran tábulas rasas donde escribir lo que fuera? ¿O la construcción del conocimiento es un proceso de desarrollo social complejo, interdependiente, multipolar, atravesado por múltiples realidades, intereses, conceptos, marcos ideológicos y teóricos? Opto humildemente por la segunda opción ¿No es entonces la organización gremial y estudiantil un elemento importante y decisivo sobre qué contenidos y cómo deben ser impartidos en las escuelas?Y la escuela, ¿Qué espacio constituye entonces? ¿Un lugar de impartición o un lugar de participación?Allí es cuando el docente aparece en su rol más activo, más comprometido, más vivificante no solo como "educador" en términos de los contenidos obligatorios de la currícula escolar sino como promotor y canalizador de las inquietudes de los estudiantes.El proceso también demanda jóvenes respetuosos, tolerantes y democráticos. Que acepten la opinión diversa de sus pares, entienda la función de sus tutores y acompañe la tarea docente.Estas reflexiones quizás nos ayuden a repensar un modelo educativo formal que no ha variado en su estructura organizacional prácticamente desde su conformación, quizás sea hora de que las aulas se conviertan en espacios deseados donde ir a aprender.*Sociólogo
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