Luisa Paredes, coraje y ejemplo de lucha
Es agente del IOSPER y a su vez, paciente en recuperación de un tumor mamario. Se pregunta si el aumento de casos oncológicos en la región precisa que alguien haga algo por la prevención.Si algo caracteriza a esta mujer que se desempeña como agente de la obra social provincial, es su imagen positiva y sus modales. Resulta casi imposible imaginarla quebrada emocionalmente, sin embargo tuvo que elaborar su duelo personal cuando se enteró que era una de las 18.000 mujeres que por año se les diagnostica cáncer de mama en Argentina, donde existe una probabilidad de sobrevida cercana al 60%. Hoy, después de 8 meses de "remar" la situación, puede decir que está saliendo del calvario y si bien ya no toma medicamentos, sigue con los controles de rutina, sabiendo que es una persona en riesgo de nuevos episodios. Su testimonio nos aporta un valioso punto de reflexión para que muchas mujeres sepan como prevenir o actuar en caso de que aparezca la enfermedad. "Tenía la costumbre del auto examen -recuerda Luisa- y cuando empecé a sospechar que algo podía tener me hice todos los estudios necesarios pero entre dos diagnósticos posibles el médico que me atendía se inclinó por el que indicaba que se trataba de algo benigno. A los cinco meses de aquellas consultas noté que el nódulo se había agrandado, quizá a consecuencia de la biopsia que se me hizo". En ese momento le pareció correcto tener otro punto de vista profesional y cambió de médico que procedió a realizar una serie de análisis que incluyó otra biopsia. "Yo iba con la esperanza de que el primer especialista haya acertado el diagnóstico, pero resultó que no, "esto es malo" me dijo. Otra vida"Lo primero que uno se plantea y se pregunta ¿qué hice mal, que comí, qué tomaba?. Yo fumaba, no mucho, pero fumaba, igualmente hacía una vida normal y las veces que hice dieta las hice bajo control profesional. Y las respuestas son muchas o ninguna, por ahí puede haber cosas en el ambiente o que uno come que cuando tenés predisposición te terminan generando algo". Con el diagnóstico ya definido la crisis estalla: "Perdés el equilibrio, te sentís desorientada, son muchos sentimientos juntos, te parece que te vas a morir al otro día, a los dos días, a los dos meses -describe Luisa y agrega-: Fue un momento muy difícil, por suerte yo hice el duelo porque es una cosa que no te la podés tomar así nomás. Además no sabés que viene detrás". Pero en medio del desierto también aparecer "oasis" que Luisa talvez no esperaba, que son los apoyos espirituales, esas caricias al alma que, como el mejor medicamento, inyectan optimismo y esperanza. "No me esperaba todo eso, nunca pensé que tanta gente se iba a preocupar por mí en el sentido de acompañarme en la oración "estoy rezando por vos" y esa buena onda que me tiraba todo el mundo, ni hablar de mis familiares que siempre estuvieron muy cerca- reconoció. De los dos lados del mostrador"Por suerte había opciones para el tratamiento pero lo mejor era la cirugía. Quizá, si después del primer diagnóstico hubiera buscado otra opinión, no hubiera perdido el pecho, pero el nódulo se había agrandado demasiado y había perdido mucho tejido mamario", dijo.A la cirugía le siguieron las sesiones de quimioterapia y aunque antes ya se había impregnado de las sensaciones que vienen con la enfermedad, concurrir al lugar donde se realizaba el tratamiento -en Gualeguaychú- le hizo comprender definitivamente la dimensión a la que han trepado los casos oncológicos en la región. "Por su función en IOSPER ya lo estaba sabiendo -aunque del otro lado- registrando que también en nuestra ciudad, dentro de los afiliados la incidencia es notablemente mayor a la que se podía observar tres o cuatro años atrás. Hay que decir también que la población ha crecido y eso ayuda a que la estadística muestre otros números, igualmente la proyección no es comparativa entre lo que aumentaron los habitantes con lo que trepó los casos oncológicos. También puede subrayarse que el promedio de edades es otro dato preocupante "hay varios pacientes que no son personas mayores, por el contrario, pocos superan los 60 años" detalló. Dicho sea de paso, la enfermedad le sirvió para "auditar in situ" la cobertura por parte de la obra social, a la que califica de muy buena, con tratamientos y estudios sin cargo, medicamentos gratuitos por ley y reintegros para estudios realizados fuera de la provincia. También se encontró con que en Gualeguaychú los servicios de salud le brindaron todas las soluciones e inclusive algunos análisis bioquímicos los realizó en Larroque. El valor de cuidarse
La autoevaluación, los controles periódicos y las visitas al ginecólogo puede ser la diferencia entre la vida y la muerte. Luisa tuvo una mala experiencia ya que de poco le sirvió su conducta ante la decisión errada de su primer médico, aunque su poder de reacción le terminó salvando la vida. "Te salvás -opina- todos sabemos que el cáncer es muy difícil de revertir- por eso, ser cuidadosa con uno mismo es clave ante la detección precoz de la enfermedad" precisó. Finalmente reflexionó que tiene la sensación de que "nos estamos acostumbrando a que el cáncer es algo común. Ojo, no digo que esto pase solamente en Larroque, es algo que se da en todos lados, pero entiendo que se debería hacer algo, no se como ni quien, no soy experta, pero hacer algo. Alguien se debería ocupar, preguntarse por que hay tantos casos. Cerca mío, entre vecinos no muy lejanos a mi casa, hay cinco o seis ejemplos de gente que ha padecido algún tipo de tumor. A veces siento que estamos como en una ruleta rusa y a cualquiera le puede tocar, algo hay que hacer" concluyó. (Fuente: Accion de Larroque)
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