
Así justificó el titular de la Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual, el rechazo a la nueva normativa por parte de los sectores "afectados por la democratización". La nueva Ley de Servicios Audiovisuales N° 26.522, popularizada con el nombre de Ley de Medios, fue promulgada por el Ejecutivo Nacional y será reglamentada en los próximos días.Tras 30 años de vigencia de la denominada Ley 22.285, o de la dictadura, Argentina pudo darse la oportunidad de cambiar la legislación que regula el funcionamiento de los medios de comunicación, adecuándola a los avances tecnológicos y disolviendo las prácticas monopólicas.Durante su visita a Gualeguaychú, el titular de la Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual (Afsca), Gabriel Mariotto, brindó una conferencia pública sobre la nueva Ley de Servicios Audiovisuales y también dialogó con la prensa sobre la aplicación de la misma y sus alcances."Fueron 26 años de imposibilidad de discutir en el Congreso un nueva ley, porque la presión de grupos concentrados hacia la política fue muy grande, y no contó con herramientas o se sometió a esas presiones y no se pudo discutir en democracia lo que estaba ya en la plataforma de los partidos políticos en el '83, que era cambiar la ley de la dictadura y proponer una ley de la democracia", aseguró Mariotto al defender la recientemente aprobada Ley de Medios y que en próximos días será reglamentada.- ¿Cree que la presión mediática hizo que Argentina no pudiera tener antes una nueva ley de medios?- La recuperación de la democracia, en una mirada retrospectiva, estuvo plagada de debilidades, a veces de muy buenas intenciones. Las presiones estuvieron siempre a la orden del día. Y había apotegmas que la política, hasta la crisis de 2001- 2002, no pudo cuestionar. O lo que se ha denominado después el teorema de Baglini, que "cuanto más cerca del poder, más lejos de los ideales". Y los medios de comunicación han conformado un poder importante, no sólo condicionando las miradas y sin posibilitar múltiples puntos de vistas, sino que se han convertido en objeto o en espacios de impacto económico muy grande. Y los gobiernos no han tenido espalda para llevar adelante acciones. Entonces, de esa frustración de 26 años post crisis y con la recuperación de la sociedad y con cambio cultural muy importante, con esa convicción y con la experiencia de tantos años de frustración una Presidenta de la Nación (Cristina Fernández de Kirchner) asumió el compromiso. "Alguien lo tiene que hacer. No venimos acá a calentar silla. Alguien lo tiene que hacer", nos dijo alguna vez. Y asumió el compromiso y la profundidad del debate que se había dado en ámbitos de la sociedad como en los gremios, en las universidades cuestionando la ley de la dictadura desde el inicio de la democracia en el '83. Y los gobiernos no asumían ese discurso, era imposible; pero esta Presidenta lo asumió. Entonces impulsó desde el Ejecutivo un proyecto que le da espalda a los legisladores para enfrentar esa presión, pero lo más importante -para no quedar sólo en las buenas intenciones-, es el tránsito que se le dio al texto de la ley en los foros. Porque en esos ámbitos se consiguió un hecho muy importante: que la sociedad empiece a conocer de qué se trata la Ley de Medios, que tiene aspectos técnicos muy precisos. Y una vez que conoció se expresó, y esas opiniones fueron consideradas por el texto definitivo que revalorizó la participación de la sociedad. - Usted ha sido uno de los impulsores de la ley 26522. Desde que empezó en ese derrotero, ¿qué transformaciones fue sufriendo? ¿Cedió en algunos de sus planteos originales, supo escuchar, aprendió a escuchar y lo escucharon de la misma forma?- Estoy muy honrado por la responsabilidad que me trasladó la Presidenta y mi origen de militancia comunicacional es en la universidad. Yo ingresé en la Facultad de Comunicación Social en el año 83 con la recuperación de la democracia y con un boom de carreras de Comunicación Social. En nuestras universidades públicas, en esas carreras era natural cuestionar la Ley 22.285, discutir en las cátedras sobre nuevas políticas de comunicación. Abrir nuestra cabeza a la legislación internacional en las discusiones en el bar, en las cátedras, en el recreo, en los bares con los compañeros, en las casas de los alumnos. Eran ámbitos naturales de discusión como también lo fueron los gremios de la comunicación. (...) Me tocó un rol que estoy honrado y que me llena de satisfacción, de poder ser la cabeza de un gran grupo de compañeros que han trabajado muchísimo. Y esto se hizo colectivamente, no de un día para el otro o desde que se lanzó el proyecto de ley hasta que se presentó. Sino, con el trabajo y la experiencia de múltiples opiniones y desde muchos años atrás. En el año 1988 participé del "Primer Encuentro Nacional y Popular de Comunicación en Granadero Baigorria". Estaba Heriberto Muraro, el diputado de Jujuy "Quique" Paz -que era el presidente de la Comisión de Comunicaciones de la Cámara Baja- un hombre de prensa y miles de estudiantes de Comunicación Social de todo el país. Tuve la suerte de cerrar ese encuentro en representación de los estudiantes y hablábamos del "Rol del Estado y Comunicaciones". Y decíamos lo mismo que dice el texto de esta nueva ley. (...) La importancia que nos dieron los foros fue que cada sector hacía sus aportes con una mirada de mucha profundidad y que la misma se reconoce en el texto. - ¿Entiende que hay más adhesiones y mayor comprensión de lo que es la filosofía antimonopólica de la ley? Porque muchos no saben ni por qué no les gustaba esta norma, se mueven con muchos preconceptos en el campo político...- Defender la vieja ley sin decir qué se estaba defendiendo fue muy práctico para los grupos monopólicos. Atacaban cualquier intento de discusión que trajesen ejes nuevos al debate. Entonces era una posición muy cómoda. Cuando nosotros presentábamos un texto de ley, los grupos monopólicos que se habían visto afectados por la democratización mentían sobre el articulado. Dijeron mentiras lisa y llanamente. No se ponían colorados y sabían que nos estaban mintiendo. Por ejemplo, iba a comer a la casa de mi mamá y le tenía que explicar que lo que leía en el diario y lo que veía por televisión, que le repicaban la cabeza permanentemente, era falso. Me decía:
"nene pero ustedes van a revisar las licencias cada dos años". Quien lo decía: Santo Biazatti, Sergio Lapegüe, María Laura Santillán, Nelson Castro, Ernesto Tenembaum, Marcelo Zlotowiasda.
"Ninguna ley te revisa la licencia cada dos años si es una ley honesta. Ustedes tienen algo bajo el poncho", era el planteo de mi madre, una señora común que ve los informativos. Entonces le dije:
"eso no lo dice en ningún lado. Es falso. Están construyendo una información sobre premisas falsas. No lo dice". Y no lo dice ahora pero tampoco lo decía antes. Ellos lo decían porque había que descalificar de alguna forma. Entonces, decían
"es la ley de Chávez", sin leer incluso el texto. Y dijeron también que era una ley estatista, mordaza, ley "K". Pero está inspirada en la ley de Estados Unidos, en la de Canadá, en los dictámenes del Parlamento Europeo. Cuando avanza la discusión gana la profundidad y pierde la especulación. Porque entonces uno que de buena fe le cree al medio de comunicación, sospecha de las intenciones de tal o cual político. ¿Entonces dónde triunfó la democracia? En la confrontación de ideas. ¿Dónde fracasó la democracia? No en la aplicación de la ley de la dictadura, sino en la ausencia de debate durante 26 años. ¿Corresponde que una ley de medios dictada en dictadura, tenga vigencia en 26 años de democracia? Por supuesto que no. Pero ¿corresponde que una ley que nació en 1980, tenga vigencia 10 años después del siglo XXI? Mucho menos. Porque la ley del 80 no consideraba las señales de cable objeto de ley. Entonces nació obsoleta. Y si trazamos una línea entre 1810 y 2010, coloreamos con el mismo tono la Gazeta de Mariano Moreno y la ley de 1980. La frecuencia modulada (FM) tampoco estaba considerada. ¿Quiénes no quieren discutir? Los que tienen privilegios, posiciones dominantes y que saben que si se larga cualquier idea en la discusión van a perder algo de todo lo que tienen. - ¿Cómo se reorganiza el espectro radioeléctrico a partir de esta nueva ley, teniendo en cuenta que Entre Ríos es una de las provincias que más dificultades ha tenido ya que con la anterior norma no se pudo regularizar? ¿Cómo se empieza a implementar en ese caso? - El mayor problema fue la falta de ley de la democracia. La ley de la dictadura establecía que sólo podía haber una emisora de FM si un ciudadano, un sector o una sociedad era licenciatario de una AM (amplitud modulada). A una AM le correspondía una FM. Y nunca más hubo planes técnicos que consideraron nuevas frecuencias. La tecnología avanzó tanto que fue de muy fácil acceso. Entre 1980 y 2010 hay un cambio de paradigma tecnológico asombroso. Sin embargo, nosotros seguíamos con la vieja ley que ya incluso nació obsoleta. Entonces esa anarquía del éter es producto de la falta de legislación. Esta ley de la democracia establece un criterio de nuevos planes técnicos, ajustados a la tecnología actual y sobre esos planes técnicos los llamados a concursos para ocupar el dial de forma racional. Y además, para permitir el acceso y la participación de los sectores que quieran emitir garantizando el 33 % a las sociedades sin fines de lucro. Entonces el nuevo plan técnico tiende a ordenar el espectro. Y la anarquía es producto de la falta de ley de nuestro tiempo. - ¿Qué va a ocurrir con las cadenas de radio y de televisión?- La nueva ley establece que tiene que haber 70% de producción propia en radios y sólo el 30% de una emisión que puede darse en cadena. Y lo mismo en televisión: un 60% de producción propia y un 40 % de cadenas. - ¿Y se va a controlar eso? - Sí claro, la fiscalización es otro de los aspectos que tiene la ley con sanciones establecidas y con una gran fiscalización. - ¿Cuándo van a empezar a notarse los efectos de la aplicación de la nueva ley?- Se va a notar en el transcurso de este mes de agosto y a partir de septiembre. Porque después de la reglamentación que se dará en estos días, ya se empieza a aplicar la totalidad del articulado. - ¿Cuánto tiempo va a tardar más o menos?- Para que nosotros vivamos en otro paradigma, antes de fin de año ya lo vamos a advertir, porque será progresivo pero habrá impactos muy importantes de pluralidad. Por ejemplo, los cables. Hoy hay un monopolio, un grupo que tiene el 80% de los abonados. Entonces "grilla como quiere" y privilegia a las señales de su producción en desmedro de las de la competencia. Eso no puede ocurrir, la ley no lo permite. Tiene que haber unidades temáticas que consideren la diversidad. Y va a haber nuevas señales que hoy por la decisión de un empresario tal o cual no se puede ver. Va a haber otra señal y eso tiende a la pluralidad. No es que se van a ver menos señales como ellos dicen. Van a haber más y eso es un pequeño avance hacia la pluralidad. - ¿Hubo algún punto que no se pudo incluir dentro de la ley? ¿Algo que se tuvo que ceder?- Se sacó del eje de discusión la convergencia tecnológica y el ingreso de las telefónicas. Ese es un punto que quedó bajo el paraguas y que seguramente el Congreso va a tener que discutir en los próximos años, porque es un punto que tiene que ver con las nuevas tecnologías y que es inevitable. Ese es el único punto que quedó fuera. - ¿Por una cuestión de evolución de la tecnología?- La convergencia tecnológica es inevitable. Lo que hay que restablecer es el impacto que pueden tener el ingreso de grandes empresas que podrían, si no hay ninguna restricción, arrasar con el mercado y cambiar un monopolio por otro. Entonces ese ingreso de tecnología que tiene que beneficiar al ciudadano, debe ser siempre en condiciones de menos monopolio. La digitalización- ¿El proceso de digitalización será lo más lento de la puesta en marcha de la ley?- No será tan lento porque ya está empezando. Por suerte, lo que fue un problema ahora es una oportunidad. La Argentina tardó mucho tiempo en tomar la decisión sobre la norma digital y asumir la digitalización. Y cuando lo hace, hay sociedades que ya han transitado esa experiencia. Al adoptar la norma brasilera- japonesa la Presidenta toma una decisión estratégica. Primero, no se toma una decisión a partir de un negocio sino a partir de un concepto de integración regional. Hoy América Latina, nuestro continente casi en un 85 % - 90 %, asumió la tecnología brasilera- japonesa. Esto nos permite integración. Distinto fue la toma de decisión de la televisión color que uno tenía una norma, otro otra y mandaba su cassette de un lado a otro y no podía comunicar. Esto nos permite integrarnos culturalmente que es una cosa muy importante. Esa recepción de las señales digitales no van a ser objeto de ningún abono, sub-abono o sobre abono de cable porque va a llegar al ciudadano en forma abierta y gratuita. Y esa oportunidad técnica va a estar en manos plurales. Si todo esto se hubiese dado en el imperio del monopolio, era la tecnología que más negocio le hiciera dar la empresa privada con costos para el ciudadano porque si quería ver tal señal digital tenía que pagar, y si la quería ver en alta definición tenía que pagar. No quiero pensar lo que hubiese sido la digitalización en el imperio del monopolio. La digitalización en una sociedad democrática, con un Estado que garantiza pluralidad, es realmente una gran oportunidad. Entonces lo nuevo nace democratizado. El paradigma nace sano, ahora se necesita participación, producción, democracia, múltiples voces, opiniones diversas para poder disfrutar de un sistema de vida que no lo conocimos nunca. (...) La plataforma digital ya emite en Capital Federal con algunas pruebas. Se están emitiendo los canales Encuentro y 7. Se está produciendo un programa infantil del Ministerio de Educación, la señal del INCA, la del Ministerio de Ciencia y Tecnología. También con una oferta de señales de producción privada que se están empezando a ver. Entonces esas plataformas de televisión digital tienen que estar instaladas en el país antes de fin de año. Son 40 en todo el país y cubren los centros urbanos. La pelea Gobierno-Clarín- ¿Hasta que punto es real la pelea entre Clarín y el Estado Nacional?- La pelea existe porque Clarín se ve afectado en sus intereses, pero que son derechos que tienen los ciudadanos. Sino se desafiaran intereses establecidos, no habría ninguna pelea, no habría crispación, no habría nada. Pero habría sometimiento. Y eso puede ser premiado o despreciado. Pero acá lo que no hay es sometimiento; hay discusión de política. Y Clarín es un medio más y nadie lo mira a la hora de construir democracia. Solamente se lo mira a la hora que se tiene que ajustar a derecho.