Martínez Garbino habla de hartazgo social ante el estilo K
Martínez Garbino:- En principio hay un humor social desfavorable al gobierno. En base a ese estado de ánimo, la oposición, que está muy fragmentada, está tratando de cabalgar y encontrar un punto de unidad. El proceso electoral de octubre de este año será diferente al del 2011. Retroceden los condimentos ideológicos, y la clave serán los titulares de los diarios el día después de las elecciones. Esos titulares versarán sobre esto: ganó o perdió el gobierno. Oficialismo y oposición, cada uno por su lado, trabajan en este sentido. Por eso no va a extrañar que se junten en una misma mesa gente que hasta ayer era imposible que lo hiciera. Producto en buena medida de la actitud confrontativa de este gobierno. Hay una división que se expresará electoralmente, nos guste o no nos guste.
-¿Eso no puede conducir a que se construyan alianzas, que a la postre terminaron en un fracaso, sobre todo de cara al 2011?
Esa es una visión parcial del tema. Lo concreto es que en los últimos años hubo un gobierno que hizo de la división de la sociedad argentina una forma de construcción política. Esto no lo habíamos visto en la Argentina. Es decir, hacer política convirtiendo a distintos actores sociales en enemigo permanente. Es lógico que esto deje secuelas en la sociedad y que impacte en la vida política. ¿Pero por qué endilgarle este problema a la oposición o a un sector de ella?. Por otra parte, ¿quién es la oposición? Hablamos, en este caso, de los que están fuera del gobierno o no comulgan con él. Estamos hablando quizá del 70% del país, un sector mayoritario que busca la manera de expresarse políticamente. Creo que la clave política pasa por ver qué dirigencia es capaz de captar esta voluntad dispersa, sobre la base de una propuesta creíble y confiable. Pero hoy aparece todo eclipsado por una actitud confrontativa. Insisto con que el responsable de esta actitud no es la gente o a la oposición, sino el oficialismo, que está encerrado en sí mismo, muy convencido de que tiene la verdad absoluta, y dispuesto a generar conflicto como modo de construcción política.
- Pero en el fondo, pensando en el bien del país ¿que se juega en octubre?
Al margen del dato económico, que tiene una incidencia tremenda -Perón decía que "es la víscera más sensible del ser humano"- hay una situación de hartazgo social ante el conflicto permanente. La gente está cansada de levantarse todas las mañanas y desayunarse con un nuevo conflicto. Esto se alimentó durante 5 años. Es decir, a los problemas personales que tenemos todos, el gobierno les ha agregado otros nuevos. Pero hay, insisto, un hartazgo a este modo de conducir, y masivamente la ciudadanía busca otro liderazgo mas conciliador, más dialoguista. Pero estos perfiles más moderados deben reunir a la vez autoridad. Acá hay una confusión: se confunde diálogo y apertura al otro, con debilidad en el ejercicio del poder. Se puede ser dialoguista, buscar el consenso (que nunca es unanimidad) y tener la suficiente autoridad moral y política para llevar adelante las cosas. Por otro lado, me parece que está declinando en la Argentina el reinado de la chequera, con el cual se compran voluntades. Entre otras razones, porque esta chequera es más escuálida.
-El gobierno, en cambio, dice que lo que se juega en octubre es la gobernabilidad, y por eso manda a votar al oficialismo...
Este gobierno siempre alentó fantasmas. Pero creo que la sociedad está mucho más alerta, más avispada y está harta. La pregunta es qué se puede construir en base a este malestar. Creo que el desafío de la dirigencia es una construcción positiva. En este sentido, si persiste la búsqueda de sacar provechos personales o de grupo, se irá contra lo que espera la sociedad.
-¿Qué tienen que hacer aquellos sectores no oficialistas, de cara a octubre?. ¿Y cuál es el sentido de su convocatoria?
Aunque le elección es nacional, se define distrito por distrito. O sea que los armados que se hagan en una provincia o en un distrito, van a ser diferentes a los que se hagan en otra. Por otro lado, yo no hice ninguna convocatoria. Lo que hice fue expresar a viva voz lo que me parecía que debía ocurrir en Entre Ríos. Que todos esos segmentos que había y que veo que son muy valiosos tienen que juntarse. Eso fue lo que expresé. Ahora, que eso vaya a ocurrir, es otra cosa. Fue una expresión de deseo. Porque creo que cada uno por sí solo no va a aportar a la solución. No se trata sólo de expresar la disconformidad ante lo que está ocurriendo, sino tener la capacidad suficiente para esbozar cuatro o cinco ideas fuerza, algo que alimente la esperanza de la gente respecto de que en política no está todo escrito o dicho. No quiero convertirme en el convocante de esto. No estoy en condiciones y estoy muy lejos de eso. Mi deseo, sí, es participar en algo que sea serio y que de alguna manera, dejando nuestras visiones particulares, podamos a aportar a algo superior, donde confluya gente valiosa y capaz, que existe pero que no participa en política.
-Por ejemplo Alfredo de Ángeli...
Él forma parte de un sector muy importante, muy dinámico. Es una expresión concreta. Pero me refería incluso a personas que para el común de la gente pasan desapercibidas o no son tan conocidas, por no tener un grado de exposición pública importante, pero que pueden aportar talento e inteligencia. Me parece que tienen que participar y no pueden quedar afuera de esto. Porque creo que esta elección será base con vistas a 2011, que será una elección más ideológica.
-Hoy el Congreso aparece como un ámbito donde la oposición puede tejer acuerdos...
El marco legislativo permite alianzas parlamentarias circunstanciales. Cuando se trabaja en común se gana en confianza, se profundiza un mayor diálogo político. Pero creo que lo decisivo se está resolviendo fuera del Congreso. Las principales referencias políticas nacionales no están en el Congreso.
-¿Cuál será la actuación de Martínez Garbino en el actual escenario político?.He hecho política toda la vida. Es una pasión la política. Seguramente ayudaré a que se pueda concretar lo que decíamos al comienzo de la entrevista. Dónde me ubicaré finalmente, no sé. A esta altura de la vida no me privo de expresar lo que siento y de cómo veo las cosas, y de hacerlo con total sinceridad. Se podrá compartir o no. Pero creo que hay que asumir una tarea de docencia política. Y esto porque los partidos políticos están muy vaciados de contenidos. Se han convertido en meras maquinarias electorales y nada más. Esto lo digo porque creo que estas estructuras políticas son necesarias. Son los articuladores, en democracia, entre quienes gobiernan y la sociedad. Y a ese rol no lo puede sustituir nadie. Sin embargo, están desacreditados. Por algo hoy quienes aparecen como candidatos a presidente de la república en 2011 son todos personajes que de alguna manera se han ido de las estructuras (Carrió, Cobos, Solá, por ejemplo).
Estados en la cuerda floja
¿Cuál es la realidad política de Entre Ríos?.
Creo que Entre Ríos ha perdido posicionamiento político dentro del concepto nacional. Antes tenía una mayor incidencia. Y esto quizá producto de la dependencia que como decisión ha tomado el actual gobernador, que está subordinado enteramente a las políticas nacionales. Otros gobernadores, sin renunciar a esa relación política, han buscado otro posicionamiento, han marcado sus disidencias. Sumado a este alineamiento con el gobierno central, Entre Ríos tiene las finanzas públicas comprometidas. Hemos hecho algunas declaraciones al respecto que han molestado a más de un funcionario provincial. Pero lo que hemos dicho, lo han reconocido los propios funcionarios. Es decir, no hemos agregado nada a lo que ya se sabe. En octubre advertimos de la pérdida de fondos para las provincias, comparado con el ejercicio presupuestario anterior. Estos son datos oficiales. Se sabía, por tanto, que iban a venir menos aportes a las provincias. Los impuestos más afectados por la crisis son aquellos que son coparticipables, porque tienen vinculación directa con la actividad económica: IVA y Ganancias. A esto hay que sumarle el lógico reclamo salarial, una demanda que se da en la provincia y en los municipios. Porque todo se desmejora acá. Aquellos Estados que tengan una plantilla de personal numerosa tendrán más problemas.
- Los conflictos salariales están estallando en los municipios, como es el caso de Gualeguaychú. ¿Qué hacer?
Todos tenemos que ser responsables. Este es un fenómeno que se empieza a dar en todos los niveles, no solamente en el sector público sino en el privado. Lentamente entra a prevalecer la preservación del empleo por el tema salarial. Insisto, hay que ser extremadamente responsable. En primer lugar quienes gobiernan. Pero también todos los que de alguna manera podamos tener una voz en estos temas. Tenemos que manejarnos con mucha prudencia, para no alentar expectativas que solamente persigan un rédito político. Porque es muy fácil sacar rédito político en estas circunstancias. Hay que ser mesurado. No se puede pedir lo que no se puede dar. Por otro lado, siempre dije que el patrón en este caso, como en todo gobierno, es el contribuyente. El intendente es administrador. El verdadero patrón es el vecino. Es legítimo que el personal pueda hacer paros cuando cree que su reclamo es justo. El tema es en el momento y la manera de hacer esa protesta. Frente a esta situación, el gobierno tiene que pararse con autoridad, es decir tiene que demostrar que lleva una administración austera del Estado. Desde ese lugar está en condiciones de exigir el respeto a las reglas de juego. Es un tema muy delicado que a mí me tocó vivir como intendente, en una época de una crisis muy profunda, cuando circulaban los bonos federales devaluados. A propósito, es probable que algunas administraciones provinciales, estén pensando en un bono. Pero sería un bono para consolidar deuda. No sería deseable, en este sentido, que se emitan bonos para que el Tesoro Nacional o la ANSES los compre, a cambio de dinero para pagar salarios. Quizá en la provincia se esté pensando en contraer deuda, de este manera, con la Cafesg. No lo sé.
-En los últimos años se infló a la municipalidad local de personal. Son 1.100 empleados que se llevan más del 70 % del presupuesto. ¿No cree que se debería ir pensando en una congelación de vacantes, a partir de la discusión de la Carta Orgánica Municipal?.
Creo que la discusión de esa carta es muy importante. Allí habría que incluir dos cosas. Una es independizar Rentas municipal, es decir que sea un organismo independiente de la administración central, para que se convierta en defensora del presupuesto. El Concejo Deliberante debe exigirle al director de Rentas que se cumplan las pautas fijadas en la recaudación, pero por fuera de los avatares políticos. Es decir, Rentas va a depender directamente del Concejo, que es donde se vota el presupuesto. Esto es una reforma que hay que hacer. Lo otro que hay que hacer es limitar las posibilidades de designación que tenga un intendente. Que el intendente primero no pueda dejar en planta permanente a ninguna persona que él nombró durante su gestión.
-Esto último es una cuestión ética. Lauritto, cuando fue intendente de Concepción del Uruguay, lo instrumentó. ¿Por qué eso no se puede lograr en todos los municipios?.
Habría que preestablecer cuáles son los cargos políticos. Todos hemos contribuido a que esto no sea así. Nadie puede decir lo contrario. Es una dinámica que viene de años. El otro tema hacia futuro es que el ingreso del personal municipal tiene que ser por secciones. Y que allí el empleado haga su carrera en la función pública. Hoy se ingresa a una sección estatal, pensando que vas a ir a otra. El problema es que se viven desmantelando las secciones. Hay un debate que nos debemos en la Argentina y es la reforma del Estado. Todo cambia: la medicina, la ciencia, le tecnología, el mundo empresarial. Pero lo que no cambia es el mundo de la política, que parece que no se notifica de la dinámica de los tiempos. Uno de los temas a resolver dentro del Estado es cómo se hace eficiente y rápido el aparato burocrático. Cómo lograr que la estabilidad laboral que logra el empleado público, a la larga no conspire contra la eficiencia de la administración. La Constitución habla de estabilidad pero también de idoneidad. ¿Cómo hacer operativo el concepto de idoneidad? La estabilidad no puede ser el único factor para la carrera administrativa. La capacidad y la idoneidad deben contar. ¿Cómo se le da forma a esto? Porque la gente no va a cuestionar el número de personal en tanto y en cuanto el Estado sea medianamente eficiente. El debate debe incluir también la migración de personal capacitado a la empresa privada. Esa capacitación le costó dinero al propio Estado. Sin embargo, la aprovecha después la actividad privada. ¿Cómo se logra que toda esa capacitación y experiencia se quede en el Estado? Aquí la clave es el reconocimiento de la carrera administrativa. Todas estas reformas del Estado tienen que salir por fuertes consensos.
"Botnia agravó un ecosistema
que ya tenía un cuadro delicado"
- A partir de los recientes episodios alrededor de Botnia (olores y mancha en el río Uruguay). ¿Cómo visualiza la lucha medio ambiental?.
Martínez Garbino: Creo que hay que empezar a hablar de que ya las condiciones del río Uruguay eran delicadas antes de la llegada de Botnia y que ahora son más graves aún. Frente a esto, las declaraciones del ministro de Justicia (Aníbal Fernández), sobre que lo que se había encontrado eran solo algas, son ridículas. Quiere minimizar un grave problema. La floración de algas, en todo caso, revela un desequilibrio del ecosistema a causa de lo que vierte Botnia. Insisto, la pastera ha venido a agravar un proceso de deterioro que ya tenía el río Uruguay. Botnia acelera la pérdida de calidad de agua del río, que se remonta a la puesta en funcionamiento de la represa de Salto Grande.
¿Qué lectura hace de la relación entre el gobierno y la Asamblea Ambiental?
La experiencia en el mundo de las luchas ambientales demuestra que el avance de la causa lo protagonizan las propias comunidades, la propia sociedad que se organiza y es el principal actor. Los Estados nacionales, sobre todo, quieren de alguna manera usufructuar. Cuando se ponen al frente de todo, tarde o temprano la cosa fracasa. Ocurre que los gobiernos están condicionados o autocondicionados en todos estos temas. Entonces si el principal actor, que es la sociedad, no tiene en claro esto y espera que el Estado nacional lo acompañe, las expectativas se frustran. En el caso de la lucha ambiental de Gualeguaychú, el gobierno nacional ha tenido una política zigzagueante. Cuando le ha convenido sumarse a la lucha, lo ha hecho. Cuando no le ha convenido, se ha distanciado. Es decir, todo muy ambiguo.
¿No cree que Gualeguaychú tiene que acercarse a Fray Bentos?.
Nunca la lucha de Gualeguaychú fue en contra del pueblo uruguayo, y del pueblo fraybentino en particular, con el cual tenemos lazos de relación de años.
Pero esa relación está dañada.
Por supuesto, alguna herida hay. Eso se tiene que cicatrizar. Entendemos que la lucha que se hace acá es una lucha que beneficia al pueblo uruguayo, porque estamos peleando por la calidad de vida. Al comienzo de esta lucha la disyuntiva en Uruguay era: contaminemos, pero tengamos trabajo. Ahora empieza a desnudarse que esa cantidad de trabajo no está. Entonces empieza el cuestionamiento del otro lado. Hay que estar preparado para tener una buena relación con ese pueblo, para lograr sumarlo al reclamo. Tarde o temprano el pueblo uruguayo también va a entender esto. Yo confío en eso.
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