Martínez Garbino rescató valores de Raúl Alfonsín
A su criterio, Alfonsín acaba de tener tan importante homenaje por parte del pueblo y de las dirigencia argentina “porque más allá de las cuestiones ideológicas o de su gestión de gobierno, en él subyacen características como la decencia, la firmeza, la honradez, la convicción y el diálogo”.
“Este reconocimiento casi unánime no debiera traducirse en algo meramente emotivo, sino que nos marca un camino. Tomemos el ejemplo de Alfonsín en cuanto a los valores que encierra, levantemos sus banderas y pongámonos manos a la obra a trabajar por un país más justo y federal”, instó.
Según el legislador entrerriano, no caben dudas que “Alfonsín se ha transformado definitivamente en un paradigma, en un referente de los valores que un dirigente debiera encerrar, esto más allá de los resultados de su gobierno. Creo que la sociedad nos ha señalado que nunca ha dejado de buscar esos valores y semejante despedida es una manera de canalizar ese mensaje”.
Agregó que “todos debiéramos tomar nota de esto. Hay una sociedad que añora valores y formas y ese es el guante que debe recoger la dirigencia. Indudablemente todos sentimos que existe un vacío en la sociedad y por eso estas pérdidas se sienten tanto. Porque Alfonsín era tal vez la encarnadura de un país y una dirigencia más íntegro, abierto y pluralista”, indicó.
Consideró que “si realmente sentimos su pérdida y no ha habido actuaciones para la televisión de parte de los dirigentes políticos, es la hora de actuar con grandeza y dejar las mezquindades y sectarismos de lado. Este mensaje debe llegar a todos los estamentos de la dirigencia nacional, provincial y municipal. Nadie puede hacerse el distraído ni creerse el dueño de la verdad. ¿No entienden que ya no hay lugar para la soberbia y el autismo? Estamos conviviendo con una crisis internacional que ya se siente y si bien es un duro momento, es una oportunidad perfecta para reconciliarnos con la sociedad. Ojalá que este mensaje se entienda y la muerte de Alfonsín haya servido para unir aún más a los argentinos”.
Por último, aseguró que “el mayor legado que nos ha dejado es la reivindicación de la política como una práctica sana y necesaria, y en definitiva nos señala que la militancia política no ineludiblemente está divorciada de los valores, como quieren hacernos creer algunos que les conviene que la sociedad no se involucre. Alfonsín termina marcándonos un camino: el de la participación como herramienta esencial para el cambio social. Finalmente, nos demuestra que la política puede de ir –y debe ir- de la mano de la honradez, las convicciones y la capacidad de gestión”, finalizó.
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