¿Más abogados que pleitos?
A confesión de parte, relevo de prueba, dice una máxima jurídica. Pues bien, el mismísimo presidente del Colegio de Abogados de Entre Ríos acaba de reconocer que hay más letrados de los que la sociedad necesita.Los dichos del Dr. Luis María Campos, el 13 de marzo en Paraná, en el acto de asunción como titular del órgano colegiado, no pasaron desapercibidos. En su discurso habló de la "plétora profesional" como un problema estructural de la abogacía argentina."Somos muchos más abogados de los que la sociedad necesita y siguen apareciendo cada vez más facultades de Derecho que auspician más abogados", disparó."Mientras la matrícula crece exponencialmente, el trabajo ofrecido en función de la realidad social aumenta según el lento crecimiento vegetativo de la sociedad", agregó.Campos dijo que "quizá sea la hora de proponerle a la Federación Argentina de Colegios de Abogados, por ser una cuestión nacional, que retome seriamente la gestión de un rastro de racionalidad frente a un asunto tan complejo donde está comprometido el futuro no solo de los abogados, sino de uno de los poderes del Estado que se nutre del producto de esas facultades".Con sinceridad brutal, el directivo disparó elípticamente contra aquellas instituciones universitarias privadas que en su afán de aumentar la matrícula crean facultades de Derecho.La superpoblación de abogados se refleja en el hecho de que muchos recién egresados, no encontrando cómo insertarse en la actividad privada, pujan por entrar al Estado, ya sea a través de la política o aspirando a un cargo en la justicia."El ejercicio de la profesión está muy duro y eso lleva a que el ingreso al Poder Judicial sea una muy buena alternativa", explicó no hace mucho Gustavo Castiglioni, secretario del Consejo de la Magistratura.Pero el punto es: en los albores del siglo XXI -cuando domina el paradigma del "conocimiento"-, ¿qué perfil de egresado persigue el sistema educativo?¿Qué sale de las universidades argentinas? ¿Acaso una élite vanguardista en sintonía con un modelo de desarrollo económico más sofisticado? ¿O egresan camadas de jóvenes que responden todavía al mito de "m'hijo el doctor", reflejo de la vieja estructura social agraria?Resulta que el país necesita ingenieros, químicos, geólogos y especialistas en informática, pero de las universidades egresan, abrumadoramente, médicos, abogados y psicólogos.El total de estudiantes que había optado por las ingenierías en las universidades de gestión pública del país era en 2008 -el último año del que se conocen estadísticas oficiales- apenas el 7% del total de inscriptos en todas las carreras.Entre los docentes afirman que los alumnos no se acercarían a carreras como éstas por miedo a las ciencias. Pero los estudiantes aluden más bien al desconocimiento de algunas de ellas.Una muestra del desinterés por las carreras duras es el instituto Sabato, donde se ofrecen 18 becas de 2.200 pesos mensuales durante cuatro años para estudiar Ingeniería en Materiales. Sin embargo, le sobran vacantes.Y esto pese a que los egresados de esta carrera tienen salida laboral inmediata, con muy buen sueldo.
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