ENERGÍA, CAMPO Y ECONOMÍA DEL CONOCIMIENTO
Massa reducirá impuestos a tres sectores para que generen más dólares
El objetivo es mejorar el tipo de cambio en forma específica, pero sin una devaluación brusca. Se trata de la segunda etapa del plan, que incluye una gira a Estados Unidos para aceitar relaciones con el FMI y el Departamento del Tesoro
En la “hoja de ruta” del ministro de Economía Sergio Massa aparecen en el futuro inmediato dos cuestiones con mucha nitidez. La más acuciante es encarar los desafíos que presentan el frente cambiario y la necesidad de fortalecer las reservas del Banco Central. El segundo es consolidar los contactos internacionales para reinsertar a la Argentina en el mundo luego de dos años y medio de un pelotazo en contra tras otro tanto del Presidente, Alberto Fernández, como su vice Cristina Kirchner.
Ante la decisión de no devaluar, manteniendo la suba gradual del dólar oficial, Massa optó por ofrecer incentivos fiscales a los sectores que son intensivos en la generación de dólares: energía, campo y economía del conocimiento. Se trata de mejorar el tipo de cambio para los exportadores, pero evitando un salto brusco del tipo de cambio.
Las negociaciones con el sector agropecuario para que liquide más dólares a partir de estos incentivos impositivos están por ahora empantanadas. El “dólar soja” fracasó estrepitosamente y ahora se busca un nuevo esquema para fomentar el ingreso de divisas.
El objetivo de Massa es que las mejores condiciones que se negocien con el sector no queden en las arcas de las cerealeras, sino que lleguen a los productores. Son ellos los que finalmente retienen la producción a la espera de una mejora del tipo de cambio.
En las discusiones aparecen distintos actores del sector agropecuario, cada uno con su postura. Las discusiones giran en torno al tipo de cambio que se debe tomar en referencia para calcular luego el “premio” que terminarán recibiendo, que podría ser impositivo.
Mientras que las cerealeras piden que se tome de referencia el valor de exportación, los productores prefieren guiarse por el dólar ROFEX, mientras que los acopiadores piden un certificado de garantía contra las ventas de las cerealeras. En el Gobierno reconocen que las discusiones están trabadas: “En el agro se pelean entre ellos a ver quién se quedaría con el premio”, explican.
El frente cambiario arrastra problemas muy profundos, empezando por el cepo y los múltiples tipos de cambio. El dólar oficial sube ahora a un ritmo de 5% mensual y sigue corriendo por detrás a la inflación. “El tipo de cambio medido por el índice Big Mac, debería ubicarse en $174, ajustado por la productividad de Estados Unidos y la Argentina”, asegura un informe realizado por el IERAL de la Fundación Mediterránea. Esta medición sugiere, por lo tanto, que el dólar oficial debería tener un salto discreto de alrededor del 28%.Pero una devaluación de estas características ya fue negada por Massa en varias ocasiones, tanto en público como en privado.
El balance cambiario del Central refleja claramente los desequilibrios que debe enfrentar la economía argentina en ese frente. Lo más llamativo y al mismo tiempo imperioso, proviene por el lado del turismo. Según los números de julio, se fueron en gastos de viaje al exterior y uso de la tarjeta de crédito nada menos que USD 750 millones. Semejante egreso no se registraba desde principios de 2018, antes que estallara la crisis cambiaria durante el gobierno de Mauricio Macri.