Masticando la semana
Cada vez nos cuesta más digerir todo lo que pasa en siete días. Menos mal que nos queda el domingo para eso. En el orden internacional, resalta la aprobación legislativa del proyecto anticrisis presentado por Obama, aunque los mercados y parte de la opinión pública, no le ponen muchas fichas a su éxito.o
¿Cómo nos influye a nosotros? Lo que allá sucede repercute en todo el mundo y así lo demuestra la rápida expansión de la propia crisis. Pero lo que más debería incidir entre nosotros –algo positivo, al menos- pareciera que nos resbala, como por ejemplo, ciertos contrastes que debieran llamarnos la atención. En efecto, ellos están en la más profunda recesión desde 1929; sin embargo, ni en aquel momento, ni ahora, al Presidente de turno se le ocurrió pedir superpoderes. Tampoco se los hubieran dado: todo debe pasar por el Congreso o por las facultades que constitucionalmente ya tiene el P. Ejecutivo, que no son pocas.
Menos aún, se le ocurriría a Obama incautar los fondos de previsión, o los ahorros de sus futuros jubilados. Ni tentarse en mandar cartas a titulares de cajas de seguridad. Es cierto que con ello podría solucionar muchos problemas del presente (a costa de patearlos para el futuro) pero ni se le ocurre: allá el respeto al derecho de propiedad es un valor permanente, por encima de cualquier contingencia. Por otra parte, los fondos anticrisis que ahora han sido autorizados, no podrán ser gastados discrecionalmente; estará todo controlado por el Congreso y otros órganos ante los que se deberán rendir cuentas (acá a los controles los desmantelan). Es la República en plenitud, como funcionan en otras democracias de Europa y de América.
Son diferencias que casi no conmueven a nuestra mayoría domesticada. Nuestro modelo oficial es Hugo Chávez quien antes se hizo redactar una Constitución para él, que le asegura la suma del poder público y ahora, para darle a su pueblo un largo horizonte de seguridad, se ha hecho votar la reelección perpetua. Acá no se animaron a tanto; sólo la rotación entre marido y mujer. Menos mal.
CONDENADOS AL EXITO
En realidad las crisis económicas no se enfrentan con superpoderes ni con la suma del poder público, ya lo tenemos comprobado. En todo caso, con otra suma: la de voluntades, en unión y patriotismo. Mucho más efectivo frente a las crisis es preverlas; es lo que hacen generalmente los estadistas, aunque por acá, hace rato no se ven. La del tequila de 1995 por ejemplo, nos tomó absolutamente desprevenidos, con los grifos presupuestarios abiertos al máximo, en pleno jolgorio por la reelección. Como estamos condenados al éxito, no supimos capitalizar esa experiencia y en 1997-98 las del Sudeste Asiático-Rusia-Brasil –todas juntas- nos encontraron descorchando a troche y moche en otra fiesta: la de la “rerre”.
Con la crisis actual sucede algo peor; no sólo la Señora creía con suficiencia que no nos iba a afectar, cuando causaba pánico en todo el mundo, sino que ya instalada, no se percibe de su parte una respuesta apropiada.
Esta vez no nos encontró en plena fiesta, ya que ésta terminó hace un año y no por causas foráneas. En realidad, por una falta alarmante de previsión, las consecuencias de la crisis externa actual vienen a sumarse a la propia –y preexistente- que se pretende disimular con aquella. A la sensible caída de todos los indicadores –reales- se suma el rebrote del conflicto con el campo, más el desbande de dirigentes en el oficialismo y el notorio desprestigio de la pareja presidencial. Encima de todo ello y pese a tantas luces rojas, ambos mantienen el estilo arrogante y confrontativo de cuando eran populares y nadaban en la abundancia.
SIN TIMÓN
Es decir que el país, frente a la sumatoria de dos serios frentes de tormenta, adopta una actitud típica de avestruz, lo que nos lleva a preguntar: ¿tenemos gobierno? Se mantiene con respirador un modelo que se derrumba por sus propias inconsistencias, sin otra inserción que algunas medidas irrisorias, como financiar heladeras y calefones. En sus horribles discursos, la Señora proclama una inmensa voluntad de diálogo (?) y acto seguido, la emprende contra los productores agropecuarios al borde del quebranto, a quienes califica como sectores egoístas del privilegio, mientras su marido sale de campaña electoral en las aeronaves presidenciales que se le niegan al Vicepresidente. Son síntomas de su preocupante desacople con la realidad. Causa, la impresión de ser ella, la única ajena a una situación que se agrava cada día. Nos trae a la memoria el triste recuerdo de Isabelita, a quien también le hacían creer que gobernaba. Por si algo faltara en este penoso grotesco, debemos soportar que quien realmente le tiene secuestrado el poder, vocifere contra los que le quieren atar las manos a Cristina...
ALUMNO APLICADO
Y la crisis llegó a la Provincia. Por eso, el alumno Sergio se ha preocupado de llevar bien hechos los deberes a la escuelita de Olivos, hasta con un regalo para la Seño, lo que le ha valido un jugoso premio por su disciplina y obediencia. Posiblemente no pueda disfrutarlo, aún cuando la reciente reforma constitucional le abre una esperanza. Algo nos dice que pese a sus esfuerzos, en 2011 el alumno Jorge Pedro -el atorrante de la clase- le terminará pinchando esa ilusión…
Por lo demás, tanto a Urribarri como a Bahillo les espera un año de mucha zaranda, en lo que hace a los reclamos de sus respectivas plantas de personal. Sobre las cuales en algún momento nos informarán -eso esperamos- quiénes las hicieron crecer al complicante punto actual, en que insumen la mayor parte de sendos presupuestos.
En ambos casos, quisiéramos saber también, quiénes inventaron las figuras de los contratados, la planta política y en general, todos los que terminan en planta permanente sin haber pasado por un concurso, como lo exigen la reglas de la buena administración. Seguiremos con este tema.
Hasta el domingo. Si Dios quiere.
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