“Me considero un hombre de partido”

- El Congreso se ha convertido en la caja de resonancia política del país. ¿Hay allí un sistema de canje de votos por favores?- Éstas son las fábulas que se construyen en la Argentina. Hay que ver cómo funcionan los parlamentos en el mundo. Indudablemente que hay que buscar consensos, la posibilidad de que acompañen al gobierno en un tema tan sensible como es el del presupuesto. Eso de ninguna manera es intercambio de favores. Considero como un elemento totalmente legítimo que el senador o el diputado, en el marco de la ley de presupuesto, pueda conseguir obras para su provincia a cambio de acompañar ese proyecto, aunque sea en general. Eso formó parte siempre de la historia del Congreso. Así funciona en Estados Unidos y en Europa. Y es totalmente legítimo. Y eso no es intercambio de favores, ni es esquema de enriquecimiento personal. Significa que el representante del Estado provincial pueda terminar apoyando en determinadas circunstancias una ley de presupuesto, la puede votar en general, porque está incorporando alguna obra importante para su distrito, para su pueblo, para su provincia. Esto de ninguna manera es corrupción, como se ha querido hacer entender en la última discusión. Y este invento de Carrió de generar sospechas. Porque lo que pasa en la Argentina, también, es que hay algunos políticos que creen que pueden hacer política desde la destrucción y desde la anti-política. Y Carrió es un claro exponente de ese escenario político que nació en el marco de la crisis de 2001 con los sobornos del Senado. Y tienen ahí el metro patrón de la ética para juzgar conductas. Esa forma de hacer política está terminada también. No hay proyecto ahí. Es la mera denuncia. Acompañada por supuesto en este sentido por un gran multimedios, que tiene una confrontación fuertísima con el gobierno, que es el diario Clarín. Esta es la verdad. Tengo que hablar con todas las letras. - ¿Qué reflexión le merecen las denuncias por serias irregularidades que comprometen al ex funcionario Ricardo Jaime? - Lo veo como un hecho negativo. Todo gobierno tiene funcionarios que pueden incurrir en hechos graves, como éstos que se están investigando y habrá que investigar a fondo. Son hecho negativos para cualquier gobierno. Ahora no se puede juzgar a un gobierno por un funcionario. En cualquier país del mundo puede pasar una cosa de éstas y habrá que actuar con la justicia, como lo está haciendo - ¿Qué sabe usted de este caso?- No más que lo que está saliendo en los medios de comunicación. Cómo se mide la inflación - ¿Cree en los índices de inflación del INDEC? - Creo que se ha trabajado medianamente sobre las bases estadísticas que tienen países serios. Hoy hay una presencia también de funcionarios del Fondo Monetario Internacional (FMI) para tratar de ajustar todos los detalles para darle mejor confiabilidad. Ha habido alguna variación en orden a los precios fundamentalmente de la canasta familiar, que son más el reflejo de la escasez de oferta en una economía que está funcionando a pleno. Que está funcionando con una intensidad en donde muchos empresarios, en lugar de aumentar la inversión para producir más, aumentan precios. - ¿Por qué no hay inversión? ¿Por qué los empresarios son malos?- Porque hay un proceso también cultural en la Argentina donde no toda la rentabilidad de la ganancia de los empresarios va a la producción. No quiero hacer ningún esquema de demonización. Pero cuando uno analiza el proceso de construcción de precios en la Argentina, especialmente en los últimos tiempos, donde se ha notado variación en el esquema del supermercado y productos de la canasta familiar, hay algunas variaciones que son por productos estacionales y hay otras variaciones que son decisiones empresarias. Por eso el Secretario de Comercio, correctamente, ha abierto nuevamente la importación. - ¿Al gobierno le preocupa la inflación?- Por supuesto, esta explicación que acabo de dar es la explicación que ha dado el Ministro de Economía. - En su opinión la inflación, ¿se sitúa en el 11%, según el índice oficial, o ronda el 25%? - No hago estadísticas. Aunque yo vivo en un barrio, que es Almagro, de gente de clase media. Y transito por la calle, no tengo custodia y estoy en contacto con la realidad social. Indudablemente que ha habido en los últimos tiempos algún desacople en los precios de la canasta familiar. Algo que el gobierno está tratando de corregir. Y también está intentando, en el marco de una política de desendeudamiento, darle credibilidad absoluta al sistema del INDEC. Y bueno, hay una visita de funcionarios que se está haciendo. Van a revisar el sistema. - ¿Y por qué recurren al Fondo Monetario Internacional para ese tipo de cosas? - En la Argentina hay procesos culturales bastante complejos. Nadie cree en lo que hacemos. Siempre creen en lo que hacen los de afuera. Y bueno, lógicamente que esto tiene que ver con darle mucho más credibilidad al sistema y avanzar en un proceso que la presidenta se ha empeñado en cerrar definitivamente, que es el tema del desendeudamiento de la Argentina y la resolución definitiva con el Club de París. - En Canadá funciona una dirección estadística de prestigio. Podría haberse recurrido allí...- Creemos que nuestro instituto funciona bien. Creemos que hay que darle mayor credibilidad. - El informe de las universidades, que fueron convocadas para opinar, no dice eso. - No conozco lo que dijeron, sino por comentarios periodísticos. No digo que no crea. Digo que quiero verlo primero para poder opinar. - Por lo pronto los ajustes salariales, algunos pactados en el 30%, no siguen al Indec.- No en todos los sectores es el 30%. Ha habido un acuerdo en un gremio importante de la energía que se situó en un 21%. Me parece que éste es uno de los temas que lógicamente va a haber que abordar en el marco de un acuerdo político, social, institucional, que involucre a gremios y empresarios. Creo que tiene que haber marcos de razonabilidad para tratar de estabilizar el proceso y para que no haya ningún riesgo con el tema de inflación (...) El espíritu de la presidente es convocar a un espacio de diálogo social. La CGT peronista
- La CTA ha criticado mucho al gobierno por la falta de libertad y democracia sindical. ¿Usted qué cree?- Bueno, acá hay una organización histórica sindical que nació con el peronismo en la década del '40, que está trabajando hoy con mucha eficacia en la defensa de los intereses de los trabajadores. Hay otra central que representa también a trabajadores y estructuras de desocupados o de autónomos. La legislación hoy en materia internacional y también el fallo de la Corte está reconociendo derechos. Bueno, ésta es una decisión política que tendrá que tomar el gobierno. Nosotros tenemos una tradición, una cultura de central única. Porque el peronismo está conformado de esa manera, con las organizaciones sindicales como un eje central del movimiento. - Pero el peronismo no es la sociedad argentina...- Bueno, durante grandes etapas históricas, todo lo que tenía que ver con el trabajo y con lo laboral estaba sintetizado fuertemente en las organizaciones sindicales peronistas. - En este esquema, Hugo Moyano, ¿no tiene un poder excesivo?- Hugo Moyano es un hombre importante. Es el secretario general de la CGT. Tiene un rol importante, de gran responsabilidad en la conducción del movimiento obrero. Tiene el poder que le han dado sus bases y los demás gremios cuando lo eligieron como secretario general. Por encima de todo peronista
- En los '90 usted fue legislador menemista, ¿Es así?- En realidad fui concejal en el '83, intendente, legislador provincial. Todo eso antes de Menem. Llegué al Congreso en el año '94, siendo presidente Carlos Menem. Soy un hombre del peronismo y además he asumido mi pasado con absoluta integralidad sin beneficio de inventarios. Siempre he estado en el peronismo. He estado con Menem, con Duhalde, he estado con Kirchner y estoy con la presidenta. - ¿Y cómo se digiere eso?- Se digiere porque somos un partido de gobierno. Porque nos ha tocado gobernar coyunturas y escenarios distintos y además contextos mundiales diferentes. Y asumimos también, con errores y con aciertos, nuestro pasado. He sido siempre legislador elegido por el voto del pueblo. Nunca he sido funcionario de ningún gobierno. Hay un matiz muy interesante en este tema: cuando a usted lo elige el pueblo tiene el deber de representar los intereses de su provincia. Y siempre lo hice con mucha convicción. Con Menem fui diputado nacional en un período ya de la última etapa de su gobierno, casi en el comienzo de la decadencia de Menem. En el año '94 no voté ninguna de las leyes de las privatizaciones, no voté la transferencia del sistema a las AFJP. Cuando llego al Congreso todo eso ya estaba votado. Lo cual no quiere decir que no lo hubiera votado si hubiera estado. Es muy probable que lo hubiera hecho. - ¿Cómo es hoy su relación con Menem?- Es una relación de respeto. - ¿Es cierto que Menem hoy es funcional a la estrategia del oficialismo en el Senado?- Menem tiene su propia estrategia. Sería subestimarlo a Menem; creer que puede depender de nosotros. Además este gobierno lo ha cuestionado fuertemente. - Cuándo el kirchnerismo centra todo su discurso contra los '90, ¿usted no se siente incómodo?- Para nada. - ¿Acaso se autoflagela? - No me autoflagelo. Lo que siempre he dicho y además lo he dicho públicamente es que al proceso de los '90 hay que revisarlo en su integralidad. Hay una primera etapa, que es la etapa de la estabilidad, del proceso de recuperación de la economía. Y hay una segunda etapa que empieza en el '95 que es donde la economía y la convertibilidad tienen graves deficiencias. Y además hoy, indudablemente, desde el análisis del pasado reciente el proceso de privatizaciones de YPF, Gas del Estado, el proceso de destrucción del ferrocarril, fueron los grandes errores. Yo lo he dicho. - ¿No votó la privatización de YPF?- Para nada. Cuando llegué al Congreso ya esa etapa había pasado. Tengo una historia política antes de Menem en mi provincia, donde he sido siempre elegido por el voto popular. Estuve en el proceso más importante, el pico más trascendente de la crisis que fue el 2001. Donde tuvimos que hacernos cargos con el doctor Duhalde, prácticamente, de un gobierno de corte parlamentario. Así que he transitado la historia de la política Argentina con sus más y con sus menos. Pero lo hice siempre en el peronismo. Lo hice siempre asumiendo un compromiso con mi partido. Me considero un hombre de partido. Un hombre de partido comprometido con el partido. Y acompañé dentro de lo que pude las políticas del gobierno, aún con diferencias. - Le preguntamos sobre el menemismo porque en realidad ha sido el kirchnerismo quien ha puesto sobre el banquillo ese experimento.- Nunca compartí una visión tan maniquea. Creo que Menem ya es una figura que juzgará la historia, lo mismo que a Duhalde, lo mismo que a Néstor Kirchner. Aunque me parece que éste último marcó el comienzo de un proceso político extraordinario en la Argentina y que recupera la política, el valor de la política. A mí me tocó vivir procesos muy complejos. Sentí en carne propia el desprestigio de la sociedad hacia la política. Pero bueno, yo siempre he persistido en el trabajo y siempre le he rendido cuentas a mi provincia. Me parece que es interesante la pregunta que han hecho. Tengo un compromiso con la ciudadanía de mi provincia y la provincia siempre me ha respondido y me ha reconocido con el voto popular. Nunca he sido secretario de Estado. Nunca he sido funcionario del Poder Ejecutivo. A mí nunca nadie me designó a dedo. Cada uno de los cargos que ocupé en la política fue con el voto de la gente. Kirchner lo hizo - El crecimiento económico del país en los últimos años. ¿Se debe al llamado viento de cola internacional o son virtudes de la administración kirchnerista? - Lo del viento de cola es la visión que tienen los sectores de la oposición. Con eso le quitan mérito al gobierno. Esto me hace acordar a una anécdota muy interesante. Los ejércitos prusianos en la época de Napoleón eran los ejércitos aristocráticos. Estaban formados por hombres de la Academia. Los generales eran todos de la nobleza y además formados en la academia militar. De repente aparece Napoleón con los ejércitos populares, donde un sargento podía ser general, y los destrozaba en las batallas. Los prusianos decían entonces: ganan pero no son científicos y además tienen suerte. Hoy dicen que tenemos viento de cola. Dicen que no estamos capacitados para conducir la economía, pero que tenemos mucha suerte. Es decir, esto me hace acordar a la anécdota de Napoleón. Lo que quiero decir es lo siguiente: ha habido políticas que provocaron indudablemente este proceso de recuperación en la Argentina. - Algún mérito macroeconómico habrá que reconocerle también a Duhalde...- Fue un comienzo. - Recordará que entonces se optó por el peso frente al partido de la dolarización.- La salida de la convertibilidad fue un hecho inevitable. Y me parece que esa decisión puso proa a un proceso de recuperación económica; donde el tipo de cambio que Kirchner mantuvo, con políticas de mucha decisión, ha permitido crecer a la economía Argentina. - También es cierto que Lavagna, hombre de Duhalde, siguió algunos años en la gestión Kirchner.- Lavagna fue un ministro importante con Kirchner. Ahora, la conducción política del proceso yo la viví. He tenido la suerte de viajar con Néstor Kirchner por Europa. He visto como nos trataban afuera durante 2003-2004. Cómo nos maltrataban. Y he visto el coraje y la decisión de Kirchner de pararse frente a empresarios españoles, frente al gobierno francés, frente al gobierno alemán. De reivindicar primero la necesidad de recuperar la Argentina. 'Primero está la gente, después me voy a ocupar de pagarles. Y vamos a ver como les pago', decía Kirchner. Y también lo he visto conducir la renegociación de la deuda con los acreedores privados. Aquí también Lavagna tuvo una tarea importante. Pero la decisión política de ir al máximo y jugar al máximo en defensa del interés argentino fue del presidente Kirchner. Entonces no le quito nada a nadie. Creo que lo de Duhalde, en el comienzo de la ruptura de la convertibilidad, de fijar el tipo de cambio para aprovechar el proceso internacional favorable para los commodities, lo continuó Kirchner con una convicción y con un coraje extraordinario. Y 2011 seguramente va a ser el año del desendeudamiento definitivo de la Argentina. El arreglo del Club de París va a determinar que este país va a volver al mundo y vamos a poder tener acceso también a créditos razonables, con tasas de interés razonables. Este era un país totalmente desprestigiado en el mundo. Era un país que estaba fuera del mapa. Entre 2001 y 2004 nadie nos quería ver. Nadie nos prestaba nada. Nunca nos prestaron nada, por otra parte. Y la política fue la que marcó el eje central de la recuperación del país. En el año 2009 en el marco de la crisis internacional, este gobierno mantuvo empleo en blanco ayudando a las empresas con el pago de 600 pesos por trabajador para que no fuera despedido; algo que nadie le reconoce. Y eso lo hizo a lo largo y a lo ancho de todo el país. Y durante la famosa Gripe A cuando acá no venía ningún turista, tuvimos que sostener toda la industria turística. Finalmente, no pasó nada. Fue otro invento de los medios. Muy interesante cómo se destruye la economía del turismo con un invento como el de la Gripe A. Esto nos da pie para reflexionar sobre la necesidad de que la prensa tiene que tener una visión nacional. No tiene que ser prensa estatal o a favor del gobierno. Tiene que ser prensa a favor de los intereses nacionales. Mirada sobre la inseguridad - ¿Cree que la inseguridad es un problema real o es un invento de los medios?- Es un problema del mundo moderno. Es un problema indudablemente grave. Cuando uno analiza lo que pasa hoy en Argentina es un dato complejo. Requiere de un abordaje de políticas que tienen que ver con lo social, con lo laboral. - ¿No inmoviliza al gobierno algún prejuicio ideológico en este tema?- De ninguna manera. Lo que hay que diferenciar es lo siguiente: la seguridad es una materia de jurisdicción provincial. Si ocurre un crimen en Gualeguaychú se tienen que hacer cargo y son competentes la justicia y la policía de la Provincia. Salvo que sea un delito de competencia federal. La crisis más fuerte y de la seguridad está instalada en el conurbano bonaerense y en la provincia de Buenos Aires, donde hay más de 16 millones de personas, donde hay situaciones de pobreza, hacinamiento. Y en donde indudablemente tenemos procesos policiales más complejos que no vienen de ahora, vienen de antes. - ¿No cree que el conurbano, como formación social, es una anomalía? - No me parece racional pero es indudable que es el principal distrito del país. Esto nació con la patria. La provincia de Buenos Aires ha sido siempre el centro económico y poblacional más importante de Argentina. No debería ser así. Habría que trabajar en procesos de descentralización. Creo que hay que trabajar mucho en consolidar industrias y actividades económicas en las provincias. Y hay que tratar de que se produzcan migraciones hacia el interior y hacia la Patagonia. Pichetto dixit-Disputa por retenciones: "Creo que fue un gran desencuentro el debate de la Resolución 125. Creo que era muy conveniente para los pequeños productores y para la Federación Agraria. Y creo que también hubo algunos errores por parte de nuestro gobierno en materia de comunicación. Pero hoy la realidad demuestra que el sector está en pleno desarrollo con altos niveles de rentabilidad, la carne tiene un valor importante hoy en el mercado interno y externo, la leche, el trigo. Algunos discursos agoreros se han caído a pedazos. Algunas visiones cargadas de odio como la de Biolcatti se han caído a pedazos. La realidad los está liquidando". > Pastera: "Es legítima la lucha que ha llevado adelante el pueblo de Gualeguaychú, la gente, en sus distintos estamentos (...) El gobierno argentino y la presidenta están fuertemente comprometidos. Todos compartimos este tema. Hemos acudido a los tribunales internacionales (...) Porque acá partimos de un gran incumplimiento que es la violación del Tratado del Río Uruguay. Y me parece que hay que avanzar muy fuerte y en este sentido la Cancillería está trabajando muy bien en todo lo que son los controles ambientales. Lo que va a permitir tener todos los elementos para forzar decisiones". > Periodismo: "El periodismo siempre tiene que hacer contrapoder. Lo que no debe hacer el periodismo es convertirse en un partido político como ha hecho Clarín. No tiene que ser el eje de la oposición. Para eso está la oposición". > El consenso es para el cementerio: "Discuto la visión idílica de creer que la democracia en el mundo se resuelve con el consenso y con el diálogo. Hay algunos hombres en Argentina y algunos medios que han construido el diálogo como si fuera un plan de gobierno. El diálogo en sí mismo algunas veces sirve y otras veces decididamente no. Porque lo que está en juego en cada discusión son cuestiones de intereses, algunos de ellos poderosos. Y lógicamente ahí es muy difícil ponerse de acuerdo. Los que quieren que haya siempre consenso son los que no quieren modificar ninguna situación (...) Consenso y serenidad hay el cementerio. A veces hay algunas controversias con las lápidas, con el sepulturero. En general el cementerio es un buen lugar donde no hay diálogo y hay consenso. Consenso definitivo de la muerte". > Iglesia medieval: "A nosotros nos acusaban de arbitrarios y de generar crispación. ¿Por qué no repasan la carta que le mandó el cardenal Bergoglio a las Carmelitas? ¿Por qué no analizan el rol de la Iglesia argentina en un escenario de debate de una ley laica dirigida a darle derecho a la igualdad a las minorías en Argentina? ¿Cuál fue la posición de la Iglesia? Adoptó una visión casi medieval asustando con el demonio que anda por la calle. Diciendo que esto era una obra macabra del demonio por parte del gobierno. ¿A ver quién generó la crispación en la Argentina? (...) Cuando se haga la revisión histórica de esta etapa se va a ver que hay mucho de construcción opositora en todo este tema de la crispación, de falta de diálogo". > El adversario político: "Una cosa es el enemigo y otra cosa es el sistema adversarial que es propio de la naturaleza de la política. El adversario es aquel que piensa distinto, con el cual en algún momento uno puede coincidir y además también dirimir las diferencias mediante el proceso democrático. El enemigo, en cambio, es aquel con el que uno no quiere compartir nada. No tengo esa construcción de enemigo. Ni tampoco la tiene la presidenta ni la tiene el gobierno argentino".
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