Mientras Gualeguaychú sigue sin definiciones, Santa Fe reabre su aeropuerto
La terminal aérea de Sauce Viejo había sido inhabilitada por razones similares al aeródromo local, pero luego de unas refacciones, volverá a operar. "Estamos perdiendo todos", manifestaron empresarios locales. El rol de De Ángeli y la lucha interna con los parapentistas.Una pista estropeada y con piedras sueltas, balizamiento sin funcionar, mangas de vientos inutilizables. Muchos podrían pensar que estos son los síntomas que actualmente sufre el aeródromo de Gualeguaychú. Lo cierto es que no: fueron problemas diagnosticados -muy similares a los del de aquí- en el aeropuerto de Sauce Viejo, Santa Fe, que luego de algunas semanas de trabajo fueron solucionados, mientras que acá aún no se ha podido comenzar a trabajar debido a disputas internas y negociaciones inconclusas por los fondos.Tras 100 días de trabajo (que no fueron menos por las inclemencias climáticas que impidieron trabajar más de la mitad de los días) el aeropuerto de Sauce Viejo volvería a ser habilitado por la Administración Nacional de la Aviación Civil (ANAC), y comenzaría a operar de inmediato con vuelos privados y aerolíneas low cost.Actualmente, el aeródromo de Gualeguaychú se encuentra también suspendido por la ANAC, que suspendió hace unos meses los vuelos nocturnos y prohibió las operaciones de aviones reactores por el mal estado de la capa asfáltica de la pista y el consecuente desprendimiento de piedras.Esto dejó al borde de la clausura al aeropuerto de la ciudad, justo en una época donde el potencial del mercado aéreo promete varias y muchas bonanzas para toda la comunidad."Estamos perdiendo la carrera aérea, y si no hacemos algo urgente corremos serio riesgo de quedar relegados. Le estamos dejando la cancha libre a cualquier otra ciudad de la zona para que con un aeropuerto habilitado nos pase por arriba tanto comercial como industrialmente", afirmó uno de los miembros de la Corporación de Desarrollo de Gualeguaychú (Codegu) a ElDía, que prefirió mantener su opinión en el anonimato debido a los recientes enfrentamientos del organismo con la Municipalidad.Hoy por hoy, sólo pueden utilizar el aeródromo de Gualeguaychú los aviones con motores a explosión y turbo hélices, los conocidos como avionetas. Pero los que tienen turbina (los reactores) tienen prohibido aterrizar y despegar por el estado de la pista, sobre todo por las piedras sueltas debido a la rotura de la capa asfáltica.Sin embargo, a nivel tecnológico, la terminal local está impecable, algo que no podía decir lo mismo el aeropuerto santafesino de Sauce Viejo: allí, además de las refacciones en las pistas y la iluminación, también se debió poner al día y en funcionamiento la radioayuda, el sistema instrumental ILS —es el que guía a los aviones que están aterrizando—, el Indicador de Trayectoria de Aproximación de Precisión en las dos cabeceras y el Equipo Telemétrico. Todo esto, en Gualeguaychú, anda perfectamente.Entonces, ¿de dónde viene el problema?Por un lado está el tema de los fondos: se necesitan unos $20 millones para dejar en condiciones la pista, y el que está en estas negociaciones es el senador nacional del bloque Cambiemos, Alfredo de Ángeli.A fines de septiembre, el senador gualeguaychuense viajó a Paraná, donde estuvo reunido con el ministro de Transporte de la Nación Guillermo Dietrich, quién había concurrido a la capital provincial para asistir al Foro de Entidades Empresarias. Allí De Angeli le entregó una carpeta con el proyecto a Dietrich, quien a los pocos días le consiguió al legislador una reunión con Juan Pedro Irigoin, el Administrador Nacional de la ANAC.Sin embargo, por diferentes compromisos de un lado y del otro, el encuentro aún no se pudo concretar. Ahora se espera que la reunión suceda cuando De Ángeli vuelva de sus vacaciones en el exterior.Pero por fuera de esta cuestión, hay otra batalla interna que obstaculiza aún más la puesta en marcha de las obras: la obstinación del Aeroclub.Actualmente, es precisamente el Aeroclub el propietario del terreno donde está emplazado el aeropuerto de la ciudad, que si bien su uso es público, el lugar no deja de ser privado. Este pequeño detalle es el que funciona de mayor traba a la hora de que el Estado destine fondos públicos para cualquier obra en lugar.Y desde el Aeroclub, organismo que está compuesto por unos 50 socios, ya dejaron en claro que no harán nada para realizar los arreglos necesarios en la pista para que la ANAC vuelva a habilitar el aeródromo: según fuentes consultadas por ElDía, por un lado el Aeroclub está muy lejos de los 20 millones de pesos necesarios, pero por otro, muchos señalan que el mayor desinterés radica en que los miembros actuales del club son parapentistas: no están dispuestos a ceder parte de la pista, porque en el estado que está actualmente a ellos les sirve sin problema para realizar parapente.La otra cuestión es que el parapente, al no hacer una actividad regulada, el hecho de que funcione un aeropuerto en el predio del Aeroclub impediría la práctica total de esta actividad, debido a que los cielos y el espacio aéreo necesariamente deberían estar a disposición de las actividades de los aviones que comenzarían a operar en la ciudad.Lo cierto es que ahora se corre a contra reloj para definir si Gualeguaychú accionará o no para volver a tener un aeropuerto operativo. El caso de Sauce Viejo en Santa Fe fue tomado aquí como un gran llamado de atención, porque si más localidades de la zona deciden acondicionar sus terminales aéreas, en un futuro podría ser posible que ya no sea necesaria que haya una en la ciudad.
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