Monseñor Lozano presidió la Misa Crismal en la Catedral

Se realizó anoche, en la Catedral, la Misa Crismal presidida por el obispo, monseñor Jorge Lozano, con la participación de todos los sacerdotes de la diócesis, quienes renovaron sus promesas sacerdotales. Además, se bendijeron los óleos que se usarán este año en los diferentes sacramentos. El la Misa participaron delegaciones de las distintas parroquias de la diócesis y todos los sacerdotes, quienes renovaron ante el obispo las promesas hechas el día de su ordenación.La Misa Crismal que celebró el obispo con todos los presbíteros de la diócesis, es una de las principales manifestaciones de la plenitud sacerdotal del Obispo y como signo de la unión estrecha de los presbíteros con él. En ella se consagra el Santo Crisma y se bendicen los óleos de los catecúmenos y de los enfermos. HOMILÍA En la homilía, monseñor Lozano recordó: "el Evangelio de San Lucas nos presenta una predicación breve de Jesús, pero central si queremos conocer quién es Él y cuál es su misión. Tomando el pasaje del profeta Isaías, el Maestro de Nazareth lo aplica a sí mismo. Varios siglos antes el profeta había anunciado con esas palabras el final de la opresión del exilio en Babilonia. Ahora Jesús se presenta como quien libera a toda la humanidad de la opresión del pecado y de la muerte. Como dirá Pedro unos años después: "Dios ungió a Jesús de Nazareth con el Espíritu Santo llenándolo de poder. Él pasó haciendo el bien y sanando a todos los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él" (Hch 10, 38).El obispo insistió luego en que "esta unión intrínseca e inseparable entre unción y misión, entre la obra del Espíritu Santo y el envío a anunciar la Buena Noticia.Todos nosotros, Pueblo Santo de Dios, hemos sido ungidos en el Bautismo y la Confirmación. En estos Sacramentos se nos impuso las manos invocando al Espíritu Santo y se nos ungió en la frente con el crisma. Estos sacramentos son como un sello en el alma, imprimen carácter. Nada ni nadie pueden borrar esa unción. Ni el pecado, ni el poder del demonio, ni los poderes de este mundo (Rm 8, 31-38).Todo el Pueblo es ungido y enviado por Dios. El Papa Benedicto XVI al clausurar el año de la Fe predicando acerca de este pasaje evangélico decía que esto se aplica hoy a toda la Iglesia, Cuerpo de Cristo en esta historia".Lozano recordó después que "Francisco nos dice que todo el Pueblo de Dios es misionero. La evangelización es tarea de la Iglesia. Pero este sujeto de la evangelización es más que una institución orgánica y jerárquica, porque es ante todo un pueblo que peregrina hacia Dios. Es ciertamente un misterio que hunde sus raíces en la Trinidad, pero tiene su concreción histórica en un pueblo peregrino y evangelizador, lo cual siempre trasciende toda necesaria expresión institucional. Propongo detenernos un poco en esta forma de entender la Iglesia, que tiene su fundamento último en la libre y gratuita iniciativa de Dios." (EG 111) VIDA CONSAGRADALozano destacó que "en este año, de modo particular el Papa Francisco quiere que destaquemos a la Vida Consagrada. Son aquellos hombres y mujeres a quienes Dios llama para vivir con radicalidad el Evangelio entregando la vida por medio de los votos de pobreza, obediencia y castidad. Una vida profética que anuncia la inminencia del Reino de Dios.Ellos también son llamados para formar familias institucionales respondiendo a distintos carismas al servicio de la Iglesia. La consagración es un camino particular de vivir esta unción y este envío común que recibimos en el Bautismo y que nos hace Pueblo, con un corazón indiviso, entregado a Jesús". LA MISA CRISMALEl Santo Crisma, es decir el óleo perfumado que representa al mismo Espíritu Santo, nos es dado junto con sus carismas el día de nuestro bautizo y de nuestra confirmación y en la ordenación de los diáconos, sacerdotes y obispos.La palabra crisma proviene de latín: chrisma, que significa unción. Así se llama ahora al aceite y bálsamo mezclados que el obispo consagra este Jueves Santo por la mañana para ungir a los nuevos bautizados y signar a los confirmados. También son ungidos los Obispos y los sacerdotes en el día de su ordenación sacramental.La liturgia cristiana ha aceptado el uso del Antiguo Testamento, en el que eran ungidos con el óleo de la consagración, los reyes, sacerdotes y profetas, ya que ellos prefiguraban a Cristo, cuyo nombre significa "el ungido del Señor". El crisma se hace con aceite y aromas o materia olorosa para significar "el buen olor de Cristo" que deben despedir los bautizados.
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