Un grupo de profesionales de orquestas sinfónicas y coros llevan su música a hospitales, escuelas de educación especial, geriátricos e instituciones de bien público con el objetivo de acompañar a personas que pasan por situaciones de vida difíciles; una movida solidaria que nació en el país en 2011 y ya trascendió las fronteras.Florencia CarboneEs música para el alma en el sentido más estricto y literal. No hay metáforas en el medio. Es energía de la buena que llega, sin escalas, al corazón.MÚSICA PARA EL ALMA es un proyecto enorme que aunque pueda sonar paradójico nació desde el dolor pero hoy sólo tiene lugar para el amor.Se trata de una iniciativa de músicos de orquestas sinfónicas y coros que acercan su actividad a hospitales, escuelas de educación especial, geriátricos e instituciones de bien público en general para acompañar con su música a personas que pasan por situaciones de vida difíciles."El proyecto nos enseñó eso de soltar. Muchas veces uno tiene una idea o un plan y la vida no es así, por eso siempre tratamos de estar atentos para ver por dónde se va dando esto. Y con esa forma de hacer las cosas se dan un montón de casualidades o sincronicidades que van haciendo que se conecte un montón de gente que está con ganas de hacer esto con quienes necesitan de esto. Como músico te das cuenta que lo hacés tiene un gran valor para acompañar una situación vital", explica Jorge Bergero, chelista de la orquesta estable del Teatro Colón, y motor principal del emprendimiento que llegó a reunir a 130 ejecutantes, como ocurrió a fines de 2014, en el hospital Garrahan.El proyecto, que nació en 2011, tiene una autora intelectual: María Eugenia Rubio."María Eugenia fue además de una música talentosísima, mi novia, y terminó siendo una maestra no sólo para mi sino para mucha gente que quizá nunca pensó que una situación tan dolorosa como la que pasó ella podía desembocar en algo como lo que hoy pasa con este proyecto solidario", relata Bergero.A los 34 a María Eugenia, integrante de la Orquesta Nacional de Música Juan de Dios Filiberto, le diagnosticaron cáncer. "En su último año de vida empezó a generar estos conciertos. Es decir, ella no podía tocar y empezamos a ir nosotros al lugar donde se atendía y ahí nos dimos cuenta de que era muy diferente lo que sentíamos haciendo esos conciertos para esa gente que estaba pasando por situaciones tan difíciles", recuerda Jorge.Luego de un año en el que su música llenara de vida la Fundación Salud -donde estuvo internada María Eugenia-, el grupo que hoy se presenta con orgulloso nombre propio se animó a ir a otros lugares. Las visitas/concierto que arrancaron en Buenos Aires se expandieron a Córdoba, Mendoza, Misiones, Neuquén y Salta, en una primera etapa y hasta saltaron las fronteras nacionales después (Música para el alma se ha presentado en Uruguay, Chile, Paraguay, Colombia, Perú, Italia e Israel).Desde que comenzaron a llevar su música a los hospitales, los integrantes del proyecto observaron el positivo efecto que tenía la movida en el ánimo de los pacientes.Cada vez que visita un hospital, antes de irse, el grupo de músicos pide pasar por el pabellón de internación y, en el pasillo, interpretan algunas piezas. "En todos los hospitales pedimos abrir las puertas de las habitaciones y que nos escuchen. Parece raro al principio, pero se genera una conexión con los pacientes que los saca de esa rutina de estar en el hospital todo el día, en la habitación, por ahí con mucha incomodidad o pasando una situación de dolor físico", explica Bergero."Cuando nos escuchan se conectan con una parte que ellos tienen dentro, que es lo esencial. La música en vivo transmite una energía muy sanadora, y en nosotros produce también una conexión muy profunda porque va más allá del resultado, de lo que suena, es simplemente estar presente a través del arte, y eso genera una conexión muy linda", agrega.Cuando se le pide que defina de qué se trata la idea, Jorge Bergero lo resume de modo sencillo: "Música para el alma es un proyecto solidario de músicos profesionales que en forma voluntaria nos presentamos para tocar en hospitales y otras instituciones relacionadas con la salud. La música para nosotros no es un fin en sí mismo, sino un medio de conexión: nuestro objetivo no es dar un concierto espectacular para una grabación, sino que quienes están pasando por una situación difícil se olviden por un momento de lo que les sucede y se sientan acompañados por esa energía transformadora".La iniciativa funciona en red y tiene más de mil adherentes, porque los músicos interesados pueden registrarse en la página web www.musicaparaelalma.org para presentarse en los distintos lugares donde tocan los integrantes del proyecto. Cómo sumarseJorge explica que tienen tres modalidades de conciertos:1) Conciertos sinfónicos corales. "Por ahora funciona sólo en Buenos Aires, porque está en plena vía de desarrollo. Para esos encuentros no hacemos ensayo sino que nos juntamos media hora antes y requerimos que los instrumentistas o coreutas tengan experiencia previa. Escaneamos la música, llevamos partituras de conciertos y mandamos un programa que cada uno repasa. Nos juntamos en el mismo lugar y los conciertos siempre son un éxito".2) Conciertos autogestionados. "Invitamos a grupos ya armados, que tienen su propio repertorio. Es decir, hacemos de nexo entre ellos y las instituciones. Intervienen grupos que no sólo hacen música clásica, sino también popular, folklore, tango, jazz."3) Conciertos para acompañar. "Tocamos exclusivamente para pacientes internados en diferentes establecimientos. Somos grupos de entre 15 y 20 personas a los que se suman también cantantes y clowns (grupo de payasos). El año pasado actuamos junto con Patch Adams en el Hospital Garrahan, donde se incorporaron 50 clowns."Al final de cuentas, poco importa si lo que suena es Naranjo en flor, piezas clásicas como "El oboe de Gabriel" o la enérgica "O sole mio", alguna canción infantil como "El payaso plim plim" o "Canción para tomar el té", de María Elena Walsh. Lo que queda en claro es que los integrantes de Música para el alma no curan el cuerpo, pero sí el espíritu. Y como dice Bergero no sólo el de quienes escuchan su música, sino el de los propios artistas."No vamos a curar, no somos médicos. Pero sí creo que la música conecta muy directamente con la esencia de la persona. Se crea un acompañamiento especial a través de esto, de las canciones que la gente canta nosotros. Es una energía que nos trasciende y que va más allá de lo que hacemos. Estamos generando algo que se va replicando en otros lugares y va a haber mucha más Música para el alma por mucho tiempo y en todos lados", asegura.Bergero y sus compañeros de Música para el alma son soñadores con valor agregado muy especial: pertenecen al selecto grupo de los soñadores que logran transformar sus sueños en realidad. Ojalá esta Música no deje de sonar. RECUADROCómo colaborarMúsica para el alma no recibe dinero, sólo los pedidos concretos, sean instrumentos, remeras o pasajes y estadías para un destino solidario determinado previamente. En la actualidad, las necesidades más urgentes son las siguientes: Violines pequeños para dar clases a niños ciegos de la Escuela Santa Cecilia (donde dieron su primer concierto en 2012 y con quienes grabaron el Himno a la Alegría). Perla Blasberg, violinista de la Sinfónica Nacional es la profesora de violín (ad honorem) y coordina la maestra de música del colegio, Alejandra Cañoni. Buscan apoyo económico para los viajes que realizan a distintas ciudades del interior del país para difundir su proyecto solidario. "Necesitamos costear los pasajes y la estadía de un día para ocho personas, solistas vocales e instrumentales del Teatro Colón y de otras orquestas y coros. En el lugar nos sumamos a músicos de orquestas locales en un concierto solidario. Ya hemos realizado conciertos en Hospitales de Niños de Córdoba, Mendoza, Salta, Rosario, Montevideo y Bariloche." "Necesitamos solventar la compra de remeras blancas con nuestro logo para usar en los conciertos solidarios." Buscan donaciones de instrumentos para regalar a los niños que visitan en los hospitales y que demuestran interés en aprender música. "Ya regalamos un teclado a Caren, una niña del Hospital Gutiérrez."Los interesados en tener más información o realizar alguna donación pueden enviar un correo electrónico a
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