Néstor Carlos Kirchner se fue para esperar el veredicto de la historia
Sólo el tiempo tendrá el veredicto final sobre cómo han sido los años que Néstor Kirchner gobernó la Argentina. Sólo los años pondrán un manto de tranquilidad a las pasiones desenfrenadas y permitirán abordar sin prejuicios sus años en el poder. Hoy, sí hay una certeza: su tránsito dejó una huella imborrable en la vida de los argentinos.Por Jorge Barroetaveña Kirchner fue un hombre que nació para el poder y murió luchando por él. Fiel a su estilo, desoyó los consejos médicos, y trabajó hasta que el final lo sorprendió en su cama de El Calafate. Pero en su historia personal, nadie podrá negarle que supo construir un imperio político desde la nada. Así, se las arregló para darle forma, desde una provincia periférica como Santa Cruz, a un proyecto presidencial que dejó inconcluso.Néstor Kirchner no era un hombre de grandes atractivos físicos. Es más, era poco carismático y sus dificultades para hablar siempre fueron un complejo que lo persiguió desde joven. Pero se sobrepuso a todo eso y llegó a lo máximo que un político puede aspirar: conducir los destinos de su país.El destino patagónico que eligió junto a su mujer, forzado por la dictadura militar, modeló en él un carácter particular. Arrancó como concejal, después fue intendente de Río Gallegos. Hasta que en 1.991 pegó el salto a la gobernación de su provincia. Obsesivo de los detalles, aprendió en un municipio pequeño como el de Río Gallegos a manejar como nadie la poca plata que tenía para administrar. Ya como gobernador, se encontró con las regalías petroleras que le permitieron dar vuelta como a una media su provincia y empezar a soñar en grande. A esa altura la sociedad con su esposa excedía lo estrictamente conyugal: ambos amasaban un proyecto de poder que superaba largamente las gélidas tierras patagónicas. Como todo hombre que hace historia, la fortuna tocó a su puerta, el día que Carlos Reutemann dijo que no y, uno a uno, se le fueron cayendo todos los candidatos presidenciales a Eduardo Duhalde. Estaba en el lugar indicado y en el momento indicado. El 2.003 llegó sólo, con su secuela de crisis. La buena elección en primera vuelta le permitió quedar detrás de Menem y la renuncia de esto lo ungió automáticamente a la Presidencia. Néstor Kirchner llegó a la Rosada votado apenas por el 22% de los argentinos, sabiendo que tenía que jugársela solo. Tuvo para eso, la cuota de valentía o inconciencia que hay que tener: se peleó con quién lo llevó de la mano (Duhalde) y le dio continuidad al ministerio de Roberto Lavagna. Sabía que la economía no necesitaba demasiado para recuperarse, y que la construcción de su estructura política necesitaba del mayor tiempo posible. Kirchner aplicó la misma fórmula que en Santa Cruz: hacerse fuerte con gestos, porque su supervivencia en lo más alto del poder lo necesitaba. Así arremetió contra la desprestigiada Corte Suprema, le declaró la guerra al Fondo Monetario y puso distancia con la estructura tradicional del PJ. Enarbolando la bandera de los derechos humanos, fue volteando uno a sus enemigos: la iglesia, los militares, la prensa. Cuando Lavagna se volvió un escollo y la economía estaba en piloto automático, se lo sacó de encima y se convirtió en su propio ministro de economía. En el 2.005 consiguió la victoria que lo legitimó definitivamente en la Casa Rosada y lo catapultó a una posible reelección. Pero del proyecto también formaba parte su mujer. Fue tanto el hándicap del que gozó que, en el 2.007, Cristina obtuvo una victoria contundente y él dejó los boatos presidenciales con el 70% de imagen positiva. Claro, dejó la presidencia pero no el poder, su gran obsesión.El estilo confrontativo de Kirchner siempre generó controversias. Su particular forma de ver la realidad, muchas veces sesgada, lo enemistó con sectores sociales que, a partir del 2.008, empezaron a resistirlo. Fiel a su naturaleza, en lugar de reconocer los errores, insistió en ellos. Eso lo condujo a la segunda derrota electoral de su vida, a manos de un ignoto De Narváez, en la Provincia de Buenos Aires. Pero Kirchner, no podía actuar de otra manera. Cambiar hubiera sido para él un gesto de debilidad que, su proyecto de poder, no podría tolerar.Después de la derrota de 2.009, supo rearmarse otra vez desde la debilidad. Aturdido en los primeros días, apenas se repuso, volvió a digitar la agenda política y a marcarle el paso a sus opositores. Con la economía recuperada, la muerte lo sorprendió ilusionado con evitar un eventual ballotage el año que viene. Alcanzar ese mágico 40% se había vuelto un objetivo imprescindible para extender la supremacía kirchnerista. Pero el sureño, se cansó de coquetear con la muerte. De nada sirvieron los incontables consejos médicos y hasta los casi ruegos de su familia. Murió en su ley, peleando por conservar ese poder que tanto le había costado conseguir.Kirchner revalorizó la política, la trajo de vuelta como método para solucionar los problemas y cambiar la realidad. Dejó su impronta con medidas de inclusión social como la asignación universal o el acceso a los beneficios jubilatorios de millones de personas. Pero cultivó también un estilo agresivo para hacer política, que fomentó las divisiones y la reaparición de viejos debates que se creían superados. No supo o no quiso romper con el viejo modelo sindical, al que primero repudió pero luego apañó. Su política exterior tuvo matices positivos y negativos. Abrazó el proyecto de una América Latina unida y fomentó los lazos con los países de la región, pero se diluyó más allá de esas fronteras. Con la oposición política se llevó a las patadas. Por él o por los demás, jamás pudieron articular juntos un proyecto de país o al menos sentar las bases para un consenso mínimo. Empecinado en no darles la razón, hasta después de muerto los puso en un brete, porque ahora se quedaron sin referencia. Es que Néstor Kirchner se convirtió en el norte de los argentinos, a partir del 2.003, de lo bueno y de lo malo. Así, sin términos medios. Esos que sólo la melancolía de la historia podrá poner en su punto exacto. ESTE CONTENIDO COMPLETO ES SOLO PARA SUSCRIPTORES
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