Niño recibirá premio nacional por un cuento

Sueño de Libertad
Una mañana lluviosa del dieciocho de mayo de mil ochocientos diez, camino por la calle empedrada y húmeda, escucho rumores de que Bonaparte ha capturado al Rey de España hace cuatro meses. Tengo frío, mi pantalón es corto, mis pies están entumecidos; no entiendo bien que sucede.Pregunto a unos caballeros, pero estos desairadamente no me responden. La intriga hace que mi corazón se agite velozmente. El gesto de estos hombres, ha de ser por mi condición, soy un niño esclavo de once años, mi función es hacer los mandados y limpiar los pisos con un cepillo pequeño para la Señora Rosa.Sin embargo, propio de mi edad, la inquietud movilizó mis piernas y empecé a correr.Logre llegar a la parte trasera del Cabildo, solo ví gente que ingresaba, y luego cerraban las puertas. El hermetismo era total.Pero la intriga no solo era mía, ya que días después pude observar a mucha gente preguntando si en el Cabildo sucedía algo.Mientras tanto mi ama, Doña Rosa, se enfadaba conmigo porque, según ella, era un holgazán y además preguntaba sobre asuntos que no eran temas para un esclavo.Fue así que hablando con uno y con otro, siempre por la calle, me enteré que las cosas podrían cambiar; que, hasta en algún momento podría obtener mi libertad.Ví hombres frente al cabildo, que gritaban y gritaban: ¡"que se vaya el Virrey"!Mientras tanto, mezclándome entre la muchedumbre logré llegar hasta la puerta del Cabildo. Ahí, en ese instante, un hombre vestido con ropas de caballero, me dijo:" niño este no es un lugar para vos" y agregó "Ve a jugar".Le pregunté: ¿Señor, es verdad que el Virrey se va del Cabildo?Me respondió: "Eso deseamos la gran mayoría, para que nuestra tierra sea libre de verdad".Fue entonces que pregunté: ¿yo también podré ser libre?Con una leve sonrisa, y apoyando su mano sobre mi cabeza, respondió: "lucharemos para lograr que todos los habitantes del Río de la Plata sean libres".Alegre y asombrado a la vez, volví a preguntar, pero esta vez por su nombre, a lo que respondió a secas: "Mariano Moreno".Luego, se despidió de mí e ingresó a la reunión del Cabildo.Pasadas las eternas horas de espera, con hambre pues no había regresado aún a casa de mi Ama, ví que salían todos felices del Cabildo.La importante reunión había finalizado.Era tal la alegría reinante que, hasta un importante caballero junto a su señora, me obsequiaron un real."LIBERTAD, LIBERTAD, LIBERTAD"; se escuchaba en cada rincón de la recova.-Al regresar a casa de mi Ama, ésta reprendiéndome preguntó dónde había estado.-Con brillo en mis ojos, la miré detenidamente, y sonriendo respondí:"aprendiendo sobre la libertad".Instantes después, observé que mi Ama, haciendo un profundo silencio se puso seria.Al rato, se dirigió a mí y expresó: "José es muy lindo lo que acabas de decir. Pues bien, me he puesto a pensar, y a partir de ahora aprenderás a leer y escribir. También te enseñaré los números. Porque cuando llegue ese hermoso día de libertad, deberás estar preparado para ser un hombre de bien.-Necesitamos que nuestra tierra sea libre de verdad".Con un tierno beso sobre mi mejilla, y posando su suave mano sobre mi hombro, me invitó a compartir el té junto a ella.
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