DEJARON REGALOS PARA LOS CHICOS
"No más hijos rehenes": padres y abuelos reclamaron ante el Juzgado de Familia

En horas de la mañana con pancartas y escritos en los que hacían alusión a los problemas para ver a sus hijos y nietos, un grupo de padres y abuelos expusieron su situación de manera cruda, sin ningún tipo de tapujo. Apuntaron a la burocracia de la Justicia y dejaron regalos para sus hijos y nietos.
No fueron muchos, pero se hicieron sentir con denuncias por situaciones que califican como “irregulares e ilegales, debido que no se cumplen con las leyes vigentes”. Uno de los padres que se dio cita en el lugar, dijo que “hace cuatro años que no veo a mis hijas”, otro padre manifestó que “ni siquiera puedo llamar por teléfono a mi hijo, porque la madre no quiere”, en tanto que otro de los presentes señaló que “la madre de mis hijos los ha cambiado de escuela varias veces”.
Cristian Gauna, uno de quienes motorizó la movilización, dijo a ElDia que “en mi caso, reclamo por la incomunicación que tengo con mis hijas desde hace más de cuatro años en forma ilegal, pese a que hay una sentencia firme de parte del Juez Vasallo desde el año 2017. La madre de mis hijas hace caso omiso a dicha sentencia. No tengo ningún tipo de comunicación, no puedo siquiera hablar por teléfono, tampoco por redes sociales. No tengo causa alguna, tampoco denuncia alguna contra mi persona, alegando la madre de mis hijas, que ellas no me quieren ver, algo que es totalmente mentira. Es muy triste que ella hable en nombre de dos criaturas de 14 y 11 años”.
Acotó que tiene “una hija de 23 años que se fue a vivir a España. Ella se fue porque consiguió laburo, pero hablo todos los días con ella. Es mas, ella tampoco podía ver a sus hermanas. que son hijas de mi segunda pareja".
Gauna dijo que llegó al Juzgado de Familia “con un regalo por cada año que no he visto a mis hijas. Vivo minuto a minuto, trabajo todo lo que puedo tratando de mantener la mente ocupada, pero no hay momento en que no piense en ellas, especialmente en la noche. Me pregunto si comen bien, qué estudian, qué aprendieron nuevo, las cosas que hacen las adolescentes”.
Cristian aclaró que “estoy acá no solo por mi caso, también por el de muchos padres, abuelos, hermanastros, gente que porque a alguien se le ocurre, no puede ver a sus seres queridos, en este caso criaturas, incumpliéndose con la Ley 24.270 que configura a esto como un delito penal”.

Por su parte Sebastián (34 años), contó que “hace un año y medio aproximadamente mi hijo vivía conmigo, la madre se fue por cinco meses, luego volvió, me lo sacó y desde ese momento no me dejar verlo. Fue una lucha terrible, lo inicialmente lo veía una hora cada tanto, pasé meses sin verlo y cuando comencé con el tema del Juzgado, se incrementaron los problemas. Mi nene tiene la misma edad de Lucio, el chiquito que falleció por los maltratos y yo con toda la angustia que esto genera, no se cómo se encuentra mi hijo, cómo está de salud, que le pasa, que hace. Llevo tres meses viviendo un calvario. Ver a mi hijo es un derecho que no se está cumpliendo. En el Juzgado todo es trámite, burocracia y dinero en el bolsillo para pagarle a un profesional del derecho que en mi caso no tengo. Era remisero, pero lamentablemente no me fue muy bien. Sufrí picos de depresión, casi que no podía trabajar y ahora estoy en una cooperativa”.
Con lágrimas en los ojos, indicó que “nunca dejé de pasarle la cuota que le correspondía, aunque muchas veces haya ingerido una sola comida en el día. En ocasiones tuve que salir a pedir prestado para pagar la cuota alimentaria. He pedido que se que cumpla la Ley 24.270, una causa penal a la madre que no se la están aplicando. Si bien existe un trámite en el Juzgado, no puedo siquiera llamar en las Fiestas a mi nene para mandarle un beso por teléfono. Es muy duro, es una historia de nunca acabar. Hoy trajimos un regalito para ver si el Juzgado se lo puede alcanzar, porque no me puedo acercar a la casa donde vive mi chiquito, pese a que no tengo ninguna denuncia, aunque me amenazaron que si seguía con este tema de reclamar lo que me corresponde, me iban a denunciar”.
María Ester, abuela de Cielo y Ana, nietas “a las que no vemos desde hace varios años. Es un martirio y pese a que hemos golpeado varias puertas. Como abuela de la parte paterna y la de la parte materna, junto a hermano de la madre de las chicas, hicimos una mediación, no reconociendo esta última a su propia madre y hermano”.
Dijo que ha concurrido al Juzgado “a ver cómo marcha la causa, pero si no vengo con mi abogado no me dicen nada. Pasando en limpio, todo es dinero con los chicos como rehenes”.