“No tengo odio con el que lo mató, solo pienso en la forma en que lo asesinaron”
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Una y otra vez, Rosana Irungaray repasa en su cabeza lo que ocurrió el 10 de octubre del 2012, cuando mataron en Rosario a su esposo Julio Bereciartu. Aseguró que estos últimos meses son los más duros que ha tenido que afrontar junto a sus dos hijas y cree que "Juan Pablo (Baggio) es una víctima más de todo esto". Carlos Riera Es imposible que Rosana Irungaray hable de Julio Bereciartu sin que una lágrima asome en sus ojos y un lindo recuerdo ocupe su memoria por unos segundos, antes de caer en la realidad de que ya no está con ella, luego de permanecer 18 años juntos.Todavía tiene intacto su recuerdo de la última despedida. Ella marchó a trabajar y él se fue a bañar porque debía emprender un viaje a Rosario. Después de unas horas recibió el llamado telefónico que le anunció que su vida, y el de sus dos hijas, habían cambiado para siempre.Han pasado cinco meses de aquel fatídico día y para algunas personas puede parecer mucho tiempo pero las constantes preguntas de sus hijas, Delfina (7) y Josefina (4), mantienen en Rosana un duelo inacabable que ella quiere y necesita tener."Es que con Julio estuvimos 10 años de novio y casi 8 de casados, es mucho tiempo, y ahora quiero tomar fuerzas pero siempre retrocedes un poco", comentó Rosana en el inicio de la entrevista, a la cual se mostró muy predispuesta porque no quiere que se borre de la memoria de nadie la imagen de su marido. ¿Cómo era Julio?-Julio era seco. Era una persona seria. Seriota. Era macanudo, re-jodón. No sabías si te decías las cosas en serio o te estaba cargando. Mi sobrina cuando era chiquita le tenía terror, la miraba con esos ojos celestes claros, le hacía caras y se escondía. Cuando íbamos a algún lugar me decís: 'querés que lo haga llorar a ese nene, mirá la cara que le pongo'. Él era así. (risas) ¿Y en la intimidad?-Muy bueno. Éramos re- compañeros. Últimamente más compañeros porque hacía más de un año que estaba de licencia en el trabajo y ese tiempo lo pasaba en casa y en el club. Había pedido licencia porque él había tenido muchas operaciones. Se operó de las caderas, de la cervical. -Lo tuviste más tiempo en casa.-Si. Disfrutaba más de las nenas. Las llevábamos, las traíamos a la escuela. Una iba a colores y la otra a la Villa Malvina. Ahora las dos van a la Villa. -¿Cómo han sido estos cinco meses?-Primero no te das cuenta porque tratás de que tus hijas estén bien, de que salgan. Me dediqué a ellas. Ahora estamos en terapia las tres, pero estos momentos es donde se siente más, uno está bajando y no se si será el período de duelo o no pero se sienten los síntomas. Venimos sacando pecho y más con las chiquitas. Delfina recién ahora explotó. Hacía cinco meses que ella no hablaba y ahora empezó a decir que lo extraña, Josefina fue en el mismo momento. -¿Cómo se lo explicaste a Josefina?-Le decía que era una estrellita más que estaba en el cielo. Tenés que tener mucha fuerza para decírselo. Al mes ella me dijo: 'yo lo quiero acá a mi papá', y cómo le explico a una nena de cuatro años. Pero tuviste que hacerlo.-Sí, todo. El novio psicólogo de una sobrina de Julio me ayudó a decírselo. El otro día Delfina me dice: 'mirá mamá que memoria tengo, me acuerdo todas las palabras que me dijiste cuando papá murió' y me repitió todo lo que yo le dije. Ella sabe todo. La palabra matar te cuesta decirlo. No le dije eso, y ella sabe que le mataron al padre, que lo asesinaron. Ahora les estoy explicando de a poco, ya saben que fue una bala, que fueron ladrones. ¿Se los explicaste sin usar palabras fuertes?-Me cuesta a mí decirlas, imagináte a ellas escucharlas. Yo les decía que eran chicos malos que le robaron en la camioneta y la bala le tocó a papá. Pero Delfina me sigue repitiendo como que ella quiere corroborar lo que le pasó al padre. Me dice: 'mamá esos chicos malos son ladrones'. ¿Con las dos hablaste de la misma forma?-A las dos de la misma forma por recomendación de la psicóloga de ellas, Raquelita Nikkodem, que dijo que la mamá era quien les debía decir y tenía razón porque al día de hoy me preguntan a mí nada más las cosas. Anoche justo tuve un episodio con Delfi, esto es algo de todas las noches, todos los días. Tenés que tener la fuerza que por ahí no la tengo. Pero estás acompañada de toda la familia-Si. A pesar de sus problemas, todos me ayudan un montón. La familia de Julio también. Chicho está para las nenas y también está para la parte de viajes a Rosario. Yo nombro Rosario acá y Delfina no quiere sabe nada. Me dice: 'me prometés que no vas a viajar a Rosario". Ella quiere que nadie viaje a Rosario porque puede pasar lo que le pasó a Julio y yo le digo: "Delfi, si le pasaba allá le hubiera podido pasar en cualquier lugar, en la ruta o si viajaba a otro lado, si se quedaba acá. Dios lo quiso ese día con él". ¿Debés apoyarte mucho en la religión?-Y si, porque sino no podés sobrellevarlo. Sino como podés entender la forma en que se fue. Porque si fuera una infarto, una enfermedad vos decís, bueno... ¿Cómo te enteraste lo que pasó?-Como a las 14.30 me llamaron y me dijeron que había tenido un accidente. Primero pensé que era un accidente de ruta. "Uy - le digo- la cadera, el cuello, ¿cómo está?", y me dicen que se le pararon en una moto y le dispararon. Hasta ahí no sabía si se había muerto o no. Me llamó la esposa de Pino Baggio porque Julio estaba trabajando en forma particular con él, y entonces como yo estaba en un ataque de nervios me pasó con Pino que me dijo que estaba saliendo de inmediato para Rosario y me dijo si quería ir. Tenía mis dos hijas acá en la escuela. No me podía ir tampoco así como así y entonces viajó Chicho. Lo llamo y le digo, mirá, pasó esto. Y bueno, así empezó todo el drama. Yo no lo creía, dije 'hasta que no venga el cuerpo de él, sigo creyendo que no es Julio'. ¿Cómo se asimila algo asi, para sobrellevar la vida que uno venía teniendo? -No podés, son muchos recuerdos. Es la vida. Seguís el día a día por las nenas. Ellas tienen que tener su rutina, pero no es lo mismo. Todo te recuerda a él. Nos conocíamos ya de mirarnos. No lo asimilás. Tratas de asimilarlo porque no te queda otra. Pero bueno, será el destino. Lo que Dios quiso en ese momento. La forma en que se lo llevó no fue la más justa, hay personas que las fusilan y salen adelante y él, con una bala nada más, murió, entonces pienso que debe haber sido lo que Dios y se lo llevó con él. Es lo que le explico a las nenas. ¿Cómo tomaste la repercusión del hecho? -En su momento no tenía noción de nada. En el velorio una amiga mía me dijo: 'Rosana yo se que este momento no es para decírtelo pero nunca vine a un velorio con tanta gente. No tenés lugar para estacionar ¿Cómo lo querían a Julio? Qué queridos que son', y la verdad que si. Yo creo que él no se daba cuenta lo querido que era. ¿Te cayó la ficha cuando viste la cantidad de gente que había en la marcha?-En la marcha y en el cementerio había mucha gente, no terminaban de llegar nunca. Ahí me di cuenta de la cantidad de personas que nos acompañó, y el apoyo que nos han dado en estos últimos cinco meses. En mi trabajo también me han apoyado mucho. ¿La psicóloga no te aconseja volver a trabajar?-Psicólogo y psiquiatra, porque no es fácil lo que uno está pasando. El psiquiatra es el esposo de una compañera mía que gracias a Dios él me llamó y me pidió que fuera porque te imaginás que con un sueldo no podés con todo, está la psicóloga para las dos nenas. Él me dice, empezá de a poco, aparte quiero que las nenas estén un poco despegadas de mí. Que vean a la mamá salir a trabajar de nuevo. ¿Han tenido algún retroceso las nenas? -Nada de nada. Es bueno que exterioricen lo que les pasa.-Eso me dice la psicóloga de Delfina, es bueno que lo larguen, sino es tristeza te va quedando. No quiero que les queden resentimientos. Fue un asesinato. No es algo que pasa todos los días y en cualquier familia. No es normal. ¿Y vos, estás enojada o molesta?-Estoy triste, va pasando el tiempo y hay más tristeza. A la vida le digo ¿Por qué? ¿Por qué tanta cosa? porque nosotros venimos pasando una tras otra y la familia de Julio también. La familia de Julio perdió el papá, al hermano, la madre y ahora Julio. Mi sobrina a los cinco años tuvo un virus, son un golpe tras golpe. Hay familias a las que no le pasa nada y no es que me enojo con Dios y pido que a otra familia le toque, pero decís 'qué querrá el de arriba con nosotros'. Imagino lo duro que puede llegar a ser.-Y tenés que ser fuerte. Uno deja lo suyo para más adelante. Esperás a que ellas estén bien (sus hijas) que es lo que más importa. Chicho, Susana, Zélica tienen su dolor porque perdieron a su hermano, lo tuvieron más tiempo con ellos, lo vieron crecer. Yo lo tuve 17-18 años pero mis hijas perdieron un papá. Y eso no se olvida nunca-El otro día Delfina empezó a correr en la pieza y decía: 'no se que me pasa' y ahí largó todo: "extraño mucho a mi papá, lo quiero mucho a mi papá". Se que lo querés mucho a tu papá y que tu papá te quiere. De la misma forma yo te quiero a vos desde la tierra y tu papá te quiere desde el cielo. Nosotros tenemos un regalo de Dios - eso me lo dijo el Padre Mauricio Landra - lo tienen sentado al lado del que lo sabe todo. Más adelante lo vas a entender me dijo, él las va a ayudar, y es así. ¿Y con respecto a la causa penal qué expectativa tenés?-No quiero saber quién lo mató. ¿Para qué? Para que vengan y nos maten a nosotros. Si es lo mismo. Si lo meten en la cárcel después sale, viene y mata a alguien de la familia. ¿Tenés miedo a que haya represalias?-Lo que escuchás en la televisión. A los noticieros no los miro mucho, lo hago de vez en cuando, y el domingo me puse a mirar el noticiero y había dos asesinatos. Habían matado a una chica delante de su madre, no sabés cómo queda esa familia, destrozada. En este caso fue Juan Pablo (Baggio) el que lo tuvo que tener. Siempre digo que Juan Pablo es una víctima más de todo esto. ¿Qué sentimientos son los que tenés?-Ni siquiera tengo odio con el que lo mató. Sólo pienso en cómo habrá muerto, que estuvo solo y siempre en todo estábamos juntos. A lo mejor tenía que ser así, que no tenía que estar yo a su lado. ¿Te cuesta creer que no lo vas a ver más?-Creo que llegará el momento en que me acostumbraré a abrir la puerta y saber que no va a estar, encontrar la casa así. Espero que si. Espero acostumbrarme y acostumbrarme por ellas. Trato de hacerme la superada por ellas, que todo está bien y que somos las tres. ¿Se te hace difícil tener esta charla?-(Entre lágrimas) Recordar las cosas si. Vengo de dejar a las nenas en el colegio y vengo llorando en el auto. Cosas así. Pero bueno, dicen que hay que llorar para pasar el duelo. Anoche, cuando Delfina empezó a extrañarlo a su papá me hizo este dibujito para que lo lleve al cementerio. Lo escribió ella. Hay muchas flores.¿Han ido al cementerio?-Ellas no quieren ir. Le dije 'querés que lo llevemos juntas' y me dice que no. Hasta perfume le puso para que el papá huela el aroma. Josefina hizo sus cositas pero la pegó en la pared del lado de mamá. Cuando colocamos las placas recordatorias en la pared para ella era una fiesta ese día, era como que su padre estaba ahí. Cuando la veo que llora le digo que no a cualquiera le dan esas placas, 'papá era una persona muy querida y papá quería a mucha gente pero a ustedes dos las amaba'. Te rompe toda la estructura-Se rompe todo. Es como que te gira la vida y no sabés para dónde agarrar. Porque quieras o no éramos muy compañeros, íbamos a todos lados juntos. No éramos de salir, siempre estábamos en casa. Y siempre los cuatro. Ahora quedamos tres y uno en el cielo. Delfina dice 'yo no lo quiero con Dios'. Anoche me decía, 'estoy contenta de que está con Dios pero me gustaría que esté en la tierra conmigo'. Pero le digo 'está con Dios que es el que lo sabe todo. Él está con su papá y con su hermano. Está contento, está bien. Pero no hay forma, cómo se lo hacés entender. Creo que los días van a pasar y van a ir entendiendo que no va a volver. Son muy chiquitas -Siete y cuatro años. La otra vez me dice Delfi, 'dónde le pegó la bala'. Y le digo, 'en el corazón'. Y la chiquita me dice, 'uy se le reventó el corazón a papá'. Le explico: 'no, la bala entró por acá, pasó por el corazón, rozó, y se desangró. Los médicos no pudieron hacer nada. Y bueno, le salía mucha sangre a papá' y me dice: 'y con curitas no se lo pudieron curar. Muchas curitas en el corazón'. La más grande no quiere ver ambulancias. Cuando ve los noticieros me pide que le cambie a Disney. No le nombrés Rosario porque no quiere saber nada de Rosario. Son diferentes formas de pensar por la edad. Después lo voy a tener a esto con Josefina. O sea, que va a ser toda la vida.No hay manuales de la vida que le indiquen a uno cómo debe actuar y cómo hacer para afrontar hechos de estas características, donde un ser querido no vuelve más porque un día, un delincuente lo quiso así.La imagen de Julio Bereciartu sigue imborrable en la memoria de muchos de sus amigos y familiares que hasta el día de hoy lo recuerdan entre lágrimas y sonrisas. La Justicia no le va a devolver a Julio a su familia pero es el anhelo de muchos, que los responsables de este crimen no anden libres por la calle, impunes del dolor que le han causado a muchas personas que querían a este recordado dirigente del club Tiro Federal.
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